El derbi del fútbol madrileño modesto reunía en el Coliseum
Alfonso Pérez a dos equipos con ganas de confirmar sensaciones positivas
en los dos encuentros anteriores a pesar de que ninguno conocía la
victoria en la presente temporada de la Liga BBVA en un duelo inédito
hasta la fecha en la máxima categoría.
El Getafe llegaba con la
condición de local, sin Luis García en el banquillo (sancionado de nuevo
tal y como ocurriera en el debut del equipo en casa) y con un once que
apostaba por Pedro León y Güiza como los referentes sobre el césped
conservando la estructura mostrada hasta la fecha.
Frente a los
azulones, un Rayo lanzado con una hinchada que lo acompañó en masa desde
Vallecas y no se cansó de animar desde el minuto cero, haciendo buena
aquella teoría que dice que el fútbol son estados de ánimo.
Salieron
los franjirrojos mucho más enchufados al partido desde el pitido
inicial, mientras el Getafe parecía adormilado sobre el césped por
aquello de la hora tempranera. Los de Sandoval establecieron un ritmo
alto y muy pronto recogieron los frutos de su planteamiento valiente.
Se
cumplía el minuto cuatro cuando Botelho recibía un balón desde la
esquina y lo peinaba de cabeza para que Trashorras, desde segunda línea,
pusiera con la testa el primer y único tanto del partido ante un Moyá que poco pudo hacer en la primera llegada del conjunto visitante.
El
tanto alentó al Rayo, que ya había demostrado estar mejor desde el
inicio del encuentro. Su dominio en la posesión se tradujo también en la
sensación de peligro por parte de los hombres de José Ramón Sandoval.
Sin disparos claros a puerta, pero con criterio a la hora de desplazar
el cuero y velocidad en los minutos finales, el conjunto madrileño
demostraba inconformismo y ganas de seguir mejorando en un encuentro que
se le había puesto de cara.
Mientras, el Getafe seguía atascado;
Juan Rodríguez, el encargado de sacar la pelota jugada desde atrás para
el cuadro azulón, fue señalado por Luis García, que lo sustituyó tras
media hora de juego intentando encontrar la tecla que no funcionaba. Sin
embargo, el problema era más general, con poca movilidad en los
desmarques en la zona de ataque y un nivel de intensidad demasiado bajo
para un rival que no paraba de morder en el centro del campo. La posesión se igualó antes del descanso, pero no lo hicieron las sensaciones de unos y otros sobre el césped.
En
la segunda mitad, las fuerzas se igualaron con un Getafe que buscó con
más intensidad el marco rival y comenzaron a verse algunas ocasiones a
cuentagotas. Fue el Getafe el que lo intentó primero, gracias a un
control prodigioso de Güiza que el jerezano no fue capaz de concretar
gracias a una buena parada de Dani.
La réplica franjirroja llegó
solo cinco minutos después, gracias a un disparo de Movilla bien
dirigido que Moyá consiguió despejar fuera de su portería. Entretanto,
el Getafe había reclamado un posible penalti sobre Miku, que el
colegiado decidió no decretar.
Pese a la reacción azulona, el
partido siguió dominado por el Rayo, que empezó a atrapar al Getafe en
su particular tela de araña trenzada desde la medular. Intentó Luis
García arreglarlo metiendo savia nueva desde el banquillo, con Pedro
Ríos y el canterano Abdel, pero el equipo solo se limitaba a mantener
las constantes vitales con la esperanza de poder sorprender.
Cerca
de finalizar el encuentro, Dani Güiza protagonizó la última gran acción
del choque, gracias a una buena acción del andaluz que controló e hizo
un gran autopase para batir a Dani con la puntera, pero la jugada estaba
anulada por fuera de juego. Era el broche para terminar el encuentro.
Con
este resultado, el Rayo consigue su primera victoria en la tabla y se
coloca con cinco puntos tras los dos empates cosechados. Por su parte,
el Getafe se queda en el fondo de tabla con un solo punto (el que consiguiera en el Coliseum frente al Levante) y comienza a generar dudas acerca de su rendimiento.
Buen comienzo del Rayo y gana el derbi ante un Getafe.