vs.
Dallas Mavericks - San Antonio Spurs
Definitivamente, estos playoffs de 2014 van camino no sé si de ser los mejores de la historia, palabras mayores, pero sí los más emocionantes que se recuerdan en muchos años. Más de la mitad de las eliminatorias de la primera ronda se han ido al séptimo partido y se han vivido duelos de un nivel altísimo, como el que ha enfrentado en la noche del viernes, madrugada del sábado en España, a los Mavericks y a los Spurs. Un auténtico partidazo, una oda al mejor baloncesto del mundo que terminó llevándose Dallas por 113-111 en un último cuarto coronado con un final increíble. Y en ese postrero éxtasis, protagonismo absoluto para Monta Ellis y DeJuan Blair, memorables minutos, y para Tony Parker, dando una réplica que sólo está al alcance de las superestrellas.
Por ahí hay que empezar el relato, por el final, sin más rodeos. La historia comenzó a 6:05, con 91-92 a favor de San Antonio tras canasta de Nowitzki, el salvavidas de los Mavs hasta ese momento con 22 puntos, que se echó a un lado para dejar paso a la épica de otros héroes. Tras 68 segundos de desaciertos de ambos equipos, Ellis dibujó un triplazo que puso de nuevo por delante a su equipo casi un cuarto después de su última ventaja (94-92)
Así arrancó el festival del escolta y el de Blair. Cinco minutos de gloria que descolocaron a los Spurs cuando todo parecía indicar que sentenciarían la eliminatoria con el 4-2. Splitter y Duncan estaban siendo dos titanes desesperantes, igual que Parker, que lo seguiría siendo. Pero Blair se adueñó de los rebotes, defendió con dramatismo, como si no hubiera mañana, y se inventó un 2+1 con una valentía que demandaba de sus pívots el estratega Carlisle -otro duelo enorme el suyo en los banquillos contra Popovich- y que echó de menos por ausencia de este exjugador de los Spurs -el año pasado casi no jugó en las Finales- en el quinto encuentro. Ellis le imitó y luego clavó un tiro de media distancia para el 102-94. Parecía definitivo, pero ni mucho menos lo fue.
A Parker no le dio la gana, no señor. Con tres penetraciones estratosféricas, sobre todo la tercera, que fue un baile de salón, puso a un punto a San Antonio (106-105) con 49 segundos por disputarse. Después se le escapó el balón ante la presión de Blair (está usted perdonado) tras dos tiros libres del eterno Carter, y desde la línea de personal, con algunos fallos, aguantó el tipo Dallas. Pero aún hubo tiempo para un epílogo que pudo ser surrealista tras los triples de Green y de Mills, una pérdida de Ellis y un tiro fallado y ya fuera de tiempo del propio Mills.
Antes de esta apoteosis se vieron un montón de cosas. Dominio inicial de Dallas hasta el tercer cuarto, picos de genialidad de Nowitzki, Carter y Calderón (12 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias, un triple que devolvió la esperanza a los suyos y la nariz rota en un lance con Parker en el tercer cuarto); un buen inicio de Green; y un duelo en la pintura que empezó con ventaja de los Mavs (20-8), que fue igualado por los Spurs (44-44) y que se se apuntaron finalmente los locales (50-48). Ahí estuvo una de las claves, al margen del orgullo y del coraje… y del flojo partido de Ginóbili. El domingo habrá otra ración de espectáculo, otro maravilloso derbi de Texas, esta vez en el A&T Center. ¿Se atreven a dar un pronóstico? Fuente as.com
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