Mientras la plantilla del Barcelona está prácticamente renovada (Laporta hizo un buen trabajo en este sentido), Dani Alves sigue sin tener noticia alguna procedente del despacho presidencial. Pero parece no importarle al crack. Gente cercana al jugador hace tiempo que trabaja de manera discreta para llegar a un acuerdo y tras haberse ejecutado la ampliación de Keita por dos cursos más esta semana, esperan que en las próximas sea el turno del brasileño, pieza imprescindible para Pep.
A día de hoy las cosas están de la siguiente manera. El defensa está convencido de seguir en el Camp Nou, pero la caja fuerte no está muy boyante. Por ese motivo, la idea del presidente Rosell, del vice Josep María Bartomeu y del director deportivo Zubizarreta, es la de ofrecerle un contrato largo, tanto como para que el futbolista, que en mayo hizo 28 años, acabe su carrera como jugador del Barça. Hasta el momento, todos los que pasaron por las oficinas, rubricaron por dos años; con Alves, la idea es que firme tres más o incluso cuatro, a los dos que aún tiene en vigor.
Opciones.
En el Barça manejan bien los tiempos, aunque saben que lo mejor sería no dormirse. Desde Manchester, los responsables del City siguen de cerca cualquier novedad. Los ejecutivos, técnicos y propietarios citicens hace tiempo que están enamorados del juego de Alves y ya intentaron llevárselo en el pasado, aunque siempre se quedaron con su propuesta dentro del maletín. La insistencia llegó hasta tal punto que el último mensaje que recibió decía: "Si tienes algún problema, no estás bien y necesitas un cambio, no lo dudes. Llámanos. Las puertas de nuestro estadio siempre estarán abiertas para tí".
Lo dicho. Rosell quiere agradar a Guardiola y éste sólo piensa en renovar a Alves. Todo parece bien ligado, por lo que el final se intuye feliz.