El Athletic recibía esta noche a Osasuna
con la intención de corroborar el buen juego desplegado en citas
anteriores con una victoria, la primera como local, en el campeonato
liguero. Y a buena fue que lo consiguió, un contundente 3-1 que
más bien pudo ser un 4-0 si no es por el conformismo en la segunda
parte que llevó a Javi Martínez a confiarse tanto que en el último
minuto cometió un penalti tan infantil como innecesario.
El
conjunto de Marcelo Bielsa salió con las ideas muy claras, muy brioso y
apretando arriba desde el pitido inicial. El estilo de juego de
asociación implantado por el rosarino hace que cuando se pierde el balón
en campo contrario los jugadores estén tan próximos que al perder el
balón la presión sobre el rival poseedor del balón es asfixiante
permitiendo no sufrir en labores defensivas. Pero todo esto no servía para nada si el equipo era incapaz de perforar la meta del equipo rojillo,
que alrededor del cuarto de hora subió las líneas y presionó tan arriba
que el Athletic era incapaz de elaborar como hasta ese momento.
En
esta tesitura, los locales se veían obligados a jugar más en largo y,
por tanto, la posterior recuperación del balón se antojaba mucho más
complicada, si bien es cierto que cada balón que Amorebieta jugaba en
largo con Llorente, éste lograba bajarlo y dejárselo a un compañero en
condiciones, pero el juego se volvió más trabado y Osasuna llegó a
dominar por momentos.
Pero en una de estas, una buena combinación
de los leones llevó el balón hasta la banda derecha y tras varios
rechaces el balón que cayó a los pies de Muniain que sin dejar respirar al balón alojaba el balón al fondo de las mallas navarras. A partir de aquí, otro vendaval local en juego y coraje permitía a Gabilondo anotar el segundo gol de la noche tras un remate de Llorente que golpeó en el brazo de Roversio y que dejó el balón franco al de Añorga.
Otra
muy buena combinación llevando el esférico de un lado a otro del campo
al primer toque hizo que llegara el tercero al filo del descanso al aprovechar Javi Martínez un centro medido por Andoni Iraola.
El
segundo tiempo transcurrió sin mayores sobresaltos pues el equipo de
Mendilíbar era incapaz de hacer daño a una defensa crecida gracias a las
actuaciones brillantes de Amorebieta y Ekiza. El conformismo ya
mencionado tampoco hizo que el Athletic lograra una mayor renta en el
marcador.
Sí hubo tiempo para que el colegiado enseñara la
segunda cartulina a Lamah por golpear a Muniain en la cara y a que Ander
Herrera volviera a pisar un terreno de juego tras perderse por una
lesión en el menisco los últimos partidos.
El atlethic gano con comodidad al Osasuna y asi apuntarse la primera victoria en San Mames
con la intención de corroborar el buen juego desplegado en citas
anteriores con una victoria, la primera como local, en el campeonato
liguero. Y a buena fue que lo consiguió, un contundente 3-1 que
más bien pudo ser un 4-0 si no es por el conformismo en la segunda
parte que llevó a Javi Martínez a confiarse tanto que en el último
minuto cometió un penalti tan infantil como innecesario.
El
conjunto de Marcelo Bielsa salió con las ideas muy claras, muy brioso y
apretando arriba desde el pitido inicial. El estilo de juego de
asociación implantado por el rosarino hace que cuando se pierde el balón
en campo contrario los jugadores estén tan próximos que al perder el
balón la presión sobre el rival poseedor del balón es asfixiante
permitiendo no sufrir en labores defensivas. Pero todo esto no servía para nada si el equipo era incapaz de perforar la meta del equipo rojillo,
que alrededor del cuarto de hora subió las líneas y presionó tan arriba
que el Athletic era incapaz de elaborar como hasta ese momento.
En
esta tesitura, los locales se veían obligados a jugar más en largo y,
por tanto, la posterior recuperación del balón se antojaba mucho más
complicada, si bien es cierto que cada balón que Amorebieta jugaba en
largo con Llorente, éste lograba bajarlo y dejárselo a un compañero en
condiciones, pero el juego se volvió más trabado y Osasuna llegó a
dominar por momentos.
Pero en una de estas, una buena combinación
de los leones llevó el balón hasta la banda derecha y tras varios
rechaces el balón que cayó a los pies de Muniain que sin dejar respirar al balón alojaba el balón al fondo de las mallas navarras. A partir de aquí, otro vendaval local en juego y coraje permitía a Gabilondo anotar el segundo gol de la noche tras un remate de Llorente que golpeó en el brazo de Roversio y que dejó el balón franco al de Añorga.
Otra
muy buena combinación llevando el esférico de un lado a otro del campo
al primer toque hizo que llegara el tercero al filo del descanso al aprovechar Javi Martínez un centro medido por Andoni Iraola.
El
segundo tiempo transcurrió sin mayores sobresaltos pues el equipo de
Mendilíbar era incapaz de hacer daño a una defensa crecida gracias a las
actuaciones brillantes de Amorebieta y Ekiza. El conformismo ya
mencionado tampoco hizo que el Athletic lograra una mayor renta en el
marcador.
Sí hubo tiempo para que el colegiado enseñara la
segunda cartulina a Lamah por golpear a Muniain en la cara y a que Ander
Herrera volviera a pisar un terreno de juego tras perderse por una
lesión en el menisco los últimos partidos.
El atlethic gano con comodidad al Osasuna y asi apuntarse la primera victoria en San Mames