España sacó buena nota en la última prueba antes de que Vicente del Bosque presente la convocatoria con la que viajarán a Brasil para tratar de revalidar el título de campeón del Mundo. Si hay que poner un pero fue la falta de gol, puesto que el resultado final (1-0) se antoja algo escaso teniendo en cuenta el gran número de ocasiones de gol. El combinado nacional anuló a la scuadra azzurra a base de tocar y llegar con fluidez al área transalpina.
El equipo de Vicente del Bosque salió sobre el césped del Vicente Calderón fiel a su estilo, aquel que impuso Luis Aragonés y que tan buenos resultados ha dado en los últimos tiempos. Ha estado muy presente en todo momento el Sabio de Hortaleza, aquel que llevó a España a lo más alto ganando la Eurocopa de 2008, y al que se le brindó un sentido homenaje antes del comienzo. La Roja cuajó una primera media hora excelsa. Tiki taka y continuas llegadas hasta la portería de Buffon. Diego Costa ofreció mucha movilidad al ataque del conjunto español y eso lo aprovechaban los Iniesta, Cesc y Pedro para ir acumulando opciones.
A Italia, por su parte, no le quedaba otra que adoptar un rol defensivo y, con sus diez jugadores de campo metidos en su propio terreno de juego, trató de contrarrestar el alegre fútbol español con orden táctico y solvencia en la retaguardia. No obstante, llevaron veneno los azzurri en dos ocasiones aisladas. La primera un lanzamiento al palo de Cerci en los primeros compases del lance y la segunda tras un peligroso lanzamiento desde la frontal del área de Osvaldo que, con mucha intención, buscó la escuadra de la meta española.
El segundo acto comenzó con el primero. A pesar del carrusel de sustituciones – tres por cada equipo nada más comenzar – los dos equipos continuaron desempeñando el mismo guión. David Silva le insufló de nuevo aire al ataque hispano y continuó la selección española engordando el casillero de oportunidades de gol.
Estaba fallando la mira de los tiradores de la Roja. Antes de la llegada del gol de Pedro habían rematado en quince ocasiones, con solo tres entre los palos. El premio al despliegue ofensivo del equipo de Del Bosque llegó mediada la segunda parte después de una jugada de tiralíneas en la que Iniesta se inventó un taconazo mágico en el interior del área azzurri. Cierto que luego hubo suerte… Pedrito recogió un rechace de un defensor italiano, la pegó flojo y Buffon falló con estrépito al intentar atajar el cuero. El balón entró llorando. No fue bonito, pero más justo imposible.
Los últimos minutos fueron un correcalles, típico de un partido amistoso en el que los cambios van haciendo que poco a poco se pierda el rigor táctico. Asustó Italia por lo que es en dos saques de esquina en las postrimerías del encuentro, pero la selección española también pudo lograr el segundo por medio de Cazorla y Navas. Sensaciones muy positivas en líneas generales en un partido que deja un gran sabor de boca a menos de cien días ya para que comience la cita mundialista en Brasil.
Fuente goal.com
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