El Sevillade Emery se la jugaba, el técnico lo sabía y no guardó nada en el banco. Los mejores al césped a desplegar un ataque total encabezado por Bacca y Gameiro en punta y guiado como siempre por Rakitic. La salida en tromba desembocó en tres ataques frustrados en menos de cinco minutos. Los hispalenses seguían teniendo más posesión y peligro pero su ataque se diluía como un azucarillo.
Osasuna empezaba a hacer valer su superioridad numérica en la medular y M’Bia, pluriempleado, sufría en ocasiones para apagar algún pequeño incendio. En uno de esos la tuvo Riera pero respondió Beto, sólo fue un espejismo ya que los locales volvieron a la carga con Figueiras y Moreno entrando como cuchillos pero sin acertar en el último pase. Una buena combinación entre Vitolo y Gameiro dejaba al francés solo ante Fernández pero Arribas lo derribó aunque el árbitro mandó equivocadamente a Damiá a la ducha, dejando a los suyos con uno menos durante casi sesenta minutos.
Rakitic ejecutó esa falta desde la frontal pero su tiro libre se marchó rozando el larguero. A la vuelta de vestuarios Gracia recompuso su equipo metiendo a Joan Oriol en el lugar del “gato” Silva, amonestado y desaparecido en combate. Con uno menos los rojillos se atrincheraron y, como había ocurrido tantas veces este año, los nervionenses se chocaban contra un muro. Con casi ocho jugadores en el área rival, M’Bia se inventó un pase a la espalda de la defesa para que Rakitic, quién si no, batiera a Fernández con un remate cruzado y acrobático al primer toque.
Con la ventaja el Sevilla se quitó sus complejos y volvió a atacar a quemarropa para tratar de enterrar las famélicas opciones del equipo de Pamplona. La tuvo Bacca, jugando ya como referencia arriba tras la entrada de Perotti por Gameiro, pero la envió al palo tras una gran combinación con Jairo. La reacción rojilla era menos que tímida y Gracia sólo apostó por refrescar el ataque con la entrada de Onwu por Torres. Jairo ya le había regalado un gol a Bacca pero el cántabro se guisó y se comió la sentencia del partido. El “17” quebró a Oriol con una finta excelsa y la mandó al palo largo de Andrés para consagrarse como ídolo de Nervión.
El extremo quería más y sólo el cancerbero visitante lo evitó sacando una buena mano a su cabezazo, justo antes de que Bacca se encontrara con el palo por tercera vez en la tarde. Mientras se seguía buscando el tercero, los minutos finales sirvieron para ver el debut de Rusescu y para que Osasuna diera el susto con un gol de Riera que sólo recortó distancias. La afición disfrutaba con el despegue de su equipo mientras que los rojillos se reencontraban con su triste realidad de lucha liguera.
jairo parece que se esta destapando como una de la revelaciones de esta temporada, menos mal que salio del racing
Osasuna empezaba a hacer valer su superioridad numérica en la medular y M’Bia, pluriempleado, sufría en ocasiones para apagar algún pequeño incendio. En uno de esos la tuvo Riera pero respondió Beto, sólo fue un espejismo ya que los locales volvieron a la carga con Figueiras y Moreno entrando como cuchillos pero sin acertar en el último pase. Una buena combinación entre Vitolo y Gameiro dejaba al francés solo ante Fernández pero Arribas lo derribó aunque el árbitro mandó equivocadamente a Damiá a la ducha, dejando a los suyos con uno menos durante casi sesenta minutos.
Rakitic ejecutó esa falta desde la frontal pero su tiro libre se marchó rozando el larguero. A la vuelta de vestuarios Gracia recompuso su equipo metiendo a Joan Oriol en el lugar del “gato” Silva, amonestado y desaparecido en combate. Con uno menos los rojillos se atrincheraron y, como había ocurrido tantas veces este año, los nervionenses se chocaban contra un muro. Con casi ocho jugadores en el área rival, M’Bia se inventó un pase a la espalda de la defesa para que Rakitic, quién si no, batiera a Fernández con un remate cruzado y acrobático al primer toque.
Con la ventaja el Sevilla se quitó sus complejos y volvió a atacar a quemarropa para tratar de enterrar las famélicas opciones del equipo de Pamplona. La tuvo Bacca, jugando ya como referencia arriba tras la entrada de Perotti por Gameiro, pero la envió al palo tras una gran combinación con Jairo. La reacción rojilla era menos que tímida y Gracia sólo apostó por refrescar el ataque con la entrada de Onwu por Torres. Jairo ya le había regalado un gol a Bacca pero el cántabro se guisó y se comió la sentencia del partido. El “17” quebró a Oriol con una finta excelsa y la mandó al palo largo de Andrés para consagrarse como ídolo de Nervión.
El extremo quería más y sólo el cancerbero visitante lo evitó sacando una buena mano a su cabezazo, justo antes de que Bacca se encontrara con el palo por tercera vez en la tarde. Mientras se seguía buscando el tercero, los minutos finales sirvieron para ver el debut de Rusescu y para que Osasuna diera el susto con un gol de Riera que sólo recortó distancias. La afición disfrutaba con el despegue de su equipo mientras que los rojillos se reencontraban con su triste realidad de lucha liguera.
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