Ya pasaron los homenajes en la Casa Blanca, y es momento de retomarle el pulso a la Liga. Con tres puntos en juego con un sabor muy especial, además. Y es que será el primer partido oficial fuera de casa para Carlo Ancelotti y sus chicos, en una plaza donde el Real Madrid hincó la rodilla el pasado año en su particular maldición andaluza: 1-0 en un atropellado partido, donde el único gol lo marcó Cristiano Ronaldo, pero en propia puerta. Y tanto el ‘7’, como el propio conjunto blanco, quieren comenzar con buen pie a domicilio en este campeonato, dándole un buen lavado de cara a la última imagen que guarda Granada de ellos.
Afortunadamente para los blancos, el partido se juega en Los Cármenes, que no en el Santiago Bernabéu. Es irónico, pero con lo revuelta que está la atmósfera en Madrid en relación a los porteros, quizás jugando de visitante encuentren los jugadores más tranquilidad que de local. Al menos, Iker Casillas y Diego López. Ante el Granada jugará uno de los dos, por lo que una parte de la afición del Real Madrid volverá a estar disgustada. Ya sean éstos o aquéllos. Es el tóxico lastre que heredó Ancelotti, y que muchos se niegan a soltar. Al menos, de momento.
Un problema el de la portería, la abundancia de buenos efectivos, que es justo el contrario que tendrá el técnico italiano en el centro del campo. Y es que ni Sami Khedira ni por supuesto Xabi Alonso estarán a disposición del técnico por lesión. Así que a la espera de un Asier Illarramendi que ya ha empezado a ejercitarse con el equipo en su proceso de recuperación, la medular quedará en poder de Casemiro y Luka Modric. Una única concesión para el Granada en un equipo donde no se presumen cambios de medio del campo hacia adelante, y donde queda por ver si en defensa repite Carvajal, o es Arbeloa quien le toma el testigo.
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