Este domingo la gimnasia española se enfrenta a unas elecciones tan importantes que posiblemente esté decidiendo su futuro como deporte relevante en España. A dos años de los Juegos Olímpicos de Londres, prácticamente ha escrito su peor temporada deportiva en todas las disciplinas olímpicas, la gestión económica es tan deficiente que la propia Federación apuesta por el hermetismo para no filtrar datos que pongan en solfa sueldos y gastos de los directivos en un momento de bancarrota, y Antonio Esteban al final ha abandonado un cargo para el que por imagen estaba incapacitado y era el comentario de sus colegas presidentes por aquello de las fotos en las que aparecía de cualquier manera.
El balance deportivo de tan triste año sólo ha tenido un resultado riguroso: Efrossina, la seleccionadora del conjunto de rítmica, ha sido despedida pese a la oposición del Consejo Superior de Deportes. Pancri Sirvent, la directota del Comité Técnico de rítmica, cortó por lo sano y argumentó las lesiones de las gimnastas, aunque la búlgara, antes de eso, ya había denunciado todo tipo de atrocidades para boicotear su trabajo de preparación después de dos excelentes puestos en campeonatos anteriores.
En deportiva femenina la lesión de Ana Izurieta ha maquillado el desastre de la Selección en el Mundial, con lo que no ha habido censura externa ni autocensura propia: todo sigue igual. No hay gimnastas, y se tira de las nacionalizadas. Desde el Comité Técnico no se ha dicho (ni hecho) nada, y lo peor del caso es que la impresión que se tiene es de un total divorcio entre los entrenadores de los clubes y el equipo nacional, y miedo a que el Comité pase factura a los díscolos dado que también señala a las jueces para las competiciones domésticas.
Sólo se salva la deportiva masculina, un islote en el entramado de la Federación, aunque sufre la presión de la carencia de recursos, hasta el punto de que Álvaro Montesinos, el seleccionador nacional, adelantó su propio dinero para poder viajar con el equipo nacional al Europeo de Londres. En aquellos días, los gimnastas y los entrenadores echaron de menos la presencia de Jesús Carballo hijo, su director técnico, para tomar decisiones en la Federación. Casi se plantan los gimnastas, convencidos por sus técnicos para meterse en unas furgonetas camino de Londres.
Eso sí, las tres disciplinas se han quejado de la poca preparación que han tenido este año, sin encuentros internacionales, sin posibilidades de medir la preparación de sus gimnastas, sin capacidad de rodar a los nuevos en encuentros de cierto nivel. Menos dinero, menos competición. Y en esa situación, ni gimnastas ni jueces están al día en sus cobros; sólo el gasto contable de la Federación, mal que bien, se mantiene al día.
Esa es la situación que se encontrará el presidente electo que suceda a Tony Esteban: pésima posición económica, y complicada posición deportiva, que sólo se puede mejorar desde una entrada de ingresos que ahora resulta desoladora dado que el patrocinador principal de la Federación, descontento con lo que recibe por lo que aporta, también valora la salida.
Jesús Carballo, el más conocido
De los tres candidatos, Jesús Carballo hijo es el más conocido para el público en general. Doble campeón del mundo y el más mediático de nuestros gimnastas hasta la irrupción de Gervi Deferr, tiene a su favor la frescura juvenil, e incluso la proyección pública si el momento fuese otro, el de bonanza de hace unos años. Porque frente a lo que ofrece, la realidad es que Jesús está en rodaje y en fase de aprender: su experiencia es mínima en cargos directivos de toma de decisiones, y ni siquiera tiene los conocimientos de gestionar un club por pequeño que sea, ni presenta unos estudios superiores o medios o un trabajo empresarial que le avalen. Y lo peor es que su auténtico aval es que sus apoyos son, precisamente, los gestores que han llevado a la Federación Española a su actual situación, y aunque públicamente Jesús ha comentado que él no tiene anclajes con el pasado, la realidad es que los actuales cargos son los que están sacando adelante su candidatura, muchos de ellos para mantener sus actuales privilegios en los distintos comités.
Frente a Carballo, y contra todo el aparato federativo, se presentan Angelo Madroñal y Chelo Llera, ambos presidentes de federaciones territoriales y que también han colaborado con las directivas de Antonio Esteban: Angelo, dimitió hace unos años; Chelo, se mantuvo hasta el final, pero en la Junta en la que los directivos apostaron por la continuidad federativa y de ellos señalado a Carballo como sucesor, ella resultó contestataria y contraria a cualquier designación en una mesa y sin pulsar el interés general del deporte.
Madroñal es empresario y dirige la Federación Andaluza, incluso pasó la vicepresidencia de la Española, cargo del que dimitió por sus discrepancias con el anterior presidente. Ha tenido un recorrido lógico, desde sus inicios como presidente en un club de rítmica de Marbella, hasta dirigir ahora la Federación Andaluza a la que ha conseguido meter en el mapa nacional en casi todas las modalidades, e incluso organizando torneos internacionales de interés. Si ese es el aspecto positivo, en su contra está el haber sido la oposición de Esteban en los últimos años, y eso es un hándicap en una asamblea dominada por la gente del anterior presidente y con mucho voto cautivo. De momento, de su equipo de trabajo se han apuntado algunos representantes de la gimnasia nacional, aunque para superar la crisis actual asegura que formará un comité asesor con personajes del mundo empresarial.
Chelo se autopresenta como una imagen nueva para aunar a la gimnasia
Por lo que respecta a Chelo, presidente la Federación Extremeña, una federación que en los últimos años ha ido aportando gimnastas a los equipos nacionales, es profesora de Educación Física y aunque ha sido vocal hasta el último día con Antonio Esteban, se ha desmarcado de todo lo que ha representado y representa el ex presidente levantino. Esa situación es su hándicap porque ha perdido la confianza del grupo en el que estaba, y los de fuera la ven con recelo. Sin embargo, la extremeña se autopresenta como una imagen nueva para aunar a toda la gimnasia.
Y con estos tres candidatos y ochenta electores, muchos de ellos con sus sueldos comprometidos con quien salga presidente (Marrón, por ejemplo, es el presidente de la Federación Aragonesa y secretario general y profesional bien remunerado en la Española, cuyo cargo depende de la elección de Carballo, por quien ha hecho campaña) el domingo se decide quien saca adelante a un deporte que ha dado seis medallas olímpicas a España, que es uno de los que vertebran los Juegos Olímpicos, y que atraviesa una crisis galopante. Sería interesante que al final los electores, gente del deporte, reflexionaren y por encima de las presiones, los amigos, y las simpatías, decidan lo que de verdad consideran que es lo mejor.
El domingo se decide quien saca adelante a un deporte que ha dado seis medallas olímpicas a España