El Betis se hizo desde el pitido inicial con la posesión del balón y el dominio del encuentro. El Lleida replegó líneas atrás pero fue incapaz de contener la ofensiva verdiblanca; el equipo de Juan Carlos Garrido, a instancia de precisas combinaciones entre Salva Sevilla y Joan Verdú y martilleando una y otra vez las alas –sobre todo la derecha, con Juanfran-, sitio al equipo Toni Seligrat para decantar el partido en su favor. El Betis a punto estuvo de adelantarse cuando apenas habían transcurrido dos minutos de partido, pero Salva Sevilla la envió a la izquierda de la portería de Nuñez tras un rechace del guardameta visitante. El gol, sin embargo, no tardaría demasiado en hacer aparición en el Benito Villamarín. Paulao, de cabeza, materializó tras el lanzamiento de un córner la superioridad local.
Al ritmo que la tarde, el encuentro en el Benito Villamarín fue oscuriéndose para el Betis poco a poco. Lo que empezó con dominio y goles se transformó en abucheos y temores que a poco estuvieron de verse materializados a manos del humilde Lleida Esportiú.
El Real Betis conquistó desde el inicio la posesión del balón y el dominio del encuentro. El Lleida replegó líneas atrás pero fue incapaz de contener la ofensiva verdiblanca; el equipo de Juan Carlos Garrido, a instancia de precisas combinaciones entre Salva Sevilla y Joan Verdú y martilleando una y otra vez las alas –sobre todo la derecha, con Juanfran-, sitio al equipo Toni Seligrat para decantar el partido en su favor. El Betis a punto estuvo de adelantarse cuando apenas habían transcurrido dos minutos de partido, pero Salva Sevilla la envió a la izquierda de la portería de Nuñez tras un rechace del guardameta visitante. El gol, sin embargo, no tardaría demasiado en hacer aparición en el Benito Villamarín. Paulao, de cabeza, materializó tras el lanzamiento de un córner la superioridad local.
La superioridad física, técnica y táctica del equipo sevillano cuajó de nuevo cuando aún no se habían superado los diez minutos. Amaya, justo después de que Salva Sevilla estrellase un potente disparo desde veinte metros en la madera, aprovechó una dejada de Rubén Castro para firmar el mejor gol de la noche. El central verdiblanco, desde la frontal del área de Nuñez, envió un disparo seco a la escuadra derecha de la portería del guardameta rival. El 2-0 en diez minutos y el inteligente despliegue del equipo de Garrido ante un Lleida atemorizado, reconcilió durante algunos instantes a plantilla, entrenador y afición. El cielo oscuro de Sevilla, que apuntaba a noche feliz en territorio ‘manquepierda’, tornó el encuentro en victoria agridulce.
El Betis ralentizó el ritmo del partido y, tras la sustitución por lesión de Amaya, hizo aparecer poco a poco su peor versión. Comenzó a dar opciones al Lleida y Monforte, en el lanzamiento de una falta escorada en el costado izquierdo del ataque del Lleida, recortó distancias en el marcador motivado por la displicencia de la zaga verdiblanca y la impasividad del cancerbero Guillermo Sara. El clamor contra el guardameta fue, a medida que avanzaba el encuentro, envolviendo al resto del equipo y, apenas diez minutos después de la reanudación del encuentro, Mata, libre de marca, batió a Sara con un excelente golpeo con el interior para silenciar definitivamente a un Villamarín huérfano –la entrada más pobre de la temporada-.
En el segundo tiempo ambos entrenadores movieron el banquillo y el partido, muy trabado, fue agonizando entre el temor de la grada, silbidos al equipo y sucesivos cánticos contra el director deportivo del equipo, Vlada Stosic. Un tanto del Lleida dejaba al equipo verdiblanco fuera de la competición del KO, pero el Betis, no sin dudas, consiguió sellar el billete a octavos de la Copa del Rey con un empate que de poco vale en el seno de la afición verdiblanca.Fuente goal.com
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Al ritmo que la tarde, el encuentro en el Benito Villamarín fue oscuriéndose para el Betis poco a poco. Lo que empezó con dominio y goles se transformó en abucheos y temores que a poco estuvieron de verse materializados a manos del humilde Lleida Esportiú.
El Real Betis conquistó desde el inicio la posesión del balón y el dominio del encuentro. El Lleida replegó líneas atrás pero fue incapaz de contener la ofensiva verdiblanca; el equipo de Juan Carlos Garrido, a instancia de precisas combinaciones entre Salva Sevilla y Joan Verdú y martilleando una y otra vez las alas –sobre todo la derecha, con Juanfran-, sitio al equipo Toni Seligrat para decantar el partido en su favor. El Betis a punto estuvo de adelantarse cuando apenas habían transcurrido dos minutos de partido, pero Salva Sevilla la envió a la izquierda de la portería de Nuñez tras un rechace del guardameta visitante. El gol, sin embargo, no tardaría demasiado en hacer aparición en el Benito Villamarín. Paulao, de cabeza, materializó tras el lanzamiento de un córner la superioridad local.
La superioridad física, técnica y táctica del equipo sevillano cuajó de nuevo cuando aún no se habían superado los diez minutos. Amaya, justo después de que Salva Sevilla estrellase un potente disparo desde veinte metros en la madera, aprovechó una dejada de Rubén Castro para firmar el mejor gol de la noche. El central verdiblanco, desde la frontal del área de Nuñez, envió un disparo seco a la escuadra derecha de la portería del guardameta rival. El 2-0 en diez minutos y el inteligente despliegue del equipo de Garrido ante un Lleida atemorizado, reconcilió durante algunos instantes a plantilla, entrenador y afición. El cielo oscuro de Sevilla, que apuntaba a noche feliz en territorio ‘manquepierda’, tornó el encuentro en victoria agridulce.
El Betis ralentizó el ritmo del partido y, tras la sustitución por lesión de Amaya, hizo aparecer poco a poco su peor versión. Comenzó a dar opciones al Lleida y Monforte, en el lanzamiento de una falta escorada en el costado izquierdo del ataque del Lleida, recortó distancias en el marcador motivado por la displicencia de la zaga verdiblanca y la impasividad del cancerbero Guillermo Sara. El clamor contra el guardameta fue, a medida que avanzaba el encuentro, envolviendo al resto del equipo y, apenas diez minutos después de la reanudación del encuentro, Mata, libre de marca, batió a Sara con un excelente golpeo con el interior para silenciar definitivamente a un Villamarín huérfano –la entrada más pobre de la temporada-.
En el segundo tiempo ambos entrenadores movieron el banquillo y el partido, muy trabado, fue agonizando entre el temor de la grada, silbidos al equipo y sucesivos cánticos contra el director deportivo del equipo, Vlada Stosic. Un tanto del Lleida dejaba al equipo verdiblanco fuera de la competición del KO, pero el Betis, no sin dudas, consiguió sellar el billete a octavos de la Copa del Rey con un empate que de poco vale en el seno de la afición verdiblanca.Fuente goal.com
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