Casi no había dado tiempo a asimilar el once de David Moyes, con la inclusión de Cleverley por el lesionado Fellaini, o la titularidad de Kagawa en detrimento de Januzaj, cuando el Stoke ya se había adelantado en Old Trafford por mediación de Crouch, tras una grandísima cabalgada de Pieters. Moyes suspiraba, la grada del United resoplaba, se volvía a repetir la misma historia. Desatención defensiva, facilidad para el remate (si Ferdinand y Vidic están blanditos últimamente, no hablemos de Evans y Jones…), y gol del equipo contrario, el cuento de nunca acabar en lo que llevamos de temporada en el Manchester United.
El encuentro no podía empezar de mejor manera para los potters, que rápidamente cambiaban la táctica, todos a defender. La idea de Hughes era clara, y así se lo expresó a Ireland, todos por detrás del balón menos el "espárrago" Crouch: balón largo, que Peter la aguantase, e intento de segunda jugada por medio de Arnautovic o Walters. Cerrojazo del Stoke que ya tenía su ansiado premio. Para colmo, las ocasiones más claras llegaban del lado visitante, como un disparo a bocajarro de Walters que salvó milagrosamente David De Gea.
Un Stoke con líneas ordenadas, un centro del campo enormemente trabajado gracias a N’Zonzi y Palacios, y un United maniatado que se mostraba, una vez más, falto de ideas. Pero cuando aparece la calidad, poco se puede hacer. Un centro de Nani lo remataba Rooney, Begovic despejaba, y aparecía el killer, el de siempre, RVP para poner el empate en el marcador y templar los ánimos justo antes del descanso. Al menos a priori, porque apenas un minuto después, Arnautovic lograba poner de nuevo a su equipo por delante con una obra maestra en un lanzamiento de falta, ante el que De Gea nada podía hacer. Los red devils se marchaban al vestuario con el sonido de viento procedente de la gradas de Old Trafford.
Durante la segunda mitad, y con la inclusión del joven Januzaj en lugar de Nani, el conjunto de David Moyes tampoco encontró demasiadas soluciones, mayor posesión sí, pero estática, que sirve para lo mismo que un tío en Granada, como diría el refrán. Demasiada ansiedad, pocos recursos, pero la virtud de tener a algunos de los mejores. Quizás el mejor, Rooney, apareció en el minuto 78 para igualar la contienda en un cabezazo tras un corner botado por Van Persie.
Otra de las suertes con las que cuenta el conjunto de Moyes, es la de tener en su plantilla a un especialista en marcar goles determinantes en los últimos minutos, Chicharito Hernández. El mexicano conseguía el gol de la remontada tras cabecear un centro medido de Evra, y llevaba la tranquilidad a las gradas del Teatro de los Sueños. Pese a jugar el peor fútbol que se recuerda desde hace años por tierras mancunianas, el United consiguió salvar un partido que tenía muy cuesta arriba. Los grandes siempre serán los grandes.
parece que no acaba de carburar el united con moyes pero al final lo que cuentan son los puntos
El encuentro no podía empezar de mejor manera para los potters, que rápidamente cambiaban la táctica, todos a defender. La idea de Hughes era clara, y así se lo expresó a Ireland, todos por detrás del balón menos el "espárrago" Crouch: balón largo, que Peter la aguantase, e intento de segunda jugada por medio de Arnautovic o Walters. Cerrojazo del Stoke que ya tenía su ansiado premio. Para colmo, las ocasiones más claras llegaban del lado visitante, como un disparo a bocajarro de Walters que salvó milagrosamente David De Gea.
Un Stoke con líneas ordenadas, un centro del campo enormemente trabajado gracias a N’Zonzi y Palacios, y un United maniatado que se mostraba, una vez más, falto de ideas. Pero cuando aparece la calidad, poco se puede hacer. Un centro de Nani lo remataba Rooney, Begovic despejaba, y aparecía el killer, el de siempre, RVP para poner el empate en el marcador y templar los ánimos justo antes del descanso. Al menos a priori, porque apenas un minuto después, Arnautovic lograba poner de nuevo a su equipo por delante con una obra maestra en un lanzamiento de falta, ante el que De Gea nada podía hacer. Los red devils se marchaban al vestuario con el sonido de viento procedente de la gradas de Old Trafford.
Durante la segunda mitad, y con la inclusión del joven Januzaj en lugar de Nani, el conjunto de David Moyes tampoco encontró demasiadas soluciones, mayor posesión sí, pero estática, que sirve para lo mismo que un tío en Granada, como diría el refrán. Demasiada ansiedad, pocos recursos, pero la virtud de tener a algunos de los mejores. Quizás el mejor, Rooney, apareció en el minuto 78 para igualar la contienda en un cabezazo tras un corner botado por Van Persie.
Otra de las suertes con las que cuenta el conjunto de Moyes, es la de tener en su plantilla a un especialista en marcar goles determinantes en los últimos minutos, Chicharito Hernández. El mexicano conseguía el gol de la remontada tras cabecear un centro medido de Evra, y llevaba la tranquilidad a las gradas del Teatro de los Sueños. Pese a jugar el peor fútbol que se recuerda desde hace años por tierras mancunianas, el United consiguió salvar un partido que tenía muy cuesta arriba. Los grandes siempre serán los grandes.
parece que no acaba de carburar el united con moyes pero al final lo que cuentan son los puntos