El Estadio de los Juegos Mediterráneos de la UD Almería no se podrá quitar esta jornada el cartel de peor feudo de Primera. Ahora este dudoso honor lo comparte con otros campos de la máxima categoría. El empate sin goles deja al Espanyol asentado en mitad de la tabla y a la UDA momentáneamente fuera de los puestos de descenso tras un espectáculo vivo y dinámico pero carente de pegada.
Dos de los equipos más inconstantes de la Liga justificaban la etiqueta adjudicada con un inicio parejo roto por la velocidad de Jhon Córdoba, cuyo disparo golpeaba en el larguero tras ser desviado de manera afortunada por Esteban. Sergio García se animaba a explotar el fútbol directo con otra cabalgada despejada por el veterano meta asturiano. El conjunto catalán amenazaba con una marcha más en los primeros compases.
La réplica de los almerienses vino desde los once metros. Torje se revolucionaba, medía mal y entraba a Suso en el área después de un saque de esquina sacado en corto, sin aparente peligro. El lanzamiento de penalti era ejecutado por Verza a las mallas con exquisita suavidad. El colegiado mandaba lanzar de nuevo la pena máxima por invasión de Óscar Díaz. Verza, en esta ocasión, enviaba el esférico a las nubes, mandando al limbo la opción de los andaluces.
La reacción local era buena, sobreponiéndose tanto al penalti desperdiciado como a los zarpazos espanyolistas del arranque. El Almería alternaba ataques rápidos con largas combinaciones confeccionadas con mimo, frenadas por un tumulto entre los dos banquillos que concluía con el técnico indálico expulsado. Los rojiblancos se quejaban de haber escuchado un silbido desde el cuerpo técnico barcelonés que habría confundido a uno de sus jugadores.
La polémica quedaba aparcada en el segundo acto. Los blanquiazules retomaban la dinámica de explotar el juego vertical con Córdoba, Stuani y García ejerciendo de estiletes. La Unión abandonaba su seña de identidad basada en el toque para sumarse a la locura de las contras. El encuentro era un ir y venir continuo, careciendo del papel de los mediocampistas.
Las fuerzas se iban perdiendo en el tramo final. El cansancio hacía mella en sendos equipos, dando visos de conformarse tanto Almería como Espanyol por el punto sumado. Si bien, en el descuento se reavivaron para ofrecer un postrimero tramo donde cualquiera pudo llevarse los tres puntos en este matutino choque.
Fuente goal.com
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Dos de los equipos más inconstantes de la Liga justificaban la etiqueta adjudicada con un inicio parejo roto por la velocidad de Jhon Córdoba, cuyo disparo golpeaba en el larguero tras ser desviado de manera afortunada por Esteban. Sergio García se animaba a explotar el fútbol directo con otra cabalgada despejada por el veterano meta asturiano. El conjunto catalán amenazaba con una marcha más en los primeros compases.
La réplica de los almerienses vino desde los once metros. Torje se revolucionaba, medía mal y entraba a Suso en el área después de un saque de esquina sacado en corto, sin aparente peligro. El lanzamiento de penalti era ejecutado por Verza a las mallas con exquisita suavidad. El colegiado mandaba lanzar de nuevo la pena máxima por invasión de Óscar Díaz. Verza, en esta ocasión, enviaba el esférico a las nubes, mandando al limbo la opción de los andaluces.
La reacción local era buena, sobreponiéndose tanto al penalti desperdiciado como a los zarpazos espanyolistas del arranque. El Almería alternaba ataques rápidos con largas combinaciones confeccionadas con mimo, frenadas por un tumulto entre los dos banquillos que concluía con el técnico indálico expulsado. Los rojiblancos se quejaban de haber escuchado un silbido desde el cuerpo técnico barcelonés que habría confundido a uno de sus jugadores.
La polémica quedaba aparcada en el segundo acto. Los blanquiazules retomaban la dinámica de explotar el juego vertical con Córdoba, Stuani y García ejerciendo de estiletes. La Unión abandonaba su seña de identidad basada en el toque para sumarse a la locura de las contras. El encuentro era un ir y venir continuo, careciendo del papel de los mediocampistas.
Las fuerzas se iban perdiendo en el tramo final. El cansancio hacía mella en sendos equipos, dando visos de conformarse tanto Almería como Espanyol por el punto sumado. Si bien, en el descuento se reavivaron para ofrecer un postrimero tramo donde cualquiera pudo llevarse los tres puntos en este matutino choque.
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