El Real Madrid acabó con su sequía de títulos y lo hizo ganando uno que se le resistía hace 18 años. Los merengues se impusieron al Barcelona en la final de Copa gracias a un tanto de Cristiano Ronaldo en la primera parte de la prórroga. El partido tuvo un dueño en cada parte y cualquiera de los dos pudo llevarse el trofeo. Los de Mou castigaron a la contra a un Barça que tuvo el balón pero no supo convertirlo en gol.
Cada equipo tuvo una parte para evitar la prórroga, pero los dos porteros estuvieron muy acertados
Si en algo se diferenció este choque al del pasado sábado es en que, esta vez sí, el Real Madrid no se limitó a esperar en la cueva al Barça. Sobre todo en la primera parte, los blancos fueron a morder. Esta vez no valía el empate.
En unos primeros 45 minutos llenos de tensión y en los que el Barcelona no era capaz de pasar de su campo con el balón controlado, el Madrid perdonó varias ocasiones. Cristiano Ronaldo pudo adelantar a los suyos en un par de ocasiones, pero se topó con Mascherano -que actuó de central con Piqué- y con Pinto.
Pepe dispuso de la mejor ocasión de la primera parte, pero su remate de cabeza en el último minuto se estrelló en el poste.
Reacción culé
Debió ponerle las pilas Guardiola a los suyos en el descanso porque tras la reanudación el Barcelona se pareció a sí mismo. Monopolizó la posesión del balón y fue capaz de generar las ocasiones de gol que en la primera parte se le resistieron.
Esta vez el protagonismo fue para Casillas que, como su homólogo, salvó varias ocasiones gol. Messi, Iniesta, Pedrito... el fútbol ofensivo del Barça se estrelló con el último muro madridista. Precisamente el jugador canario estuvo a punto de decantar la balanza del lado culé, pero Undiano acertó al anularle un tanto por fuera de juego.
Di María dispuso de la única ocasión de los blancos justo en el último minuto, pero Pinto respondió bien también a esa prueba.
La prórroga
Si el conjunto del partido fue dramático, lo de la prórroga ya fue para volverse loco. El Real Madrid no se vino abajo con el cambio de tornas de la segunda parte y saltó al tiempo extra confiando en sus opciones.
En esa entereza psicológica de los blancos tuvo mucho que ver Cristiano Ronaldo, que esta noche logró quitarse ese 'sambenito' de jugador que se borra en las grandes citas. El luso avisó primero y sentenció después.
Cristiano aprovechó la ocasión para quitarse el 'sambenito' de jugador que se borra en las grandes citas
El de Madeira cabeceó en el segundo palo un centro de Di María tras una pared con Marcelo. Un jugadón de pizarra que sirvió para superar a Alves y habilitar al Cristiano para decidir la final.
Ahí se decidió todo. Al Barça le entraron las prisas y no le salieron las cosas. Si antes no era capaz de marcar, con el reloj en contra le resultó imposible. En esa lucha por aguantar el resultado Di María vio la segunda amarilla en el 120. Una roja asumible a esas alturas de la final.
Con este triunfo el Real Madrid no sólo consigue acabar con su sequía de títulos, sino que logra una inyección de moral importante de cara a los dos Clásicos de Champions. Los blancos ya conocen el punto débil de su enemigo. Lo que nos espera promete ser apasionante.
Cada equipo tuvo una parte para evitar la prórroga, pero los dos porteros estuvieron muy acertados
Si en algo se diferenció este choque al del pasado sábado es en que, esta vez sí, el Real Madrid no se limitó a esperar en la cueva al Barça. Sobre todo en la primera parte, los blancos fueron a morder. Esta vez no valía el empate.
En unos primeros 45 minutos llenos de tensión y en los que el Barcelona no era capaz de pasar de su campo con el balón controlado, el Madrid perdonó varias ocasiones. Cristiano Ronaldo pudo adelantar a los suyos en un par de ocasiones, pero se topó con Mascherano -que actuó de central con Piqué- y con Pinto.
Pepe dispuso de la mejor ocasión de la primera parte, pero su remate de cabeza en el último minuto se estrelló en el poste.
Reacción culé
Debió ponerle las pilas Guardiola a los suyos en el descanso porque tras la reanudación el Barcelona se pareció a sí mismo. Monopolizó la posesión del balón y fue capaz de generar las ocasiones de gol que en la primera parte se le resistieron.
Esta vez el protagonismo fue para Casillas que, como su homólogo, salvó varias ocasiones gol. Messi, Iniesta, Pedrito... el fútbol ofensivo del Barça se estrelló con el último muro madridista. Precisamente el jugador canario estuvo a punto de decantar la balanza del lado culé, pero Undiano acertó al anularle un tanto por fuera de juego.
Di María dispuso de la única ocasión de los blancos justo en el último minuto, pero Pinto respondió bien también a esa prueba.
La prórroga
Si el conjunto del partido fue dramático, lo de la prórroga ya fue para volverse loco. El Real Madrid no se vino abajo con el cambio de tornas de la segunda parte y saltó al tiempo extra confiando en sus opciones.
En esa entereza psicológica de los blancos tuvo mucho que ver Cristiano Ronaldo, que esta noche logró quitarse ese 'sambenito' de jugador que se borra en las grandes citas. El luso avisó primero y sentenció después.
Cristiano aprovechó la ocasión para quitarse el 'sambenito' de jugador que se borra en las grandes citas
El de Madeira cabeceó en el segundo palo un centro de Di María tras una pared con Marcelo. Un jugadón de pizarra que sirvió para superar a Alves y habilitar al Cristiano para decidir la final.
Ahí se decidió todo. Al Barça le entraron las prisas y no le salieron las cosas. Si antes no era capaz de marcar, con el reloj en contra le resultó imposible. En esa lucha por aguantar el resultado Di María vio la segunda amarilla en el 120. Una roja asumible a esas alturas de la final.
Con este triunfo el Real Madrid no sólo consigue acabar con su sequía de títulos, sino que logra una inyección de moral importante de cara a los dos Clásicos de Champions. Los blancos ya conocen el punto débil de su enemigo. Lo que nos espera promete ser apasionante.