El Unicaja agudizó sus problemas lejos del Martín Carpena y volvió a caer, dando una muy mala imagen, ante un Bizkaia Bilbao Basket liderado por Marko Banic. El ala-pívot comandó el apabullante triunfo que logró el cuadro local sobre el conjunto de Los Guindos en el Bilbao Arena (89-71), un choque en el que, salvo en contadas ocasiones, el equipo bilbaíno siempre dominó, con el croata (21 puntos y 24 de valoración) como gran estrella.
A Aíto le preocupaba mucho el partido. No le faltaba razón. Desconfiaba de la fiabilidad de su equipo como visitante. Ya dio muestras de debilidad en la Caja Mágica de Madrid. Y ayer agudizó sus problemas. Con escasa intensidad en defensa, los malagueños encajaron 23 puntos en los tres primeros cuartos. Indolente, sin chispa ni concentración, faltos de confianza y con la única baja de Saúl Blanco, el Unicaja celebró un macabro Halloween.
El Bilbao maniobró a su antojo. Banic fue el maestro de ceremonias, pero contó con la colaboración de muchos compañeros, entre los que la mayoría tuvieron buenos minutos. Especialmente Aaron Jackson, que concluyó con 14 puntos y 17 de valoración.
La buena actuación del nuevo base explicó un poco cómo fue el choque, un tanto alocado y caótico, pero también muy intenso por parte local. Todo lo contrario que en el bando costasoleño.
Esa intensidad fue la que permitió a los de Fotis Katsikaris ponerse por delante en el marcador ya desde el primer cuarto a pesar de que el Unicaja se adelantó inicialmente: 0-2 y 2-5. Fueron las únicas ventajas verdes junto con el 27-28 y el 29-30 de mediados del segundo cuarto.
Hasta ahí llegaron los de Aíto García Reneses, que cedieron inmediatamente después un parcial de 10-0 (39-30) con el que el que el encuentro se decantó ya definitivamente para el Bizkaia. Banic encadenó entonces sus minutos más brillantes (16 puntos y 19 de valoración a mitad de partido).
Aunque se llegó al descanso con el Unicaja todavía con opciones, el choque no varió de dinámica y el tercer cuarto resultó demoledor para los intereses malagueños. Un triple inicial de Blums en ese tercer parcial, con el que el conjunto vasco superó por primera vez los diez puntos de ventaja (49-38), no hizo sino adelantar la debacle visitante, que se amplió a casi 20 puntos a diez minutos del final (69-50).
Con todo decidido, el último cuarto siguió en la misma línea y el Bizkaia alcanzó en un par de ocasiones hasta los 23 puntos de diferencia (77-54 y 79-56) antes de que el Unicaja maquillara algo el marcador definitivo. Tal y como hizo tres días antes frente al Real Madrid. Allí llegó a ir perdiendo también por más de 20 puntos, aunque finalmente frenó la sangría y adecentó la debacle: 68-56.
La defensa del Unicaja fue de chiste. No lograron los cajistas parar nunca a Banic y Jackson. Tampoco a Mumbrú (12 puntos) y, por momentos, a Warren , Vasileiadis y Hervelle. Los que más dieron la cara fueron Carlos Jiménez, al que no logró frenar ni su esguince de tobillo, y Robert Archibald (14 y 15 puntos, respectivamente), al que el ´banquillazo´ de Madrid le vino bien.
Con esta victoria, Unicaja se ve superado por el Bizkaia en la tabla y se vuelve a situar lejos de los ocho primeros de la tabla, los que disputarán la Copa del Rey a mediados de la Fase Regular.
El Unicaja tiró más de tres puntos (26 lanzamientos) que de dos (23), y volvió a perder la lucha por el rebote: 32 a 24 para el Bilbao, aunque a unos minutos del final reflejaba un descorazonador 29- 16. Con McIntyre por debajo de su nivel debido a la fascitis plantar –Cabezas, 15 de valoración en 15 minutos en la victoria del CAI, que ya supera al Unicaja en la tabla–, ni Jiménez pudo arreglar el entuerto. Y es que es difícil ganar perdiendo 22 balones. No parece la pista del Olympiacos la más propicia para iniciar la reacción.
Fin de semana desastrozo para el deporte malagueño
A Aíto le preocupaba mucho el partido. No le faltaba razón. Desconfiaba de la fiabilidad de su equipo como visitante. Ya dio muestras de debilidad en la Caja Mágica de Madrid. Y ayer agudizó sus problemas. Con escasa intensidad en defensa, los malagueños encajaron 23 puntos en los tres primeros cuartos. Indolente, sin chispa ni concentración, faltos de confianza y con la única baja de Saúl Blanco, el Unicaja celebró un macabro Halloween.
El Bilbao maniobró a su antojo. Banic fue el maestro de ceremonias, pero contó con la colaboración de muchos compañeros, entre los que la mayoría tuvieron buenos minutos. Especialmente Aaron Jackson, que concluyó con 14 puntos y 17 de valoración.
La buena actuación del nuevo base explicó un poco cómo fue el choque, un tanto alocado y caótico, pero también muy intenso por parte local. Todo lo contrario que en el bando costasoleño.
Esa intensidad fue la que permitió a los de Fotis Katsikaris ponerse por delante en el marcador ya desde el primer cuarto a pesar de que el Unicaja se adelantó inicialmente: 0-2 y 2-5. Fueron las únicas ventajas verdes junto con el 27-28 y el 29-30 de mediados del segundo cuarto.
Hasta ahí llegaron los de Aíto García Reneses, que cedieron inmediatamente después un parcial de 10-0 (39-30) con el que el que el encuentro se decantó ya definitivamente para el Bizkaia. Banic encadenó entonces sus minutos más brillantes (16 puntos y 19 de valoración a mitad de partido).
Aunque se llegó al descanso con el Unicaja todavía con opciones, el choque no varió de dinámica y el tercer cuarto resultó demoledor para los intereses malagueños. Un triple inicial de Blums en ese tercer parcial, con el que el conjunto vasco superó por primera vez los diez puntos de ventaja (49-38), no hizo sino adelantar la debacle visitante, que se amplió a casi 20 puntos a diez minutos del final (69-50).
Con todo decidido, el último cuarto siguió en la misma línea y el Bizkaia alcanzó en un par de ocasiones hasta los 23 puntos de diferencia (77-54 y 79-56) antes de que el Unicaja maquillara algo el marcador definitivo. Tal y como hizo tres días antes frente al Real Madrid. Allí llegó a ir perdiendo también por más de 20 puntos, aunque finalmente frenó la sangría y adecentó la debacle: 68-56.
La defensa del Unicaja fue de chiste. No lograron los cajistas parar nunca a Banic y Jackson. Tampoco a Mumbrú (12 puntos) y, por momentos, a Warren , Vasileiadis y Hervelle. Los que más dieron la cara fueron Carlos Jiménez, al que no logró frenar ni su esguince de tobillo, y Robert Archibald (14 y 15 puntos, respectivamente), al que el ´banquillazo´ de Madrid le vino bien.
Con esta victoria, Unicaja se ve superado por el Bizkaia en la tabla y se vuelve a situar lejos de los ocho primeros de la tabla, los que disputarán la Copa del Rey a mediados de la Fase Regular.
El Unicaja tiró más de tres puntos (26 lanzamientos) que de dos (23), y volvió a perder la lucha por el rebote: 32 a 24 para el Bilbao, aunque a unos minutos del final reflejaba un descorazonador 29- 16. Con McIntyre por debajo de su nivel debido a la fascitis plantar –Cabezas, 15 de valoración en 15 minutos en la victoria del CAI, que ya supera al Unicaja en la tabla–, ni Jiménez pudo arreglar el entuerto. Y es que es difícil ganar perdiendo 22 balones. No parece la pista del Olympiacos la más propicia para iniciar la reacción.
Fin de semana desastrozo para el deporte malagueño