El
Real Madrid afrontaba su último partido de la gira americana con la
obligación de seguir mejorando y la intención de mostrar, una vez más,
las virtudes que tanto gustaron ante Los Ángeles Galaxy y el Chivas de
Guadalajara.
Mourinho presentó una alineación en la que
sorprendía la ausencia de Cristiano Ronaldo, Coentrao, Marcelo y Sergio
Ramos, además de la presencia de los canteranos Casado y Jesé. El once
titular fue el siguiente: Casillas; Arbeloa, Varane, Carvalho, Casado, Xabi Alonso, Granero, Özil, Jesé, Benzema y Callejón.
El encuentro comenzó con un Madrid arrollador, que no tardó ni dos minutos en anotar el 0-1. Callejón aprovecha un gran pase de Xabi Alonso para batir a Mondragón con un suave remate al palo largo.
Tras
el tanto, el Madrid dominó a placer ante un Philadelphia nervioso y sin
ideas. El conjunto merengue monopolizó el esférico y buscó la portería
rival con profundidad, verticalidad y mucho dinamismo.
Los
ataques se sucedían y el 0-2 llegó en el minuto diez. Benzema roba un
balón en área rival y la deja de cara ante la subida de Mesut Özil, que marcó con su pierna derecha. El alemán ajustó su remate ante la salida de un Mondragón que nada pudo hacer para evitar el gol.
Intentó reaccionar el Philadelphia, pero Casillas apareció para solucionar los problemas. El
guardameta del Real Madrid realizó dos grandes paradas en sendos
errores defensivos de Varane y Carvalho, que no supieron ajustar las
marcas.
Con el paso de los segundos, Özil fue adquiriendo una importancia capital
en el juego merengue. El ex del Werder Bremen supo asociarse con sus
compañeros y crear un desequilibrio importante en cualquier zona del
campo. Elaboró cuando quiso y desordenó cuando pudo.
Mientras Özil nos deleitaba, Benzema y Callejón gozaban de claras ocasiones
para aumentar la diferencia en el marcador. El francés remató fuera y
el ex del Espanyol se encontró con una gran intervención de Mondragón.
La superioridad era total.
Pese a todo, los despistes defensivos del Real Madrid le otorgaban una pequeña esperanza al Philadelphia, aunque su inocencia a la hora de atacar suponía un lastre muy difícil de superar.
Al descanso se llegó con 0-2 y buenas sensaciones por parte del equipo blanco, que basó su juego en una presión asfixiante, unas transiciones eléctricas y un Özil magistral.
Ya en la reanudación, Mourinho optó por hacer cambios. Jesús Fernández, Cristiano Ronaldo, Coentrao, Kaká, Marcelo, Albiol y Pepe entraron al terreno de juego. Se marcharon Casillas, Özil, Xabi Alonso, Granero, Casado, Jesé y Carvalho.
Pepe y Coentrao jugador en el centro del campo,
por delante de la defensa y con más perfil destructivo que organ¡zador.
El estilo cambiaba de manera radical sin la presencia de Xabi Alonso,
Özil y Granero.
El Real Madrid minimizó el control y se dedicó a contragolpear.
Abriendo el campo y con mucha movilidad, los hombres de Mourinho fueron
capaces de crear mucho peligro pese a haber cambiado la forma de jugar.
Cristiano Ronaldo, muy activo en todo momento, gozó de dos claras ocasiones en los primeros quince minutos.
Un cabezazo y un derechazo que se marcharon por el palo derecho de la
portería de Mondragón. Al portugués le faltó la puntería que sí mostró
en los dos primeros encuentros. El ex del Manchester United, pese a sus
errores de cara a gol, fue el mejor del Madrid en una aburrida segunda
mitad.
El típico carrusel de cambios terminó por deslucir un espectáculo que había ido de más a menos desde el minuto uno. Las permutas y los cambios de sistema descolocaron a los 22 protagonistas y nos privaron de ver una continuidad futbolística que sí tuvimos en la primera mitad.
Cuando los bostezos mandaban y el final del choque se acercaba, apareció Farfán para sorprender a Mejías
(sustituyó a Jesús Fernández en el 67') con una preciosa vaselina y
maquillar así el resultado final. El Madrid se marcha de Estados Unidos
con tres victorias en tres partidos.