Recibió el Manchester City en el Etihad Stadium al Bayern Munich, en lo que se anunciaba como el gran partido de la noche. Se jugaban el liderato del grupo dos candidatos al título – al menos en lo teórico - y donde el perdedor se complicaría la vida ya que el CSKA de Moscú se había hecho con los tres puntos a las 18h frente a la cenicienta del grupo, el Viktoria Plzen.
El encuentro no tardó en tomar forma. No fue otro que el recientemente nombrado mejor jugador de la UEFA, Franck Ribery, en un derechazo marca de la casa que dejaba a Joe Hart con cara de circunstancias en el minuto 8. El portero inglés se lamentó por la desidia de Jesús Navas, el cual no tapó correctamente al francés e hizo estéril la imperfecta estirada de Hart.
El equipo de Pep Guardiola estuvo muy enchufado, rápido y con toque de precisión. Sumaban ocasión tras ocasión, tiro tras tiro. David Alaba hacía sangre por la izquierda, Thomas Müller con sus diagonales abría huecos para que Ribery se internara a su antojo en transiciones rápidas. Manuel Pellegrini intentaba desde la banda centrar a sus muchachos, visiblemente nerviosos e imprecisos en el inicio del encuentro, incapaces de parar el vendaval bávaro.
El Manchester City se veía impotente e incapaz de darle la vuelta al resultado. El minuto 55 nos deparó un gran desmarque de Müller, ayudado por una incomprensible actuación de Clichy, que no fue tras él sino en sentido contrario. Cuando dejas a este tipo de jugadores mano a mano con el portero, la jugada suele acabar en gol. Y así fue, el Bayern abría hueco. Inmediatamente después de encajar el gol Pellegrini se encomendó a Negredo, sustituyendo a un discretísimo Edin Dzeko.
Todavía no habían asimilado el segundo gol cuando 4 minutos después Fernandino perdió un balón en pleno despliegue de su equipo. Sumando esa verticalidad tan característica del conjunto alemán dio como resultado el gol de Robben, que se plantaba frente a Hart para sentenciar aparentemente el partido.
Sin embargo en el minuto 70 reapareció David Silva tras su lesión, y el City mejoró sensiblemente. Pese a que no llegó a moverse el marcador, el golazo de Negredo con la izquierda, en un espléndido movimiento zafándose de Boateng, hizo creer a los locales que la remontada era posible. Y por poco no lo fue. En el minuto 86 Silva lanzó al larguero un libre directo y minutos después Álvaro Negredo cabeceó un balón que se marchó lamiendo el palo de Neuer. Finalmente el Bayern se llevó los tres puntos arrasando a un City que al menos se dejó la piel al final del partido.Fuente goal.com
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