Rafael Nadal se clasificó para las semifinales del Mutua Madrid Open después de solventar con excelsa superioridad a Michael Llodra. El balear, vigente defensor del título e imbatido en tierra batida desde 2009 -acumula 36 victorias consecutivas en esta superficie-, tendrá como próximo rival sobre la arcilla madrileña a Roger Federer, partido que ya fue la final del año pasado.
Después de no tener que saltar al coso para superar el escollo de cuartos de final ante el argentino Juan Martín del Potro -el argentino se retiró previamente por una lesión en su cadera-, Rafa Nadal demostró que no ha perdido ritmo y que cada día se siente más a gusto sobre la arcilla de Madrid, el torneo más difícil para él de todos lo que se disputan en esta superficie por las condiciones de altura de la capital de España. El número 1 del mundo, que defiende título y por ende 1.000 puntos esta semana, se impuso con autoridad al francés Michael Llodra por un marcador global de 6-2 y 6-2 tras una hora y trece minutos de juego en un choque disputado en un abarrotado estadio Manolo Santana. Nadal comenzó ganando el partido desde el sorteo. Eligió comenzar restando como en él es normal y sacó partido a esta situación. El balear aprovechó que la maquinaria del zurdo francés, cuyas mejores armas son el saque y la volea, aún no se había puesto en marcha, para quebrarle a las primeras de cambio. Llodra se equivocó al intentar recortar diferencias con tímidas subidas a la red, donde se encontró todo un repertorio de 'passings' (8/20 en puntos jugados en la red), y cuando se quiso dar cuenta iba con un parcial de 4-0 abajo. En 34 minutos y tras sólo ceder cuatro puntos con el servicio, Rafa se apuntaba el primer acto por la vía rápida.
El segundo acto fue más competitivo, ya que Llodra consiguió meterse en el partido al sacar adelante sus primeros juegos al servicio. Rafa se sabía superior y si bien no le estaba siendo tan fácil como en el primer set, su comodidad era tal que llegó a intentar golpes de esos que quedan para la galería. Uno de ellos, un intento de 'passing' con su revés a dos manos, le ofreció el tan ansiado break en el quinto juego, momento de inflexión del partido. Nadal siguió haciendo acopio de un extraordinario porcentaje al servicio, con el que cedió sólo seis puntos, y una derecha demoleadora con el que marcar el ritmo. Hasta 27 golpes ganadores acabaron reflejados en la nómina del balear antes de poner el broche al partido.
Final anticipada ante Federer
En semifinales, Nadal se medirá al suizo Roger Federer, con el que tiene un bagaje positivo (15- y a quien ganó la final de Madrid el año pasado, después de que éste doblegara al sueco Robin Soderling, último verdugo del balear en arcilla, por un tanteo de 7-6(2) y 6-4 tras una hora y cuarenta y dos minutos de juego en un choque celebrado en el estadio Manolo Santana. El primer acto tuvo que resolverse en el tie-break después de que uno y otro no pudieran romperse el saque durante los doce primeros juegos. Tuvo sus opciones Federer, que sólo había podido hacer dos puntos al resto hasta el décimo juego y en éste desaprovechó dos bolas de set. El de Basilea, sin embargo, resolvió a placer la muerte súbita.
Mientras Soderling seguía apoyándose en un extraoridinario servicio para mantenerse en liza, Federer intentaba hacer daño al resto con diferentes recursos. De jugar de tú a tú con intensos intercambios pasó a jugarle al de Tibro con dejadas que acabaron por minar la moral de éste. En el noveno juego, tras ayudarse de un revés cortado que tras tocar la cinta cayó en campo contrario, Roger firmó el primer break del partido que a continuación ratificaría con un juego en blanco. Punto, set y partido para Federer, que protagonizará de nuevo un clásico con Nadal sobre la arcilla de Madrid.
Después de no tener que saltar al coso para superar el escollo de cuartos de final ante el argentino Juan Martín del Potro -el argentino se retiró previamente por una lesión en su cadera-, Rafa Nadal demostró que no ha perdido ritmo y que cada día se siente más a gusto sobre la arcilla de Madrid, el torneo más difícil para él de todos lo que se disputan en esta superficie por las condiciones de altura de la capital de España. El número 1 del mundo, que defiende título y por ende 1.000 puntos esta semana, se impuso con autoridad al francés Michael Llodra por un marcador global de 6-2 y 6-2 tras una hora y trece minutos de juego en un choque disputado en un abarrotado estadio Manolo Santana. Nadal comenzó ganando el partido desde el sorteo. Eligió comenzar restando como en él es normal y sacó partido a esta situación. El balear aprovechó que la maquinaria del zurdo francés, cuyas mejores armas son el saque y la volea, aún no se había puesto en marcha, para quebrarle a las primeras de cambio. Llodra se equivocó al intentar recortar diferencias con tímidas subidas a la red, donde se encontró todo un repertorio de 'passings' (8/20 en puntos jugados en la red), y cuando se quiso dar cuenta iba con un parcial de 4-0 abajo. En 34 minutos y tras sólo ceder cuatro puntos con el servicio, Rafa se apuntaba el primer acto por la vía rápida.
El segundo acto fue más competitivo, ya que Llodra consiguió meterse en el partido al sacar adelante sus primeros juegos al servicio. Rafa se sabía superior y si bien no le estaba siendo tan fácil como en el primer set, su comodidad era tal que llegó a intentar golpes de esos que quedan para la galería. Uno de ellos, un intento de 'passing' con su revés a dos manos, le ofreció el tan ansiado break en el quinto juego, momento de inflexión del partido. Nadal siguió haciendo acopio de un extraordinario porcentaje al servicio, con el que cedió sólo seis puntos, y una derecha demoleadora con el que marcar el ritmo. Hasta 27 golpes ganadores acabaron reflejados en la nómina del balear antes de poner el broche al partido.
Final anticipada ante Federer
En semifinales, Nadal se medirá al suizo Roger Federer, con el que tiene un bagaje positivo (15- y a quien ganó la final de Madrid el año pasado, después de que éste doblegara al sueco Robin Soderling, último verdugo del balear en arcilla, por un tanteo de 7-6(2) y 6-4 tras una hora y cuarenta y dos minutos de juego en un choque celebrado en el estadio Manolo Santana. El primer acto tuvo que resolverse en el tie-break después de que uno y otro no pudieran romperse el saque durante los doce primeros juegos. Tuvo sus opciones Federer, que sólo había podido hacer dos puntos al resto hasta el décimo juego y en éste desaprovechó dos bolas de set. El de Basilea, sin embargo, resolvió a placer la muerte súbita.
Mientras Soderling seguía apoyándose en un extraoridinario servicio para mantenerse en liza, Federer intentaba hacer daño al resto con diferentes recursos. De jugar de tú a tú con intensos intercambios pasó a jugarle al de Tibro con dejadas que acabaron por minar la moral de éste. En el noveno juego, tras ayudarse de un revés cortado que tras tocar la cinta cayó en campo contrario, Roger firmó el primer break del partido que a continuación ratificaría con un juego en blanco. Punto, set y partido para Federer, que protagonizará de nuevo un clásico con Nadal sobre la arcilla de Madrid.