La falta de un candidato claro a relevarle y la inminente celebración del Mundial de Clubes mantienen, de momento, a Rafa Benítez en el banquillo del Inter de Milán, que ayer fue derrotado con contundencia por el Werder Bremen, otro equipo en crisis, lo que le condenó a la segunda plaza en su grupo de la liguilla de la Champions League.
Según publica hoy la Prensa italiana, Massimo Moratti se muestra ahora arrepentido de no haber destituido al técnico español, de 50 años, tras la derrota del Inter ante el Chievo, el pasado 21 de noviembre, cuando aún tenía tiempo de buscar un sustituto que dirigiera al equipo en el Mundialito. Ahora resulta imposible. El equipo parte hacia Abu Dhabi el viernes y Benítez busca un triunfo que salve su puesto de momento. El Inter, que la temporada pasada conquistó el triplete (Champions, Liga y Copa) es quinto en la Liga italiana, a diez puntos del líder Milán.
El Inter suma esta campaña siete derrotas (en 23 partidos), las mismas que acumuló durante toda la temporada pasada con Mourinho.
En el club se tiene la sensación de que el equipo no lo dio todo en Bremen y la Prensa recuerda que en todo el partido el conjunto 'neroazzurro' sólo cometió nueve faltas. Ello le condena ahora a unos octavos de final durísimos, en los que podría encontrarse con Madrid, Barcelona, Chelsea, Manchester United, Bayern Múnich o Schalke 04.
Rafa Benítez ya disputó un Mundial de Clubes, con el Liverpool, en 2005, y no pudo conquistarlo. Perdió en la final con el Sao Paulo por 1-0. En esta ocasión, otro equipo brasileño, el Internacional, campeón de la Copa Libertadores, comparece como el gran adversario de los italianos.
El presidente neroazzurro, Massimo Moratti, le mantiene en el banquillo tras el desastre de Bremen porque no puede encontrar un sustituto de aquí al viernes