Poco fútbol y mucho mal humor. Este es el resumen corto y llano de lo que se pudo vivir esta noche en el estadio de San Siro, en Milán. El club de Silvio Berlusconi no pasa por un buen momento, ni futbolístico, ni institucional, hecho que se hizo patente en los 90 minutos del partido ante el Genoa. Un golazo de Kaká, lo único que ofreció el conjunto rossonero.
A los 3 minutos, Kakà bajó un balón largo con un control maravilloso y definió cruzado con la derecha, en el que fue el segundo gol del brasileño esta temporada. Pese al buen inicio, en el minuto 7 y tras la primera llegada del Genoa al área, Emanuelson cometió un penalti tan claro como absurdo sobre Fetfatzidis, que el exmilanista Gilardino transformó lanzándolo por el centro.
Absoluta descolocación en el centro del campo rossonero, con De Jong haciendo de guía, pero con Poli y Muntari perdidos en zona de nadie. Kaká baja a recibir, pero nadie de la delantera le ayuda en los movimientos de ataque. El conjunto local solo tuvo un par de ocasiones con movimientos entre líneas, ambos con asistencia de Kaká. La primera, chilena plásticamente preciosa de Balotelli, pero demasiado centrada; la segunda, buena diagonal de Matri que, tras la salida del portero, envió el balón por encima del larguero.
En el 36 y con el Milan mandando balones al área, penalti también clarísimo de Manfredini sobre Balotelli, que le costó la expulsión al central del Genoa. Pese a eso, el delantero del Milan perdonó y disparó flojo y centrado, facilitando la intervención de Perin y anotándose el segundo penalti consecutivo fallado en su carrera. Ya en los últimos 5 minutos del primer tiempo, Matri tuvo la más clara para los locales. En un córner servido por Emanuelson, el italiano quedó absolutamente sólo, pero su cabezazo se marchó desviado.
Mientras tanto, la afición rossonera lo fue pagando con todos. Dedicó cánticos y pancartas a la directiva, al entrenador, a los jugadores y a un futbolista en concreto, Kevin Constant, al que tildaron de teatrero, prepotente y mediocre.
La primera clara del segundo tiempo fue, precisamente, para el mismo Matri. Un buen centro de Balotelli fue cabeceado por el ariete, quién obligó a intervenir a Perin. El guardameta volvió, un minuto más tarde, a sacar otro buen balón tras un remate de Kaká a la salida de un córner.
Sin ideas, el Milan se hizo con la posesión del balón, pero no supo encontrar con éxito el área rival. La circulación iba de derecha a izquerda y de izquierda a derecha, sin buscar el eje del ataque y sin que los delanteros tuvieran demasiada participación. Las ocasiones, si así se les puede llamar, llegaron con disparos lejanos de Birsa, Emanuelson, Balotelli y De Jong. Todos desviados.
Ya en el último minuto, otro gran centro de Emanuelson fue cabeceado por Birsa desviado, ante la indignación de todo el estadio, que acabó de la misma forma que empezó, muy molesto con el equipo.
Fuente goal.com
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A los 3 minutos, Kakà bajó un balón largo con un control maravilloso y definió cruzado con la derecha, en el que fue el segundo gol del brasileño esta temporada. Pese al buen inicio, en el minuto 7 y tras la primera llegada del Genoa al área, Emanuelson cometió un penalti tan claro como absurdo sobre Fetfatzidis, que el exmilanista Gilardino transformó lanzándolo por el centro.
Absoluta descolocación en el centro del campo rossonero, con De Jong haciendo de guía, pero con Poli y Muntari perdidos en zona de nadie. Kaká baja a recibir, pero nadie de la delantera le ayuda en los movimientos de ataque. El conjunto local solo tuvo un par de ocasiones con movimientos entre líneas, ambos con asistencia de Kaká. La primera, chilena plásticamente preciosa de Balotelli, pero demasiado centrada; la segunda, buena diagonal de Matri que, tras la salida del portero, envió el balón por encima del larguero.
En el 36 y con el Milan mandando balones al área, penalti también clarísimo de Manfredini sobre Balotelli, que le costó la expulsión al central del Genoa. Pese a eso, el delantero del Milan perdonó y disparó flojo y centrado, facilitando la intervención de Perin y anotándose el segundo penalti consecutivo fallado en su carrera. Ya en los últimos 5 minutos del primer tiempo, Matri tuvo la más clara para los locales. En un córner servido por Emanuelson, el italiano quedó absolutamente sólo, pero su cabezazo se marchó desviado.
Mientras tanto, la afición rossonera lo fue pagando con todos. Dedicó cánticos y pancartas a la directiva, al entrenador, a los jugadores y a un futbolista en concreto, Kevin Constant, al que tildaron de teatrero, prepotente y mediocre.
La primera clara del segundo tiempo fue, precisamente, para el mismo Matri. Un buen centro de Balotelli fue cabeceado por el ariete, quién obligó a intervenir a Perin. El guardameta volvió, un minuto más tarde, a sacar otro buen balón tras un remate de Kaká a la salida de un córner.
Sin ideas, el Milan se hizo con la posesión del balón, pero no supo encontrar con éxito el área rival. La circulación iba de derecha a izquerda y de izquierda a derecha, sin buscar el eje del ataque y sin que los delanteros tuvieran demasiada participación. Las ocasiones, si así se les puede llamar, llegaron con disparos lejanos de Birsa, Emanuelson, Balotelli y De Jong. Todos desviados.
Ya en el último minuto, otro gran centro de Emanuelson fue cabeceado por Birsa desviado, ante la indignación de todo el estadio, que acabó de la misma forma que empezó, muy molesto con el equipo.
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