Coincidiendo con el inicio de la gira del Arsenal por tierras asiáticas, ha trascendido que los altos ejecutivos del Emirates Stadium están por la labor de agilizar los trámites necesarios para rentabilizar al máximo el traspaso de Cesc Fàbregas. Es más, algunos medios británicos se hacían eco de diversas filtraciones en las que se expresan algunas dudas sobre la planificación deportiva que Arsène Wenger ha implantado en las últimas temporadas. No se trata de un golpe de estado ni nada por el estilo, pero sí han surgido discrepancias internas y, en esta ocasión, parece que las directrices del técnico no se acabarán imponiendo.
Con el director general ejecutivo al frente, Iván Gazidis, el Arsenal estaría por la labor de flexibilizar su postura en todo lo referente al centrocampista catalán. Es decir, la férrea postura de Wenger quedará arrinconada en un segundo plano y se retomarán los contactos con el Barça de forma más cordial. En las últimas horas se habría insinuado la necesidad de dar restablecer viejos puentes de diálogo en busca de un mejor clima negociador.
El Arsenal ahora sí que está por la labor de dejar salir a Cesc, aunque nadie debe interpretar este nuevo posicionamiento como un síntoma de debilidad. Estas mismas filtraciones insisten en que solo varía el espíritu del club, nada que ver con posibles rebajas sobre el precio final de la operación. Con o sin el visto bueno de Arsène Wenger, la entidad londinense confía en que la esperada marcha de su capitán le reporte un mínimo de 40 millones de euros en sus arcas.
La otra gran `noticia¿ surgida alrededor del caso Cesc Fàbregas parece más inverosímil. Según el rotativo `The Mirror¿, habría sido el propio entrenador catalán, Pep Guardiola, quien en las últimas horas habría presionado al presidente del Barça, Sandro Rosell, con una petición que no sería otra que la de alcanzar la cifra de los 40 millones de euros para cerrar de una vez por todas el traspaso del futbolista.
Un movimiento que contrasta con toda la político que el técnico de Santpedor ha seguido hasta la fecha. Y es que él mismo ha manifestado su confianza plena en los ejecutivos azulgrana y ha sido el primero en advertir que no es partidario de locuras económicas para reforzar su actual plantilla. Parece muy poco viable que el entrenador haya ejercido tal presión en el proceso negociador.
El Barça está a la espera de acontecimientos. La plantilla del Arsenal, con Arsène Wenger al frente, está en tierras asiáticas mientras Cesc se ha quedado en Londres. Ahora falta por comprobar si aprovechando el clima de distensión negociador las posturas entre clubs se aproximan y se cumplen todas las voluntades: Cesc en el Camp Nou y los millones en Londres.
weenger se esta poniendo es plan muy pesao es normal que el arsenal quiera acabar con el culebron de todos los veranos y 40 millones en caja
Con el director general ejecutivo al frente, Iván Gazidis, el Arsenal estaría por la labor de flexibilizar su postura en todo lo referente al centrocampista catalán. Es decir, la férrea postura de Wenger quedará arrinconada en un segundo plano y se retomarán los contactos con el Barça de forma más cordial. En las últimas horas se habría insinuado la necesidad de dar restablecer viejos puentes de diálogo en busca de un mejor clima negociador.
El Arsenal ahora sí que está por la labor de dejar salir a Cesc, aunque nadie debe interpretar este nuevo posicionamiento como un síntoma de debilidad. Estas mismas filtraciones insisten en que solo varía el espíritu del club, nada que ver con posibles rebajas sobre el precio final de la operación. Con o sin el visto bueno de Arsène Wenger, la entidad londinense confía en que la esperada marcha de su capitán le reporte un mínimo de 40 millones de euros en sus arcas.
La otra gran `noticia¿ surgida alrededor del caso Cesc Fàbregas parece más inverosímil. Según el rotativo `The Mirror¿, habría sido el propio entrenador catalán, Pep Guardiola, quien en las últimas horas habría presionado al presidente del Barça, Sandro Rosell, con una petición que no sería otra que la de alcanzar la cifra de los 40 millones de euros para cerrar de una vez por todas el traspaso del futbolista.
Un movimiento que contrasta con toda la político que el técnico de Santpedor ha seguido hasta la fecha. Y es que él mismo ha manifestado su confianza plena en los ejecutivos azulgrana y ha sido el primero en advertir que no es partidario de locuras económicas para reforzar su actual plantilla. Parece muy poco viable que el entrenador haya ejercido tal presión en el proceso negociador.
El Barça está a la espera de acontecimientos. La plantilla del Arsenal, con Arsène Wenger al frente, está en tierras asiáticas mientras Cesc se ha quedado en Londres. Ahora falta por comprobar si aprovechando el clima de distensión negociador las posturas entre clubs se aproximan y se cumplen todas las voluntades: Cesc en el Camp Nou y los millones en Londres.
weenger se esta poniendo es plan muy pesao es normal que el arsenal quiera acabar con el culebron de todos los veranos y 40 millones en caja