Insultante, apabullante, dominador... los adjetivos se agotan a la hora de definir el papel que está realizando el Bayern de Múnich en el torneo alemán. El cuarto clasificado del torneo germano ha recibido nada menos que un repóker de goles, cuatro de ellos en los primeros 28 minutos. Un reflejo de la superioridad del líder del torneo, el invicto rodillo rojo que ha firmado su 15º triunfo consecutivo en el campeonato doméstico.
Las escasas esperanzas del Schalke 04 de puntuar en el Allianz Arena se evaporaban a los 3 minutos con un lanzamiento de Alaba que se envenenaba tras golpear en la barrera, batiendo al guardameta visitante. La mueca del meta Ralf Fährmann revelaba la rendición temprana ante un conjunto bávaro, al que además le acompañaba la fortuna.
No sólo la suerte era bávara, también la clase, el juego y la intensidad. Un balón perdido por la zaga de Gelsenkirchen servía para que Mandzukic cediera a Robben quien levantaba sutilmente ante la salida de Fährmann. En un cuarto de hora, el partido estaba aparentemente decidido en Múnich, tanto como la propia Bundesliga.
La cuenta no paraba, el croata reclamaba su porción de gloria y al instante se saciaba. Un centro magistral de David Alaba hacía volar al balcánico que cabeceaba el tercero al dolido equipo de la cuenca del Ruhr, el cual recibía un revés cada vez que se levantaba de la lona. El varapalo se transformaba en severo castigo con la acción individual de Robben, aprovechando la indecisión de la inocente defensa de los azul de Prusia, quienes habían cometido en esta primera media hora todos los errores que un equipo no debe comenter.
El orgullo del Schalke salía levemente a relucir en el final del primer acto y con el comienzo del segundo. Un periodo tomado por los locales con tanta parsimonia que hasta un cúmulo de equivocaciones llevaban a Rafinha a doblar su tobillo en la dirección contraria y así reducir las distancias en el marcador con un autogol.
Los pupilos de Pep Guardiola despertaban acelerados con el gol encajado, como si necesitaran compensar el fallo con otro acierto. El quinto aparecía en forma de regalo, merced a una mala cesión de Boateng que complicaba la vida a Papadopoulos quien cometía penalti sobre Mandzukic. Roja, pena máxima y hat-trick de Robben, los sucesos se acumulaban en contra del Schalke y a favor del holandés, quien alcanza a los 55 goles en 96 partidos de Liga. Todo un récord, como los números de este Bayern.Fuente goal.com
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Las escasas esperanzas del Schalke 04 de puntuar en el Allianz Arena se evaporaban a los 3 minutos con un lanzamiento de Alaba que se envenenaba tras golpear en la barrera, batiendo al guardameta visitante. La mueca del meta Ralf Fährmann revelaba la rendición temprana ante un conjunto bávaro, al que además le acompañaba la fortuna.
No sólo la suerte era bávara, también la clase, el juego y la intensidad. Un balón perdido por la zaga de Gelsenkirchen servía para que Mandzukic cediera a Robben quien levantaba sutilmente ante la salida de Fährmann. En un cuarto de hora, el partido estaba aparentemente decidido en Múnich, tanto como la propia Bundesliga.
La cuenta no paraba, el croata reclamaba su porción de gloria y al instante se saciaba. Un centro magistral de David Alaba hacía volar al balcánico que cabeceaba el tercero al dolido equipo de la cuenca del Ruhr, el cual recibía un revés cada vez que se levantaba de la lona. El varapalo se transformaba en severo castigo con la acción individual de Robben, aprovechando la indecisión de la inocente defensa de los azul de Prusia, quienes habían cometido en esta primera media hora todos los errores que un equipo no debe comenter.
El orgullo del Schalke salía levemente a relucir en el final del primer acto y con el comienzo del segundo. Un periodo tomado por los locales con tanta parsimonia que hasta un cúmulo de equivocaciones llevaban a Rafinha a doblar su tobillo en la dirección contraria y así reducir las distancias en el marcador con un autogol.
Los pupilos de Pep Guardiola despertaban acelerados con el gol encajado, como si necesitaran compensar el fallo con otro acierto. El quinto aparecía en forma de regalo, merced a una mala cesión de Boateng que complicaba la vida a Papadopoulos quien cometía penalti sobre Mandzukic. Roja, pena máxima y hat-trick de Robben, los sucesos se acumulaban en contra del Schalke y a favor del holandés, quien alcanza a los 55 goles en 96 partidos de Liga. Todo un récord, como los números de este Bayern.Fuente goal.com
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