Varias semanas se lleva hablando del viejo récord del Hamburgo de 36 partidos invicto cosechado en la década de los ochenta. La inverosímil plusmarca de los 'dinosaurios' puede superarse a partir de esta jornada y el rival parece el más propicio, un equipo que apunta a hacer las veces de 'sparring' de los muniqueses ante el decisivo encuentro que se avecina la siguiente fecha, el duelo contra el Borussia Dortmund.
Los apenas 60 kilómetros que separan Múnich de Augsburgo en un mapa de carretera se incrementan cuando uno echa un vistazo a la tabla clasificatoria o bucea en la historia de ambos clubes. Es un derbi bávaro sin apenas tradición dado que el conjunto de la ciudad natal de Mozart nunca ha sido un habitual de Bundesliga, no en vano está viviendo su época más dorada desde que alcanzó la máxima categoría en 2011. Todo lo contrario que su rival, el Bayern, el todopoderoso equipo de la capital de Baviera.
Las sensaciones que ofrece el conjunto de Pep Guardiola son intermitentes. Los conceptos tácticos del entrenador catalán no están calando en los hombres de rojo y los duelos parecen decidirse en ocasiones por detalles, por la calidad individual de una plantilla repleta de talentos. Pero no todo son sombras, la maquinaria ha funcionado en otros lances dando un resultado demoledor -Manchester City, Schalke o Bayer Leverkusen-. Un gigante dormido que despierta para aplastar.
A pesar de la inconstancia del Bayern, el resultado deportivo es óptimo: líder en Alemania, clasificado en Europa y en tercera ronda de Copa -donde, por cierto, se encontrará de nuevo con el Augsburgo-. No se puede pedir más, salvo un mejor juego y la contundencia exhibida en el pasado. Guardiola está en ello, quiere encontrar la receta para mantener despiertos a los suyos. Aunque motivaciones ante el Augsburgo no falten.Fuente goal.com
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Los apenas 60 kilómetros que separan Múnich de Augsburgo en un mapa de carretera se incrementan cuando uno echa un vistazo a la tabla clasificatoria o bucea en la historia de ambos clubes. Es un derbi bávaro sin apenas tradición dado que el conjunto de la ciudad natal de Mozart nunca ha sido un habitual de Bundesliga, no en vano está viviendo su época más dorada desde que alcanzó la máxima categoría en 2011. Todo lo contrario que su rival, el Bayern, el todopoderoso equipo de la capital de Baviera.
Las sensaciones que ofrece el conjunto de Pep Guardiola son intermitentes. Los conceptos tácticos del entrenador catalán no están calando en los hombres de rojo y los duelos parecen decidirse en ocasiones por detalles, por la calidad individual de una plantilla repleta de talentos. Pero no todo son sombras, la maquinaria ha funcionado en otros lances dando un resultado demoledor -Manchester City, Schalke o Bayer Leverkusen-. Un gigante dormido que despierta para aplastar.
A pesar de la inconstancia del Bayern, el resultado deportivo es óptimo: líder en Alemania, clasificado en Europa y en tercera ronda de Copa -donde, por cierto, se encontrará de nuevo con el Augsburgo-. No se puede pedir más, salvo un mejor juego y la contundencia exhibida en el pasado. Guardiola está en ello, quiere encontrar la receta para mantener despiertos a los suyos. Aunque motivaciones ante el Augsburgo no falten.Fuente goal.com
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