El Betis afrontaba la ida de dieciseisavos de la Europa League con la intención de olvidar su penoso idilio con el campeonato doméstico. El equipo entrado por Gabriel Calderón salió más relajado al campo que en el campeonato liguero ya que, aunque hablamos de una competición del K.O, no hay nada más decisivo para los verdiblancos que cada jornada de liga para intentar la machada de salvar la categoría.
Sin esa presión añadida, el Betis salió a escena demostrando que la calidad de su plantilla no se refleja en la clasificación liguera, al igual que su suerte, esquiva en lo que llevamos de liga. El equipo verdiblanco comenzó el encuentro de cara y en su primera llegada al área rusa, hizo diana. Dídac Vilà avanzó por la banda izquierda del ataque local y tras una muy buena maniobra en la frontal del área, con doble sombrero incluido sobre dos rivales, primero con el pie y luego con la cabeza, superó a Ryzhikov con un ajustado remate con la pierna izquierda.
El gol ayudó al Betis para mantener su dominio y seguir insistiendo en aumentar la ventaja, sobre todo con un activo Leo Baptistao en ataque, que remató en varias ocasiones desde fuera del área y obligó a Ryzhikov a realizar un par de paradas de mérito.
Si el partido comenzó de cara para los de Gabriel Calderón, mejor se pondría a la media hora de juego. El delantero centro del Rubin, Prudnikov, pecó de imprudente y en dos duras entradas consecutivas sobre Perquis y Juanfran, vio dos cartulinas amarillas en un minuto que dejaban a su equipo con diez hombres sobre el campo. Con ventaja numérica en el rectángulo de juego, los béticos pudieron aumentar su ventaja antes del descanso, pero ni Baptistao ni Cedric convirtieron sus oportunidades.
Al inicio de la segunda parte, los locales prosiguieron con su buen inicio y se mostraron ambiciosos desde el primer momento. El Rubin Kazán estaba tocado y Calderón decidió dar entrar a Rubén Castro con la intención de sentenciar la eliminatoria. El conjunto ruso defendía con 8 hombres en su área y el ímpetu bético se fue difuminando con el paso del tiempo.
Poco antes de alcanzar la media hora de la segunda mitad el Rubin asomó las orejas al área bético y decimos asomó porque ni tan siquiera lo hizo en la polémica decisión arbitral que dio origen al empate. Lolo Reyes derribó a Karadeniz en la frontal del área, pero el turco cayó dentro causando la confusión del colegiado belga Gumienny, que señaló la pena máxima. Eremenko puso el 1-1 desde los 11 metros sumiendo al Betis en su habitual estado de depresión.
Los verdiblancos no supieron encajar el golpe y, con más corazón que cabeza, no crearon prácticamente oportunidades de peligro sobre el área rival en lo que restaba de partido. El 1-1 final deja la eliminatoria abierta pero deja de manifiesto que el Betis tampoco tiene duende en Europa, al menos de momento…Fuente goal.com
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Sin esa presión añadida, el Betis salió a escena demostrando que la calidad de su plantilla no se refleja en la clasificación liguera, al igual que su suerte, esquiva en lo que llevamos de liga. El equipo verdiblanco comenzó el encuentro de cara y en su primera llegada al área rusa, hizo diana. Dídac Vilà avanzó por la banda izquierda del ataque local y tras una muy buena maniobra en la frontal del área, con doble sombrero incluido sobre dos rivales, primero con el pie y luego con la cabeza, superó a Ryzhikov con un ajustado remate con la pierna izquierda.
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Al inicio de la segunda parte, los locales prosiguieron con su buen inicio y se mostraron ambiciosos desde el primer momento. El Rubin Kazán estaba tocado y Calderón decidió dar entrar a Rubén Castro con la intención de sentenciar la eliminatoria. El conjunto ruso defendía con 8 hombres en su área y el ímpetu bético se fue difuminando con el paso del tiempo.
Poco antes de alcanzar la media hora de la segunda mitad el Rubin asomó las orejas al área bético y decimos asomó porque ni tan siquiera lo hizo en la polémica decisión arbitral que dio origen al empate. Lolo Reyes derribó a Karadeniz en la frontal del área, pero el turco cayó dentro causando la confusión del colegiado belga Gumienny, que señaló la pena máxima. Eremenko puso el 1-1 desde los 11 metros sumiendo al Betis en su habitual estado de depresión.
Los verdiblancos no supieron encajar el golpe y, con más corazón que cabeza, no crearon prácticamente oportunidades de peligro sobre el área rival en lo que restaba de partido. El 1-1 final deja la eliminatoria abierta pero deja de manifiesto que el Betis tampoco tiene duende en Europa, al menos de momento…Fuente goal.com
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