Noche de derbi y nueva noche mágica para el Sevilla en casa que goleó al Betis por 4-0 y vuelve a imponer su ley en los duelos de máxima rivalidad disputados en el Sánchez Pizjuán.
Emery sólo hizo un cambio con respecto al once esperado y dio la camiseta de titular a José Antonio Reyes, héroe de la última victoria sevillista en el Pizjuán, en detrimento de Jairo y el utrerano empezó a ser decisivo en el minuto 2 cuando filtró un pase a la espalda de la zaga bética para dejar sólo a Bacca y que fusilará a placer a Guillermo Sara. La película empezaba más que bien para unos sevillistas que salieron bastante más eléctricos que su rival con una buena presión que les permitía robar muy arriba.
Con la desventaja y tras el primer arreón sevillista, el Betis trató de estirarse abriendo mucho las bandas con Vadillo y Steinhofer, hoy actuando como extremo, y la dirección con criterio pero intermitente de Verdú. Sin Castro finalmente en el once, el gol era trabajo para Molina, que generó el primer acercamiento con un cabezazo muy flojito y desviado. La que sí fue clara fue un disparo de Nono desde 30 metros que se estrelló en el palo.
Justo un momento después ocurrió una de esas cosas que cambian el signo de un partido y más de uno de estas características. Paulao, que había sido amonestado previamente por protestar, vio la segunda tarjeta por una fea entrada sobre Reyes y se marcharía al vestuario. En ese mismo libre directo, Rakitic la puso al corazón del área y M’Bia cabeceó para hacer el segundo con la colaboración de Sara, que no acertó a atajar.
Con diez y con 2-0 en el marcador, Pepe Mel trató de reconstruir su defensa con la entrada de Jordi Figueras por Steinhofer, dejando el carril derecho para Juanfran en solitario y volcando su a la banda de Vadillo y Didac. El guión estuvo muy lejos de cambiar y el Sevilla fue el que tuvo el tercero en las botas de Bacca, que esta vez no acertó en el mano a mano.
Mejor estaría el colombiano en el trece de la reanundación cuando puso un pase picado para dejar sólo a Vitolo que definió como el killer que es y poner un 3-0 que parecía matar el partido. Los locales no se detenían y mientras Mel se hacía un lío con los cambios sacando a Rubén Castro y después deshaciendo su planteamiento ofensivo sacando a Matilla por Molina. El Sevilla seguía a lo suyo, Bacca cabeceó al palo y M’Bia volvió a marcar pero con falta previa al portero.
Los nervionenses por fin se permitieron un respiro y dieron alivio a unos verdiblancos noqueados. Con Rubén Castro y sin él, el Betis fu un juguete en las manos sevillistas y dejaron entrever el gran motivo por el que son ahora mismo colistas: una debilidad defensiva inadmisible. La noche la cerraría Iborra con un cabezazo a córner botado por el capitán Rakitic. La historia se repite y el Sevilla mira a Europa tras golear a su eterno rival en el derbi, al que deja aún más hundido en el farolillo rojo.
Fuente goal.com
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Con la desventaja y tras el primer arreón sevillista, el Betis trató de estirarse abriendo mucho las bandas con Vadillo y Steinhofer, hoy actuando como extremo, y la dirección con criterio pero intermitente de Verdú. Sin Castro finalmente en el once, el gol era trabajo para Molina, que generó el primer acercamiento con un cabezazo muy flojito y desviado. La que sí fue clara fue un disparo de Nono desde 30 metros que se estrelló en el palo.
Justo un momento después ocurrió una de esas cosas que cambian el signo de un partido y más de uno de estas características. Paulao, que había sido amonestado previamente por protestar, vio la segunda tarjeta por una fea entrada sobre Reyes y se marcharía al vestuario. En ese mismo libre directo, Rakitic la puso al corazón del área y M’Bia cabeceó para hacer el segundo con la colaboración de Sara, que no acertó a atajar.
Con diez y con 2-0 en el marcador, Pepe Mel trató de reconstruir su defensa con la entrada de Jordi Figueras por Steinhofer, dejando el carril derecho para Juanfran en solitario y volcando su a la banda de Vadillo y Didac. El guión estuvo muy lejos de cambiar y el Sevilla fue el que tuvo el tercero en las botas de Bacca, que esta vez no acertó en el mano a mano.
Mejor estaría el colombiano en el trece de la reanundación cuando puso un pase picado para dejar sólo a Vitolo que definió como el killer que es y poner un 3-0 que parecía matar el partido. Los locales no se detenían y mientras Mel se hacía un lío con los cambios sacando a Rubén Castro y después deshaciendo su planteamiento ofensivo sacando a Matilla por Molina. El Sevilla seguía a lo suyo, Bacca cabeceó al palo y M’Bia volvió a marcar pero con falta previa al portero.
Los nervionenses por fin se permitieron un respiro y dieron alivio a unos verdiblancos noqueados. Con Rubén Castro y sin él, el Betis fu un juguete en las manos sevillistas y dejaron entrever el gran motivo por el que son ahora mismo colistas: una debilidad defensiva inadmisible. La noche la cerraría Iborra con un cabezazo a córner botado por el capitán Rakitic. La historia se repite y el Sevilla mira a Europa tras golear a su eterno rival en el derbi, al que deja aún más hundido en el farolillo rojo.
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