ESCÁNDALO MACABRO EN BRASIL
Bruno, el portero asesino
En el asesinato están implicadas otras personas, entre ellas un sobrino menor de edad del guardameta
El meta del Flamengo lleva más de una semana detenido
Joaquim Piera
Brasil está conmocionado. Bruno Fernandes, portero y capitán del Flamengo, lleva más de una semana detenido acusado de haber ordenado el asesinato de la joven Eliza Samudio, de 25 años, con quien mantuvo una relación extraconyugal fruto de la cual tuvo un hijo, que tiene ahora cuatro meses.
El caso ha creado un gran impacto en la opinión pública brasileña porque se ha visto implicado el capitán del vigente campeón de Liga –el ‘Fla’ es el club más popular del país con más de 35 millones de ‘torcedores’– y por su extrema crueldad.
Según la policía brasileña, Bruno ordenó el mes pasado el secuestro de su ex amante, en Río de Janeiro. El 5 o 6 de junio, dos personas de máxima confianza del portero –su primo menor edad y un amigo conocido con el apodo de ‘Macarrao’ – colocaron a la joven y a su hijo Bruninho por la fuerza dentro de un coche propiedad del cancerbero y se la llevaron hasta Belo Horizonte. En el transcurso del viaje, de más de 450 kilómetros, la joven fue reiteradamente agredida con la culata de una pistola, quedando mal herida.
En los días siguientes, Eliza Samudio fue retenida en una casa de campo del jugador, situada a las afueras de Belo Horizonte, donde fue golpeada. El 8 de junio la policía encuentra el coche de Bruno, donde había manchas de sangre, pero nadie lo relacionó con el caso. Ese mismo día, bajo coacción, la joven llama a una amiga para explicarle que todo está bien.
Al día siguiente, Bruno aparece en su propiedad y se desencadenan los hechos. El portero, sus dos secuaces, la joven y el hijo se desplazan a una localidad vecina, hasta la casa de un ex policía, conocido como ‘Nenem’, amigo también del jugador. Allí, la joven es separada de su hijo, es atada y es estrangulada hasta la muerte por el ex policía, Según la investigación del caso, el portero estaría presente en el momento del crimen.
En seguida, el ex policía pide a los presentes que dejan el lugar, porque va a deshacerse del cadáver. Decide deshuesar a la joven, despedaza el cuerpo y lo arroja a un grupo de rottweillers para que sea devorado. Los huesos, conforme a la policía brasileña, fueron enterrados en las afueras de una ciudad vecina.
Bruno, acompañado por su primo y el amigo, vuelve a su propiedad junto con su hijo. La mujer del portero se hace cargo del bebé y lo da a una amiga para que momentáneamente lo vigile.
El día 26 de junio, la policía recibe una denuncia anónima indicando que Eliza Samudio, que ya estaba oficialmente desaparecida, había sido asesinada y que el portero Bruno estaría implicado. La denuncia acabó siendo hecha por un propio familiar del jugador, al ver que el primo de Bruno estaría trastornado por los acontecimientos.
Las investigaciones todavía están en marcha, y la policía brasileña apunta que hay un grupo de 10 personas implicadas en el asesinato, todos ellos del entorno del jugador. El goteo de detenciones es incesante. La sociedad brasileña sigue atónita cómo se desarrollan los hechos. Nunca, un deportista de elite en el país de la samba se había visto implicado en un asesinato tan cruel y despiadado.
Bruno, el portero asesino
En el asesinato están implicadas otras personas, entre ellas un sobrino menor de edad del guardameta
El meta del Flamengo lleva más de una semana detenido
Joaquim Piera
Brasil está conmocionado. Bruno Fernandes, portero y capitán del Flamengo, lleva más de una semana detenido acusado de haber ordenado el asesinato de la joven Eliza Samudio, de 25 años, con quien mantuvo una relación extraconyugal fruto de la cual tuvo un hijo, que tiene ahora cuatro meses.
El caso ha creado un gran impacto en la opinión pública brasileña porque se ha visto implicado el capitán del vigente campeón de Liga –el ‘Fla’ es el club más popular del país con más de 35 millones de ‘torcedores’– y por su extrema crueldad.
Según la policía brasileña, Bruno ordenó el mes pasado el secuestro de su ex amante, en Río de Janeiro. El 5 o 6 de junio, dos personas de máxima confianza del portero –su primo menor edad y un amigo conocido con el apodo de ‘Macarrao’ – colocaron a la joven y a su hijo Bruninho por la fuerza dentro de un coche propiedad del cancerbero y se la llevaron hasta Belo Horizonte. En el transcurso del viaje, de más de 450 kilómetros, la joven fue reiteradamente agredida con la culata de una pistola, quedando mal herida.
En los días siguientes, Eliza Samudio fue retenida en una casa de campo del jugador, situada a las afueras de Belo Horizonte, donde fue golpeada. El 8 de junio la policía encuentra el coche de Bruno, donde había manchas de sangre, pero nadie lo relacionó con el caso. Ese mismo día, bajo coacción, la joven llama a una amiga para explicarle que todo está bien.
Al día siguiente, Bruno aparece en su propiedad y se desencadenan los hechos. El portero, sus dos secuaces, la joven y el hijo se desplazan a una localidad vecina, hasta la casa de un ex policía, conocido como ‘Nenem’, amigo también del jugador. Allí, la joven es separada de su hijo, es atada y es estrangulada hasta la muerte por el ex policía, Según la investigación del caso, el portero estaría presente en el momento del crimen.
En seguida, el ex policía pide a los presentes que dejan el lugar, porque va a deshacerse del cadáver. Decide deshuesar a la joven, despedaza el cuerpo y lo arroja a un grupo de rottweillers para que sea devorado. Los huesos, conforme a la policía brasileña, fueron enterrados en las afueras de una ciudad vecina.
Bruno, acompañado por su primo y el amigo, vuelve a su propiedad junto con su hijo. La mujer del portero se hace cargo del bebé y lo da a una amiga para que momentáneamente lo vigile.
El día 26 de junio, la policía recibe una denuncia anónima indicando que Eliza Samudio, que ya estaba oficialmente desaparecida, había sido asesinada y que el portero Bruno estaría implicado. La denuncia acabó siendo hecha por un propio familiar del jugador, al ver que el primo de Bruno estaría trastornado por los acontecimientos.
Las investigaciones todavía están en marcha, y la policía brasileña apunta que hay un grupo de 10 personas implicadas en el asesinato, todos ellos del entorno del jugador. El goteo de detenciones es incesante. La sociedad brasileña sigue atónita cómo se desarrollan los hechos. Nunca, un deportista de elite en el país de la samba se había visto implicado en un asesinato tan cruel y despiadado.