El proyecto de Carlo Ancelotti definitivamente ha tomado altura. No quiso dejarse llevar en Copenhague, y además de los tres puntos del Parken Stadium, el Real Madrid logró traerse de Dinamarca varios récords en la mochila. Uno por el número de goles en esta fase de grupos, y otro por los tantos de Cristiano Ronaldo, que regresó al equipo y marcó el 0-2 que ponía siete candados a la victoria. Antes había anotado Modric un golazo en la primera parte para certificar el tremendo dominio merengue. Algo más que meritorio, dado el estado del césped en tierras danesas, el historial del Copenhague en su propio feudo, y la motivación que se le presuponía a los locales. El Real Madrid se supo imponer a todas estas circunstancias en contra para cerrar un triunfo que se tornó incluso cómodo, y a su vez, una fase de grupos prácticamente impoluta. Entra en los octavos de final por la puerta grande.
El Real Madrid se escapa de la encerrona danesa. No lo parecía en absoluto, pero la cita en el Parken Stadium se convirtió en un partido trampa. Ancelotti quiso volver de Copenhague con la cabeza alta y confeccionó su mejor once posible. Pero a los diez minutos de partido, todo madridista que miraba a su equipo con orgullo seguro que empezó a poner rostro de preocupación. Lógico, viendo el patatal en el que se jugó el partido, con jugadores casi caminando de puntillas por las zonas por donde el verde brillaba por su ausencia. La victoria empezó a ser cuestión más bien de salir del estadio danés sin lesiones, más allá de los puntos y los récords en liza.
Luka Modric hace valer la superioridad merengue. A pesar del terreno de juego, lo cierto es que el Real Madrid se manejó notablemente en el Parken Stadium. Con el tridente Xabi-Modric-Isco en la zona ancha, los blancos –hoy de naranja- se hicieron con el control del balón… y por tanto, del partido. Así, no tardaron en llegar las ocasiones. Diez, antes del descanso, de casi todos los colores. Las más claras, un tiro de Benzema desde el balcón del área que detuvo Wiland, y otro de Ronaldo también despejado por el portero local tras una buena triangulación entre Benzema y Marcelo. Aunque el guardameta del Copenhague no lo pudo parar todo. Y Modric bien lo sabe. Mediada la primera parte, y desde la frontal del área, soltó un zapatazo con su pierna derecha que se coló por la escuadra danesa después de amagar con la pierna izquierda. Un golazo en toda regla, que llevaba al electrónico el dominio visitante, con el Copenhague habiéndose acercado una sola vez a las inmediaciones de Casillas. Un gol bien anulado al saque de un córner por falta de Delaney sobre el cancerbero merengue.
Cristiano Ronaldo entra en la historia de la Champions. El 1-0 que ondeaba al descanso se antojaba estrecho para los méritos merengues, y nada más reanudarse el partido, Ronaldo se encargó de abrir más distancia entre ambos equipos. Acababa de errar un mano a mano, y fue al rechace de un córner, después de una dejada de Pepe cuando el ‘7’ merengue por fin pudo batir a Wiland después de mucho intentarlo. Un gol que además de asegurar prácticamente los tres puntos, tenía mucha historia detrás, por cierto. Pues era el número 800 en Copa de Europa para el club blanco, el vigésimo del Real Madrid en esta fase de grupos –récord en la historia de la competición-, y el noveno del propio Ronaldo en esta edición del torneo europeo, récord absoluto.
Modric y Ronaldo dan el susto al final. Con el segundo gol, el partido bajó bastantes enteros. El Real Madrid había cumplido sobradamente, lo sabía, y levantó el pie del acelerador. No Ronaldo, que estrelló un balón en el palo cuando ya casi cantaba el tercer gol para los merengues, aunque luego fallaría un penalti en las postrimerías del encuentro. Pero sí Ancelotti, que dio entrada a Illarramendi y Di María, por Xabi e Isco, para evitar disgustos. Y aun así, a punto estuvo de echarse las manos a la cabeza con un golpe que se llevó Luka Modric. Parece que se quedó todo en nada, pero por si acaso, Casemiro tomó su lugar en el campo. Gran chasco si se confirma una dolencia mayor del croata, pues sería lo único que podría emborronar una victoria madridista en Dinamarca más que aseada… pese al barrizal en el que tuvo que jugar.Fuente goal.com
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El Real Madrid se escapa de la encerrona danesa. No lo parecía en absoluto, pero la cita en el Parken Stadium se convirtió en un partido trampa. Ancelotti quiso volver de Copenhague con la cabeza alta y confeccionó su mejor once posible. Pero a los diez minutos de partido, todo madridista que miraba a su equipo con orgullo seguro que empezó a poner rostro de preocupación. Lógico, viendo el patatal en el que se jugó el partido, con jugadores casi caminando de puntillas por las zonas por donde el verde brillaba por su ausencia. La victoria empezó a ser cuestión más bien de salir del estadio danés sin lesiones, más allá de los puntos y los récords en liza.
Luka Modric hace valer la superioridad merengue. A pesar del terreno de juego, lo cierto es que el Real Madrid se manejó notablemente en el Parken Stadium. Con el tridente Xabi-Modric-Isco en la zona ancha, los blancos –hoy de naranja- se hicieron con el control del balón… y por tanto, del partido. Así, no tardaron en llegar las ocasiones. Diez, antes del descanso, de casi todos los colores. Las más claras, un tiro de Benzema desde el balcón del área que detuvo Wiland, y otro de Ronaldo también despejado por el portero local tras una buena triangulación entre Benzema y Marcelo. Aunque el guardameta del Copenhague no lo pudo parar todo. Y Modric bien lo sabe. Mediada la primera parte, y desde la frontal del área, soltó un zapatazo con su pierna derecha que se coló por la escuadra danesa después de amagar con la pierna izquierda. Un golazo en toda regla, que llevaba al electrónico el dominio visitante, con el Copenhague habiéndose acercado una sola vez a las inmediaciones de Casillas. Un gol bien anulado al saque de un córner por falta de Delaney sobre el cancerbero merengue.
Cristiano Ronaldo entra en la historia de la Champions. El 1-0 que ondeaba al descanso se antojaba estrecho para los méritos merengues, y nada más reanudarse el partido, Ronaldo se encargó de abrir más distancia entre ambos equipos. Acababa de errar un mano a mano, y fue al rechace de un córner, después de una dejada de Pepe cuando el ‘7’ merengue por fin pudo batir a Wiland después de mucho intentarlo. Un gol que además de asegurar prácticamente los tres puntos, tenía mucha historia detrás, por cierto. Pues era el número 800 en Copa de Europa para el club blanco, el vigésimo del Real Madrid en esta fase de grupos –récord en la historia de la competición-, y el noveno del propio Ronaldo en esta edición del torneo europeo, récord absoluto.
Modric y Ronaldo dan el susto al final. Con el segundo gol, el partido bajó bastantes enteros. El Real Madrid había cumplido sobradamente, lo sabía, y levantó el pie del acelerador. No Ronaldo, que estrelló un balón en el palo cuando ya casi cantaba el tercer gol para los merengues, aunque luego fallaría un penalti en las postrimerías del encuentro. Pero sí Ancelotti, que dio entrada a Illarramendi y Di María, por Xabi e Isco, para evitar disgustos. Y aun así, a punto estuvo de echarse las manos a la cabeza con un golpe que se llevó Luka Modric. Parece que se quedó todo en nada, pero por si acaso, Casemiro tomó su lugar en el campo. Gran chasco si se confirma una dolencia mayor del croata, pues sería lo único que podría emborronar una victoria madridista en Dinamarca más que aseada… pese al barrizal en el que tuvo que jugar.Fuente goal.com
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