El Bayern de Múnich ha sido esta noche presa de su superioridad, con un punto casi de soberbia, que se ha vuelto en su contra. Ha sido un encuentro con alternativas, impredecible, un tobogán de emociones que arrancaba con un Bayern dominador y voraz para ser comido por su propia presa, quien ha crecido poco a poco hasta ganar la confianza suficiente para atestar el último golpe, insuficiente para arrebatar el liderato a los teutones pero suficiente para romper la racha victoriosa de los muniqueses.
Si en algo coinciden ambos equipos, además de estar clasificados para octavos, es la capacidad de ser competitivos con cualquier once que pongan en liza. El Bayern saltaba con todo al césped del Allianz y el Manchester City algo más reservón, cauteloso ante la próxima cita liguera con el Arsenal. Esto motivó que los bávaros dejaran mejores impresiones desde el comienzo. Sensaciones confirmadas por Müller al aprovechar un balón en largo de Dante que rompía la frágil defensa mancuniana. Tres toques para besar las mallas. El fútbol llevado a su expresión más sencilla.
Los 'citizens' paseaban por el campo heridos y a punto de desfallecer. La lluvia de juego ofensivo les había pillado sin paraguas. La zaga visitante quedaba desnuda con facilidad. Un saque de esquina terminaba, tras una serie de rebotes, en la bota de Götze quien con tranquilidad buscaba el hueco por donde batir a Hart. Sin respiro, asfixiando a su rival, así de agresivo se encontraba el Bayern frente a un cariacontecido contrincante.
El cuadro 'skyblue' lograba despertar justo a tiempo de no perder el tren del partido -tras conceder la mitad del primer acto-, dando atisbos de resucitar. Orgullo y calidad se mezclaban en una jugada por banda derecha de Navas que Milner devolvía al área para que Silva remachara. La relajación germana -mostrada en sólo cinco minutos- recibía su castigo en forma de gol.
La segunda parte era claramente celeste. El City tenía el control del cuero dejando en un sorprendente rol secundario a los germanos, obligando a la salida de Javi Martínez desde el banquillo con la intención de reconquistar el terreno ante la rebelión inglesa que seguía su curso. Una torpe zancadilla de Dante era decretada como penalti para que Kolarov nivelara el choque. Una situación que nadie hubiera previsto después del 2-0 y menos cuando Milner remontaba la desventaja con un derechazo que se colaba por el palo lejano.
Las alarmas saltaban, los ingleses estaban a un sólo tanto de ser líderes en la clasificación. Todo eran prisas y dudas en los bávaros ante el aplomo de los hombres de Pellegrini; se habían invertido los papeles. El recién incorporado Álvaro Negredo pudo llevar el cuarto al electrónico con el enésimo error de Dante. No había tiempo para más. Los celestes se marchaban con la sensación agridulce de haber podido ser primeros de grupo tras romper la plusmarca de diez triunfos consecutivos del Bayern en Liga de Campeones, reeditando la victoria del Arsenal en marzo de 2013 -último equipo europeo en hacerlo- y tiñendo el Allianz de azul celeste.
Fuente goal.com
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Los 'citizens' paseaban por el campo heridos y a punto de desfallecer. La lluvia de juego ofensivo les había pillado sin paraguas. La zaga visitante quedaba desnuda con facilidad. Un saque de esquina terminaba, tras una serie de rebotes, en la bota de Götze quien con tranquilidad buscaba el hueco por donde batir a Hart. Sin respiro, asfixiando a su rival, así de agresivo se encontraba el Bayern frente a un cariacontecido contrincante.
El cuadro 'skyblue' lograba despertar justo a tiempo de no perder el tren del partido -tras conceder la mitad del primer acto-, dando atisbos de resucitar. Orgullo y calidad se mezclaban en una jugada por banda derecha de Navas que Milner devolvía al área para que Silva remachara. La relajación germana -mostrada en sólo cinco minutos- recibía su castigo en forma de gol.
La segunda parte era claramente celeste. El City tenía el control del cuero dejando en un sorprendente rol secundario a los germanos, obligando a la salida de Javi Martínez desde el banquillo con la intención de reconquistar el terreno ante la rebelión inglesa que seguía su curso. Una torpe zancadilla de Dante era decretada como penalti para que Kolarov nivelara el choque. Una situación que nadie hubiera previsto después del 2-0 y menos cuando Milner remontaba la desventaja con un derechazo que se colaba por el palo lejano.
Las alarmas saltaban, los ingleses estaban a un sólo tanto de ser líderes en la clasificación. Todo eran prisas y dudas en los bávaros ante el aplomo de los hombres de Pellegrini; se habían invertido los papeles. El recién incorporado Álvaro Negredo pudo llevar el cuarto al electrónico con el enésimo error de Dante. No había tiempo para más. Los celestes se marchaban con la sensación agridulce de haber podido ser primeros de grupo tras romper la plusmarca de diez triunfos consecutivos del Bayern en Liga de Campeones, reeditando la victoria del Arsenal en marzo de 2013 -último equipo europeo en hacerlo- y tiñendo el Allianz de azul celeste.
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