El Madrid llegaba de perder en Zaragoza, otra derrota no era lo adecuado a dos semanas de la Final Four. Más allá de eso, jugarse, se jugaba poco. Y se notó de salida, cuando el Caja Laboral se tiró de cabeza a por la tercera plaza, la del Valencia, con los lanzamientos compulsivos de Teletovic y la presencia imponente de Barac, a lo alto (2,17 m) y a lo ancho.
Poco acierto en los de Molin y peor actitud defensiva. Con el segundo triple de Logan, y después de una antideportiva pitada a Llull (de vuelta dos semanas después de lesionarse ante el Barça), los de Ivanovic hicieron cumbre: 20-37, minuto 16. Ahí se cerró el festival baskonista, el de los triples y el rebote.
El Madrid dio un paso adelante en defensa, y lo hizo todavía sin Fischer en el campo, presente antes en los peores minutos blancos. Una bomba de tres de Suárez y el acierto de Sergio Rodríguez, que ha regresado de la lesión pujante en ataque, con confianza extra para penetrar y tirar, dejaron la diferencia en nueve puntos al descanso: 32-41. Había partido. Y a la vuelta, en un pestañeo, el Madrid encimó al rival: 44-45. Faltaba el alud, que se precipitó con gran estrépito, ahora ya sí con D'or Fischer en pista (mates y alley-oops a tutiplén), y con Llull de base. Nueve puntos del center y un triple del menorquín estiraban el parcial hasta un 36-10. Pero sobre todo fue la intimidación, la de Fischer, la que acogotó al enemigo: 68-53, un +32 del Madrid (48-16) en apenas 19 minutos. Reacción torera, de equipo de Final Four, pese a que aún le restara una última bajada en su montaña rusa particular. La que le colocó 72-69 a 20 segundos de la bocina.
Aunque quedan tres jornadas y gran parte de esta, las semifinales pintan Barça-Caja Laboral y Madrid-Valencia. Veremos.
Poco acierto en los de Molin y peor actitud defensiva. Con el segundo triple de Logan, y después de una antideportiva pitada a Llull (de vuelta dos semanas después de lesionarse ante el Barça), los de Ivanovic hicieron cumbre: 20-37, minuto 16. Ahí se cerró el festival baskonista, el de los triples y el rebote.
El Madrid dio un paso adelante en defensa, y lo hizo todavía sin Fischer en el campo, presente antes en los peores minutos blancos. Una bomba de tres de Suárez y el acierto de Sergio Rodríguez, que ha regresado de la lesión pujante en ataque, con confianza extra para penetrar y tirar, dejaron la diferencia en nueve puntos al descanso: 32-41. Había partido. Y a la vuelta, en un pestañeo, el Madrid encimó al rival: 44-45. Faltaba el alud, que se precipitó con gran estrépito, ahora ya sí con D'or Fischer en pista (mates y alley-oops a tutiplén), y con Llull de base. Nueve puntos del center y un triple del menorquín estiraban el parcial hasta un 36-10. Pero sobre todo fue la intimidación, la de Fischer, la que acogotó al enemigo: 68-53, un +32 del Madrid (48-16) en apenas 19 minutos. Reacción torera, de equipo de Final Four, pese a que aún le restara una última bajada en su montaña rusa particular. La que le colocó 72-69 a 20 segundos de la bocina.
Aunque quedan tres jornadas y gran parte de esta, las semifinales pintan Barça-Caja Laboral y Madrid-Valencia. Veremos.