El futuro del Gran Premio de Australia está en el aire. El alcalde de Melbourne, Robert Doyle, ha advertido de que el aumento de los costes podría hacer que la ciudad australiana perdiera su Gran Premio. El mismo Doyle cree que no debería renovarse el contrato con la FOM para albergar el GP de Australia, que expira en 2015.
Desde hace algún tiempo hay dudas sobre la rentabilidad del Gran Premio de Australia por la preocupación sobre la financiación estatal que requiere y las pérdidas que ha acarreado el evento en los últimos años. Desde 2008, los contribuyentes de Victora han pagado 95 millones de euros por el Gran Premio en Melbourne.
Doyle sostiene en su columna de hoy del Herarld Sun que los beneficios por la celebración del GP no cubrían los gastos desde 1996 (aquel año perdieron en torno a los 1,2 millones de euros), pero que ahora la situación financiera es insostenible, con pérdidas de casi 37 millones de euros en la última edición por los menores ingresos por patrocinios.
Doyle propone cuatro opciones para el futuro.
Como posibles soluciones, Doyle propone una lista de cuatro posibilidades para el futuro: la primera es que Ecclestone traslade el GP a otro trazado más adecuado. "Tenemos la licencia hasta 2015, después de lo cual hay cuatro posibilidades. En primer lugar, que el jefe de la F1, Bernie Ecclestone, recoja su bate y la pelota y se vaya a casa. A pesar de los esfuerzos, el polémico y malhumorado Bernie se llevará los dólares de cualquier país asiático o rico en petróleo de Oriente Medio. No habrá negociación exitosa. Fin de la historia".
Esta imágen de Webber en Australia podría no repetirse.
En segundo lugar, Doyle revela que Ecclestone le ha insistido para que el GP de Australa se celebre por la noche: "El problema de Albert Park es que se trata de un parque de 300 hectáreas y una carrera nocturna allí significa iluminar no sólo la pista, sino también el parque para proporcionar seguridad. Demasiado caro. Pero igualmente, el coste de una pista diseñada para la ocasión cuesta 220 millones de euros y no podría ser sostenible". En el caso de querer una carrera noctura, la F1 podría moverse, según Doyle, "a Avalon o Noble Park, diseñadas para la ocasión, o posiblemente en otros lugares de Sydney o Perth".
La tercera opción sería la remodelación y actualización del circuito de Albert Park, para mantener el GP en el mismo trazado que hasta ahora, aunque su coste, según Doyle, ascendería a unos seis millones de euros. Para ello, sería necesario que Ecclestone aceptara que el Gran Premio de Australia no sea una carrera nocturna. "De la forma actual, satisface tanto al público local como a la audiencia televisiva del resto del mundo. El patrocinio y la publicidad demandan eso".
Y la cuarta opción, la más probable, es la salida del circuito de Albert Park de la F1.
"A pesar de que los beneficios documentados para la ciudad pueden incluir cientos de millones de dólares en valor publicitario y decenas de millones de dólares de ingresos locales, un evento de tres días que atrae entre 250.000 y 300.000 personas costaría alrededor de 51 millones de euros al contribuyente", escribe el alcalde.
"No conozco ninguna ciudad que voluntariamente se haya alejado de un Gran Premio pero, ¿podría ser Melbourne la primera?"
"La última posibilidad es que decidamos que han sido 20 años fantásticos, los beneficios para la ciudad y el país han sido enormes, pero el ciclo sigue su curso. Mi opinión sería la siguiente: preparados. Se acabó el tiempo", concluye Doyle.
Desde hace algún tiempo hay dudas sobre la rentabilidad del Gran Premio de Australia por la preocupación sobre la financiación estatal que requiere y las pérdidas que ha acarreado el evento en los últimos años. Desde 2008, los contribuyentes de Victora han pagado 95 millones de euros por el Gran Premio en Melbourne.
Doyle sostiene en su columna de hoy del Herarld Sun que los beneficios por la celebración del GP no cubrían los gastos desde 1996 (aquel año perdieron en torno a los 1,2 millones de euros), pero que ahora la situación financiera es insostenible, con pérdidas de casi 37 millones de euros en la última edición por los menores ingresos por patrocinios.
Doyle propone cuatro opciones para el futuro.
Como posibles soluciones, Doyle propone una lista de cuatro posibilidades para el futuro: la primera es que Ecclestone traslade el GP a otro trazado más adecuado. "Tenemos la licencia hasta 2015, después de lo cual hay cuatro posibilidades. En primer lugar, que el jefe de la F1, Bernie Ecclestone, recoja su bate y la pelota y se vaya a casa. A pesar de los esfuerzos, el polémico y malhumorado Bernie se llevará los dólares de cualquier país asiático o rico en petróleo de Oriente Medio. No habrá negociación exitosa. Fin de la historia".
Esta imágen de Webber en Australia podría no repetirse.
En segundo lugar, Doyle revela que Ecclestone le ha insistido para que el GP de Australa se celebre por la noche: "El problema de Albert Park es que se trata de un parque de 300 hectáreas y una carrera nocturna allí significa iluminar no sólo la pista, sino también el parque para proporcionar seguridad. Demasiado caro. Pero igualmente, el coste de una pista diseñada para la ocasión cuesta 220 millones de euros y no podría ser sostenible". En el caso de querer una carrera noctura, la F1 podría moverse, según Doyle, "a Avalon o Noble Park, diseñadas para la ocasión, o posiblemente en otros lugares de Sydney o Perth".
La tercera opción sería la remodelación y actualización del circuito de Albert Park, para mantener el GP en el mismo trazado que hasta ahora, aunque su coste, según Doyle, ascendería a unos seis millones de euros. Para ello, sería necesario que Ecclestone aceptara que el Gran Premio de Australia no sea una carrera nocturna. "De la forma actual, satisface tanto al público local como a la audiencia televisiva del resto del mundo. El patrocinio y la publicidad demandan eso".
Y la cuarta opción, la más probable, es la salida del circuito de Albert Park de la F1.
"A pesar de que los beneficios documentados para la ciudad pueden incluir cientos de millones de dólares en valor publicitario y decenas de millones de dólares de ingresos locales, un evento de tres días que atrae entre 250.000 y 300.000 personas costaría alrededor de 51 millones de euros al contribuyente", escribe el alcalde.
"No conozco ninguna ciudad que voluntariamente se haya alejado de un Gran Premio pero, ¿podría ser Melbourne la primera?"
"La última posibilidad es que decidamos que han sido 20 años fantásticos, los beneficios para la ciudad y el país han sido enormes, pero el ciclo sigue su curso. Mi opinión sería la siguiente: preparados. Se acabó el tiempo", concluye Doyle.