NCAA: Final Four 2014

Llegó el gran momento. Kentucky y Connecticut lucharán este próximo lunes por el título tras haber superado en dos upsets a los dos favoritos, Florida y Wisconsin. Los Huskies impusieron su ley ante unos Gators sin ideas, mientras que Aaron Harrison volvió a ser el héroe de los Wildcats con un triple final.

Ante una cifra récord de espectadores, Shabazz Napier puso la guinda final a su carrera universitaria. El boricua lideró con 22 puntos a Connecticut a su cuarto título, el primero bajo la breve era de Kevin Ollie, quién ha conseguido el campeonato en su primera incursión en el March Madness, manteniendo la imbatibilidad en finales (4 disputadas, 4 títulos) de su universidad. Los Huskies dominaron de principio a fin una final que Kentucky no supo hacer suya en ningún momento (11 tiros libres fallados) pese a remontar quince puntos de diferencia en la primera mitad.

Con dos momentos milagrosos de Aaron Harrison, Kentucky se presentaba en esta final con confianza y un talento que le acreditaba como favorita. Pero delante contaban con el peor rival posible. Unos hambrientos Huskies de Connecticut que ya habían desbancado a dos favoritos como Michigan State y Florida de la carrera hacia el título... y los de Calipari tan sólo fueron su última víctima.

Los Huskies mostraron todas sus armas desde el primer minuto. Castigar al máximo las concesiones de su rival y anotar de la forma más fácil posible. Shabazz Napier y Ryan Boatright golpeaban duro con robos y canastas en el contraataque a una Kentucky sin rumbo. Los Wildcats, atascados completamente en un ataque sin ritmo ni energía, vivieron siempre por detrás en el marcador hasta un 15-30 que marcó su peor momento de la noche. Allí, los de Calipari encontraron un acierto que les había rechazado hasta ese instante.

Dos triples de Young y Harrison cambiaron la dinámica. Y con la presencia final de un vigilado Randle (10p-6r), Kentucky infligía a su oponente un 11-3 de parcial que dejaba el 31-35 del descanso. Los Wildcats habían sobrevivido a su peor momento, con una defensa zonal que maniató la confianza de los Huskies, aunque las sensaciones de su juego seguían sin ser buenas. UConn monopolizó sus ataques en Napier y desaprovechó su primera gran oportunidad.

Cambio de actitud en Kentucky en la segunda mitad. Más activos atrás y con más y mejor movimiento de balón y componentes, pero insuficiente para darle la vuelta total al resultado. Los Wildcats nunca dieron el golpe final para ponerse por delante y UConn aprovechó el momento. Embarró un partido en el que los minutos pasaban y ellos seguían cada vez más cerca del título. Y anotaron cuando debían, con puntuales acciones de un completísimo Napier o de su mejores escuderos, Boatright (14p) y el alemán Niels Giffey.

Ni las demostraciones de talento y potencia de un James Young que acabó en 20 puntos pudieron cambiar el control total de Connecticut, que no dió motivos de esperanza a su rival. Kentucky se acercaba a uno, los Huskies respondían. Y en una de estas, Napier y Giffey clavaron dos puñales en forma de triple a menos de cinco minutos. Letales psicológicamente para una Kentucky que perdió el partido en la línea de tiros libres. Los Wildcats fallaron 11 de sus 24 intentos, varios de ellos en una recta final que UConn puso bajo su mando.

Napier y Boatright eternizaron cada una de las posesiones y jugaron con la ansiedad de una bisoña Kentucky que acabó sometida y superada. Además, los de Kevin Ollie volvieron a estar perfectos en la línea de personal (10/10), algo que no había conseguido anteriormente ningún campeón en la gran final. Minimizaron sus errores y consiguieron la recompensa más grande posible en un torneo que recordó al que, con Kemba Walker como líder en 2011, levantaron ya Napier y Giffey, que repiten campeonato en una hazaña sin precedentes (campeones en edad freshman y senior).