Un destello en la penumbra del Reyno de Navarra bastó al Athletic Club de Bilbao para rescatar tres puntos vitales en la carrera en la que se han visto abocados hacia la permanencia. Se disfrazó Ibai Gómez del Ricardo Quaresma más frívolo para poner un inmejorable balón de exterior al segundo palo, donde apareció Markel Susaeta, sutil como acostumbra y con el interior de su pie derecho hizo inútil la estirada de Andrés Fernández.
Lo cierto es que buscó más el gol el conjunto bilbaíno tras la reanudación, cuando más cómodo se vio en el intercambio de ocasiones en un partido más abierto. Creció la ambición y el orgullo en Los Leones, sabedores de que una derrota en la noche de hoy podría tener consecuencias dramáticas.
Distinto había sido el comienzo del choque, cuando asentaron los hombres de Mendilibar el partido en campo rival, mas no lograron hacer efectivo el dominio en los primeros acercamientos a la meta que hoy volvía a defender Gorka Iraizoz, tras dos partidos en el banquillo. Recuperó el status de titular el portero del Athletic y volvió en él la confianza perdida. Seguro en sus intervenciones, anuló cualquier atisbo de peligro por parte de Osasuna, valiéndose incluso de la fortuna para ver pasearse ante sí dos balones que bien pudieron tomar el camino del gol.
No resultó Aduriz clave como en ocasiones anteriores. Vivió el donostiarra con la sombra de Arribas y Flaño pegada a su espalda y no pudo zafarse de su marca para buscar portería. Tampoco lo fue Kike Sola en el bando pamplonica. No era el día para los goleadores en el antiguo Sadar.
Quiso emular por momentos el Athletic aquellas jugadas por banda derecha que tantas alegrías les dieron el curso pasado. Se animó Iraola incoporándose en ataque y buscando de Ibai y Susaeta, a la postre decisivos. Sus caídas a banda fueron la única opción de los rojiblancos durante los primeros 45 minutos, anodinos para el desarrollo del choque. Fue una acción de Aymeric Laporte la única que levantó a los aficionados de sus asientos. Una carrera de 60 metros "a lo Beckenbauer" con dos quiebros incluidos le llevó hasta las proximidades del área de Osasuna. Desacostumbrado a verse por esos lares, pecó de indeciso y erró en el último pase.
Más fuerte en el centro del campo, sobre todo en la primera parte, se mostró el equipo de Mendilibar con Oier y Lolo anulando a Iturraspe y a un Herrera que vio la quinta amarilla y se perderá el próximo choque del Athletic frente al Valencia. Pero esa superioridad insustancial se vio reducida a medida que avanzó el partido, más aún con el tanto visitante.
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Lo cierto es que buscó más el gol el conjunto bilbaíno tras la reanudación, cuando más cómodo se vio en el intercambio de ocasiones en un partido más abierto. Creció la ambición y el orgullo en Los Leones, sabedores de que una derrota en la noche de hoy podría tener consecuencias dramáticas.
Distinto había sido el comienzo del choque, cuando asentaron los hombres de Mendilibar el partido en campo rival, mas no lograron hacer efectivo el dominio en los primeros acercamientos a la meta que hoy volvía a defender Gorka Iraizoz, tras dos partidos en el banquillo. Recuperó el status de titular el portero del Athletic y volvió en él la confianza perdida. Seguro en sus intervenciones, anuló cualquier atisbo de peligro por parte de Osasuna, valiéndose incluso de la fortuna para ver pasearse ante sí dos balones que bien pudieron tomar el camino del gol.
No resultó Aduriz clave como en ocasiones anteriores. Vivió el donostiarra con la sombra de Arribas y Flaño pegada a su espalda y no pudo zafarse de su marca para buscar portería. Tampoco lo fue Kike Sola en el bando pamplonica. No era el día para los goleadores en el antiguo Sadar.
Quiso emular por momentos el Athletic aquellas jugadas por banda derecha que tantas alegrías les dieron el curso pasado. Se animó Iraola incoporándose en ataque y buscando de Ibai y Susaeta, a la postre decisivos. Sus caídas a banda fueron la única opción de los rojiblancos durante los primeros 45 minutos, anodinos para el desarrollo del choque. Fue una acción de Aymeric Laporte la única que levantó a los aficionados de sus asientos. Una carrera de 60 metros "a lo Beckenbauer" con dos quiebros incluidos le llevó hasta las proximidades del área de Osasuna. Desacostumbrado a verse por esos lares, pecó de indeciso y erró en el último pase.
Más fuerte en el centro del campo, sobre todo en la primera parte, se mostró el equipo de Mendilibar con Oier y Lolo anulando a Iturraspe y a un Herrera que vio la quinta amarilla y se perderá el próximo choque del Athletic frente al Valencia. Pero esa superioridad insustancial se vio reducida a medida que avanzó el partido, más aún con el tanto visitante.
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