La expectación era máxima. Ver el debut del chileno Manuel Pellegrini como entrenador del Málaga CF era uno de los grandes atractivos del partido de anoche en La Rosaleda. Pese a que la entrada que registró el estadio fue cuanto menos floja, la mayoría de los que se acercaron a presenciar el encuentro lo hicieron motivados por ver en vivo y en directo al nuevo jefe del banquillo malaguista.
El resultado del encuentro entre el Málaga y el Hércules era importantísimo en las aspiraciones de los locales –más teniendo en cuenta que el equipo es colista en la Liga y que la afición pedía a gritos una victoria–, pero el chileno fue el gran protagonista.
El pitido inicial marcaba un antes y un después. No era sólo un partido. Era el comienzo de un nuevo Málaga. Y Pellegrini es el hombre en el que los aficionados han depositado sus ilusiones para reflotar al equipo tras la etapa de Jesualdo Ferreira.
Anoche llegaba por primera vez al banquillo malagueño un técnico con una trayectoria imponente, que ha pasado por clubes españoles como el Real Madrid o el Villarreal. Un tipo de 64 años, de sobra conocido por los seguidores, metódico, tranquilo, que transmite confianza. Su predecesor, Ferreira, aterrizó en Málaga tras haber entrenado sólo en la Liga portuguesa.
Las diferencias a la hora de concebir el fútbol no tardaron en hacer acto de presencia. Pero antes de comenzar el juego ya cambió algo. Pellegrini saltó al campo y giró hacia la izquierda, directo al banquillo de Fondo. Ferreira eligió siempre el de Gol, el que los aficionados piensan que es un banquillo gafe. Sea una superstición o no, lo cierto es que el portugués perdió sus cinco encuentros que jugó en casa sentado en ese banco y Pellegrini llegó ayer, se cambió y ganó.
El planteamiento del partido también fue distinto al pasado. Frente al 4-3-3 de Ferreira, Pellegrini eligió jugar con un 4-4-2, con mayor libertad de movimientos para los mediocentros.
Goles
La noche empezó de la mejor manera para el Málaga. En el minuto 11 llegó el primer gol. Lo marcó Eliseu. Pellegrini, que estaba en pie delante del banquillo, aplaudió a sus jugadores. Pero poco más. Nada de distracciones. Unos segundos después ya estaba dando órdenes para retomar el juego.
Con el segundo tanto la cosa cambió. Sólo cinco minutos después, en el 16, Edinho puso el 2-0. Entonces el técnico sacó los puños. Era para celebrarlo. Pellegrini salió del banquillo y arreó a sus jugadores. La noche podía ser memorable.
Con el paso de los minutos El Ingeniero se sentó en el banquillo, donde pasó la mayor parte del partido. En el 31 llegó el gol del Hércules. El chileno regresó a su asiento. Pocos minutos después, en una jugada polémica en la que Eliseu vio una tarjeta amarilla –que pudo llegar más por su fama que por la falta en sí–, Pellegrini salió del banquillo para decirle a su jugador que dejase de protestar al árbitro. El técnico conoce ya a su plantilla y pedía calma.
En la segunda parte, de salida, Pellegrini no varió su actitud ni su estrategia. Tras el segundo gol del Hércules (min 63) llegaron los cambios. Primero introdujo a Apoño por Fernando y poco después salió Eliseu y entró Sebas. Además, el esquema pasó a ser un 4-3-3. Otra curiosidad: en el 31 entró el ex madridista y viejo conocido de Pellegrini, Drenthe. Agobiado al final, cuando todo parecía indicar que el partido acabaría en empate y volaba la Copa, llegó el gol de Sebas (min.90). Algo ha cambiado.
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Grande pellegrini
El resultado del encuentro entre el Málaga y el Hércules era importantísimo en las aspiraciones de los locales –más teniendo en cuenta que el equipo es colista en la Liga y que la afición pedía a gritos una victoria–, pero el chileno fue el gran protagonista.
El pitido inicial marcaba un antes y un después. No era sólo un partido. Era el comienzo de un nuevo Málaga. Y Pellegrini es el hombre en el que los aficionados han depositado sus ilusiones para reflotar al equipo tras la etapa de Jesualdo Ferreira.
Anoche llegaba por primera vez al banquillo malagueño un técnico con una trayectoria imponente, que ha pasado por clubes españoles como el Real Madrid o el Villarreal. Un tipo de 64 años, de sobra conocido por los seguidores, metódico, tranquilo, que transmite confianza. Su predecesor, Ferreira, aterrizó en Málaga tras haber entrenado sólo en la Liga portuguesa.
Las diferencias a la hora de concebir el fútbol no tardaron en hacer acto de presencia. Pero antes de comenzar el juego ya cambió algo. Pellegrini saltó al campo y giró hacia la izquierda, directo al banquillo de Fondo. Ferreira eligió siempre el de Gol, el que los aficionados piensan que es un banquillo gafe. Sea una superstición o no, lo cierto es que el portugués perdió sus cinco encuentros que jugó en casa sentado en ese banco y Pellegrini llegó ayer, se cambió y ganó.
El planteamiento del partido también fue distinto al pasado. Frente al 4-3-3 de Ferreira, Pellegrini eligió jugar con un 4-4-2, con mayor libertad de movimientos para los mediocentros.
Goles
La noche empezó de la mejor manera para el Málaga. En el minuto 11 llegó el primer gol. Lo marcó Eliseu. Pellegrini, que estaba en pie delante del banquillo, aplaudió a sus jugadores. Pero poco más. Nada de distracciones. Unos segundos después ya estaba dando órdenes para retomar el juego.
Con el segundo tanto la cosa cambió. Sólo cinco minutos después, en el 16, Edinho puso el 2-0. Entonces el técnico sacó los puños. Era para celebrarlo. Pellegrini salió del banquillo y arreó a sus jugadores. La noche podía ser memorable.
Con el paso de los minutos El Ingeniero se sentó en el banquillo, donde pasó la mayor parte del partido. En el 31 llegó el gol del Hércules. El chileno regresó a su asiento. Pocos minutos después, en una jugada polémica en la que Eliseu vio una tarjeta amarilla –que pudo llegar más por su fama que por la falta en sí–, Pellegrini salió del banquillo para decirle a su jugador que dejase de protestar al árbitro. El técnico conoce ya a su plantilla y pedía calma.
En la segunda parte, de salida, Pellegrini no varió su actitud ni su estrategia. Tras el segundo gol del Hércules (min 63) llegaron los cambios. Primero introdujo a Apoño por Fernando y poco después salió Eliseu y entró Sebas. Además, el esquema pasó a ser un 4-3-3. Otra curiosidad: en el 31 entró el ex madridista y viejo conocido de Pellegrini, Drenthe. Agobiado al final, cuando todo parecía indicar que el partido acabaría en empate y volaba la Copa, llegó el gol de Sebas (min.90). Algo ha cambiado.
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Grande pellegrini