Rafael Nadal se ha clasificado para las semifinales del Conde de Godó tras imponerse con suma facilidad al francés Gael Monfils, al que doblegó por 6-2 y 6-2 en apenas 1 hora y cuarto de partido.
El manacorí firmó ante Monfils el mejor encuentro del torneo barcelonés. El insular, soberbio desde el fondo de la pista, no vio comprometida su presencia en ningún momento.
Nadal fue eléctrico en su juego y desubicó al físico Monfils con golpes imposibles. El número uno del mundo, cinco veces ganador del Conde de Godó, continúa dando rienda suelta a su excelente racha en tierra batida, donde ha cosechado 211 victorias en los 227 partidos oficiales que ha jugado sobre el polvo de ladrillo.
El insular hizo y deshizo a su gusto. La primera oportunidad de rotura llegó con el 3-1 a su favor en la manga inicial. Nadal dispuso de tres bolas de 'break' y no fue hasta la última cuando selló el 4-1 en el electrónico. De ahí en adelante, la superioridad del mallorquín se reflejó también en el marcador.
Las diferencias eran más que evidentes pese a la insistencia del galo, que no cejó en su empeño y colaboraba con el espectáculo. Así pues, Nadal cerró sin problemas el primer set y se citó para el segundo, el cual amenazaba con una hipotética suspensión si la lluvia hubiera hecho de presencia en una encapotada Ciudad Condal.
Fue entonces cuando Nadal salió a 'comerse' al parisino y al tercer juego (1-1) volvió a ejecutar la rotura del servicio de su oponente. El 2-1 abrió la veda y extendió la alfombra roja para un Nadal que acariciaba una plaza entre los cuatro mejores del torneo catalán.
Y así fue, Nadal aceleró y Monfils dejó por imposible el duelo con el mejor jugador del mundo, que mantiene su idilio con la tierra batida. Una victoria que tuvo otros componentes y que prepara el desembarco del manacorí para su plaza favorita: la Philippe Chatrier de Roland Garros.
El manacorí firmó ante Monfils el mejor encuentro del torneo barcelonés. El insular, soberbio desde el fondo de la pista, no vio comprometida su presencia en ningún momento.
Nadal fue eléctrico en su juego y desubicó al físico Monfils con golpes imposibles. El número uno del mundo, cinco veces ganador del Conde de Godó, continúa dando rienda suelta a su excelente racha en tierra batida, donde ha cosechado 211 victorias en los 227 partidos oficiales que ha jugado sobre el polvo de ladrillo.
El insular hizo y deshizo a su gusto. La primera oportunidad de rotura llegó con el 3-1 a su favor en la manga inicial. Nadal dispuso de tres bolas de 'break' y no fue hasta la última cuando selló el 4-1 en el electrónico. De ahí en adelante, la superioridad del mallorquín se reflejó también en el marcador.
Las diferencias eran más que evidentes pese a la insistencia del galo, que no cejó en su empeño y colaboraba con el espectáculo. Así pues, Nadal cerró sin problemas el primer set y se citó para el segundo, el cual amenazaba con una hipotética suspensión si la lluvia hubiera hecho de presencia en una encapotada Ciudad Condal.
Fue entonces cuando Nadal salió a 'comerse' al parisino y al tercer juego (1-1) volvió a ejecutar la rotura del servicio de su oponente. El 2-1 abrió la veda y extendió la alfombra roja para un Nadal que acariciaba una plaza entre los cuatro mejores del torneo catalán.
Y así fue, Nadal aceleró y Monfils dejó por imposible el duelo con el mejor jugador del mundo, que mantiene su idilio con la tierra batida. Una victoria que tuvo otros componentes y que prepara el desembarco del manacorí para su plaza favorita: la Philippe Chatrier de Roland Garros.