El Atlético de Madrid y el FC Barcelona firmaron tablas en el encuentro que enfrentó a ambos conjuntos en la ida de la Supercopa de España. Un empate (1-1) que deja todo por resolver entre dos equipos que luchan por el primer trofeo de la temporada.
Simeone presentó un planteamiento sin dobleces, con un equipo bien cerrado y dispuesto a aprovechar cada mínima oportunidad al contragolpe. Y pese a que hacer algo semejante ante Iniesta, Xavi, Messi y compañía parecía una apuesta tremendamente arriesgada, la primera parte dubitativa y desdibujada de los blaugranas potenció aún más las ambiciones del Atleti.
Pero claro, como en cualquier buena película de intriga, faltaba sobre el escenario una venganza que precipitase que se desencadenaran los hechos... Y llegó, de la mano del hombre al que perseguían todos los focos, del gran protagonista, del héroe y villano a la vez...
Villa, con la misma piedad que caracteriza a las serpientes cuando encuentran a un ratón indefenso, fue el encargado de poner el broche a una buena recuperación en el centro del Atlético que ganó quilates en las botas de Arda Turan: una volea que iluminó de un destello todo el estadio, incluso la alargada sombra de Messi...
El Barça intentaba reencontrarse a sí mismo, incapaz de entender por qué demonios no encontraban la senda del gol, aquella que recorrieron siete veces ante el Levante hace solo cuatro días... Y mientras, Diego Costa le ponía picante al duelo desquiciando a los rivales y empleándose tan a fondo, incluso como lateral derecho, que hasta Mourinho y Eto'o hubieran llorado de la emoción.
Y empezó a calentar Neymar en la banda. Y también Cesc... Al 'Tata' Martino ni se le pasaba por la cabeza un instante mandar a Messi al banquillo en esta ocasión, pero tuvo que hacerlo a la fuerza por molestias del argentino en cuanto comenzó la segunda mitad.
Tenía que llegar el zafarrancho de combate por parte del Barcelona, y lo hizo. En medio de ataques de uno y otro bando, con los decibelios por todo lo alto en medio de la ruleta rusa, apareció Neymar como una flecha para meter la cabeza y mandar a las redes su primer gol con la camiseta culé en competición oficial. Apenas siete minutos necesitó el brasileño para poner las tablas en el luminoso...
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El Barça intentaba reencontrarse a sí mismo, incapaz de entender por qué demonios no encontraban la senda del gol, aquella que recorrieron siete veces ante el Levante hace solo cuatro días... Y mientras, Diego Costa le ponía picante al duelo desquiciando a los rivales y empleándose tan a fondo, incluso como lateral derecho, que hasta Mourinho y Eto'o hubieran llorado de la emoción.
Y empezó a calentar Neymar en la banda. Y también Cesc... Al 'Tata' Martino ni se le pasaba por la cabeza un instante mandar a Messi al banquillo en esta ocasión, pero tuvo que hacerlo a la fuerza por molestias del argentino en cuanto comenzó la segunda mitad.
Tenía que llegar el zafarrancho de combate por parte del Barcelona, y lo hizo. En medio de ataques de uno y otro bando, con los decibelios por todo lo alto en medio de la ruleta rusa, apareció Neymar como una flecha para meter la cabeza y mandar a las redes su primer gol con la camiseta culé en competición oficial. Apenas siete minutos necesitó el brasileño para poner las tablas en el luminoso...
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