En el seno del Barcelona si algo preocupa es encontrar un sustituto para la sabida marcha de Víctor Valdés al final de temporada. Es un tema con el que andan con pies de plomo porque la historia les obliga a ello. Ahora el encargado de decidir si el elegido es definitivamente el alemán Marc-André Ter Stegen es el director deportivo Andoni Zubizarreta. Probablemente él sea el último portero llegado de fuera que se hizo un lugar de verdad en la portería azulgrana.
Es curioso que un equipo tan grande haya tenido tantos problemas en una de las posiciones que suelen tener más constancia. Se marchó Zubizarreta en el 94 tras 8 años siendo el portero del Barça y desde su salida el baile de porteros ha sido tremendo. Carles Busquets, el preferido de Cruyff por su “talento con los pies”, su yerno Jesús Angoy (a la postre jugador de fútbol americano) o Julen Lopetegui (tercer portero de España en el Mundial de 1994), fueron cancerberos que pasaron con más pena que gloria por el Barcelona.
Sin embargo, en 1996 todo apuntaba a que por fin el club culé iba a poner fin a la falta de continuidad bajo los palos y fichó a Vitor Bahía. Parecía una apuesta segura: figura del Oporto y de la selección portuguesa parecían sinónimos de triunfo. Efectivamente, se hizo con la titularidad, pero una grave lesión acabaría por denostarle. El entrenador del Barça de la época, Louis Van Gaal, busco otro cancerbero. Como solía ser habitual en él, merodeó el mercado holandés. Trató sin éxito traerse a Van der Sar y a Ed de Goey, y al final se decantó por el bueno de Ruud Hesp. Pero Claudio López, el 'Piojo', se encargó con sus goles de poner en duda la calidad de este portero.
Y aunque parezca que hasta ese momento la portería del Barcelona parecía tener más movimiento que los entrenadores de Jesús Gil en el Atlético de Madrid, el auténtico baile estaba por arrancar con la proximidad del nuevo siglo. De la cantera azulgrana surgió Francesc Arnau, la gran esperanza del club. Un guardameta al que las lesiones no le dejaron lucir lo suficiente.
En 2000 el Barcelona quiso ir a lo seguro: "Vamos a fichar al chico este que destaca en Vigo". Eso es lo que probablemente dijo algún directivo del Barça cuando ficharon a Richard Dutruel del Celta. De nuevo las lesiones privan a un portero de asentarse en la portería blaugrana, pero permiten debutar a un canterano: Pepe Reina. Pero a pesar del nivel al que hemos visto a este cancerbero en el Villarreal o el Liverpool, de su paso por el primer equipo del Barça solo recordamos el 'cachete' de un aficionado del Real Madrid en un Clásico.
De nuevo hubo un amago de que la portería podía volver a encontrar sustituto. En la pelea, Bonano (argentino destacado en River Plate), Rustu (turco llegado del Ferenbaçhe y con afición a pintarse de negro la bolsa de los ojos) y Robert Enke. Ninguno de los 3 llegó a cuajar y de ellos, la historia más triste es la del tercero, el alemán. Para conocer su historia lo mejor es irse a las páginas del libro Una vida demasiado corta del periodista Ronald Reng. Sus problemas de depresión, su miedo al fracaso y esa ansiedad no le permitieron que se viera el nivel que lo hizo importante en el Benfica o posteriormente en el Hannover.
Pero curiosamente, entre estos 3 entrenaba un chico del filial. Al muchacho se le daba bien lo de jugar con los pies, algo que a los técnicos de la casa les parecía vital. Poco a poco se fue haciendo con la titularidad, aunque tenía la mala costumbre de hacer paradas extraordinarias y al momento cometer los errores más absurdos. Pero este portero progresó tantísimo que acabó convirtiéndose en el único portero de verdadera confianza en el Camp Nou: Víctor Valdés.
historicamente al barça siempre le ha costado encontrar porteros de garantias y el que tenga que sustituir a valdes debe serlo y demostrar que puede con la presion
Es curioso que un equipo tan grande haya tenido tantos problemas en una de las posiciones que suelen tener más constancia. Se marchó Zubizarreta en el 94 tras 8 años siendo el portero del Barça y desde su salida el baile de porteros ha sido tremendo. Carles Busquets, el preferido de Cruyff por su “talento con los pies”, su yerno Jesús Angoy (a la postre jugador de fútbol americano) o Julen Lopetegui (tercer portero de España en el Mundial de 1994), fueron cancerberos que pasaron con más pena que gloria por el Barcelona.
Sin embargo, en 1996 todo apuntaba a que por fin el club culé iba a poner fin a la falta de continuidad bajo los palos y fichó a Vitor Bahía. Parecía una apuesta segura: figura del Oporto y de la selección portuguesa parecían sinónimos de triunfo. Efectivamente, se hizo con la titularidad, pero una grave lesión acabaría por denostarle. El entrenador del Barça de la época, Louis Van Gaal, busco otro cancerbero. Como solía ser habitual en él, merodeó el mercado holandés. Trató sin éxito traerse a Van der Sar y a Ed de Goey, y al final se decantó por el bueno de Ruud Hesp. Pero Claudio López, el 'Piojo', se encargó con sus goles de poner en duda la calidad de este portero.
Y aunque parezca que hasta ese momento la portería del Barcelona parecía tener más movimiento que los entrenadores de Jesús Gil en el Atlético de Madrid, el auténtico baile estaba por arrancar con la proximidad del nuevo siglo. De la cantera azulgrana surgió Francesc Arnau, la gran esperanza del club. Un guardameta al que las lesiones no le dejaron lucir lo suficiente.
En 2000 el Barcelona quiso ir a lo seguro: "Vamos a fichar al chico este que destaca en Vigo". Eso es lo que probablemente dijo algún directivo del Barça cuando ficharon a Richard Dutruel del Celta. De nuevo las lesiones privan a un portero de asentarse en la portería blaugrana, pero permiten debutar a un canterano: Pepe Reina. Pero a pesar del nivel al que hemos visto a este cancerbero en el Villarreal o el Liverpool, de su paso por el primer equipo del Barça solo recordamos el 'cachete' de un aficionado del Real Madrid en un Clásico.
De nuevo hubo un amago de que la portería podía volver a encontrar sustituto. En la pelea, Bonano (argentino destacado en River Plate), Rustu (turco llegado del Ferenbaçhe y con afición a pintarse de negro la bolsa de los ojos) y Robert Enke. Ninguno de los 3 llegó a cuajar y de ellos, la historia más triste es la del tercero, el alemán. Para conocer su historia lo mejor es irse a las páginas del libro Una vida demasiado corta del periodista Ronald Reng. Sus problemas de depresión, su miedo al fracaso y esa ansiedad no le permitieron que se viera el nivel que lo hizo importante en el Benfica o posteriormente en el Hannover.
Pero curiosamente, entre estos 3 entrenaba un chico del filial. Al muchacho se le daba bien lo de jugar con los pies, algo que a los técnicos de la casa les parecía vital. Poco a poco se fue haciendo con la titularidad, aunque tenía la mala costumbre de hacer paradas extraordinarias y al momento cometer los errores más absurdos. Pero este portero progresó tantísimo que acabó convirtiéndose en el único portero de verdadera confianza en el Camp Nou: Víctor Valdés.
historicamente al barça siempre le ha costado encontrar porteros de garantias y el que tenga que sustituir a valdes debe serlo y demostrar que puede con la presion