En mayo de 2005 proclamó que "la camiseta debe pagar la deuda"; ayer defendió que no hay que "mancharla" de "ninguna de las maneras"
Johan Cruyff, en su artículo habitual de los lunes en 'El Periódico de Catalunya', se postulaba ayer claramente en contra de "manchar" la camiseta del Barça, en referencia al acuerdo alcanzado por el club azulgrana con "Qatar Foundation". Acusando a los actuales gestores de la entidad de "falta de imaginación", el técnico del Dream Team lamentaba que se haya tomado el camino "más fácil" para "aumentar ingresos".
El criterio de Cruyff en este asunto contrasta frontalmente con el expuesto por él mismo el 9 de mayo de 2005, en este caso en un artículo escrito en 'La Vanguardia'. Claro que por aquel entonces el presidente del club era Joan Laporta y no Sandro Rosell. "La camiseta debe pagar la deuda", decía en el titular. "Laporta tiene que pensar en solucionar la deuda que otros dejaron", proseguía.
La comparación de ambos artículos, firmados por el mismo autor, ofrece la oportunidad de rebatir preguntas de un lado a otro. Es decir, cuando Cruyff se cuestiona en 'El Periódico' "¿Vale la pena perder tu singularidad a cambio de ingresar una cantidad de dinero que no llega al 10 % del presupuesto?", la respuesta se puede encontrar en las reflexiones que él mismo hizo en 'La Vanguardia': "El FC Barcelona tiene una deuda enorme. ¿Creada por quién? Eso ahora ya no importa. Lo que cuenta es que la deuda existe y que hay que encontrar soluciones".
Especialmente significativa resulta una de sus afirmaciones (regresamos al presente) en cuanto a su presunta inflexibilidad en este tema: "Y diría exactamente lo mismo de haber sido otro presidente, otra junta, la que hubiese dado el visto bueno a esta operación". Releyendo los dos artículos, Cruyff se desmiente a sí mismo.