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Rugía Anoeta. Rugía pero no se escuchaban cánticos de la Real. El himno del Athletic sonaba con fuerza en San Sebastián en el éxodo bilbaíno de los Leones en su periplo antes de inaugurar el nuevo San Mamés. Gran ambiente en las gradas, con muchos seguidores rojillos también en Donosti, en un partido con intensidad, con garra, con mucha velocidad, que se decantó del lado de los rojiblancos gracias a un gol en propia puerta y otro en una contra perfecta.
El partido comenzó eléctrico, con un pase en profundidad en el primer minuto de juego que dejaba a Aritz Aduriz solo delante de Andrés Fernández, pero su disparo, tras impactar en la pierna del guardameta, se marchó a la madera, sembrando el miedo en la zaga pamplonica. Pero los de Mendilibar no se arrugaron y culminaron un partido muy completo, con la posesión de balón y un gran despliegue físico.
Los leones esperaban y le daban la pelota a los rojillos, como si jugaran de visitante, y de las botas de Beñat salió otra de las grandes oportunidades del primer tiempo. Un pase en profundidad de nuevo a Aduriz lo volvía a dejar contra Andrés Fernández, aunque esta vez con la presencia de Susaeta completamente solo en el segundo palo. Sin embargo, el internacional prefirió la filigrana y, tras rebasar al portero, Arribas cortó lo que era un gol seguro. El central, minutos después de salvar a su equipo, fue protagonista del gol de los vascos. Pelota que le llega a Susaeta en banda derecha, llega a línea de fondo y tras poner el pase de la muerte, Arribas erraba en el despeje y batía a Andrés Fernández. Gol del Athletic y al Osasuna le tocaba remar
La gran ocasión del Osasuna llegó a la salida de un córner por medio de Armenteros que, con una rosca maravillosa, a punto estuvo de hacer el gol de la jornada con un gol olímpico, pero un bien posicionado Herrerín sacó los puños cuando la pelota se colaba en las mallas de los rojiblancos.
La segunda parte comenzó con la misma intensidad, pero con menos ocasiones de gol en ambas porterías. El Osasuna jugaba mejor, pero sigue acusando una falta de pólvora preocupante. Los de Mendilibar, según pasaban los minutos, crecían en la parcela ancha y de la mano de Silva y Armenteros, colgaban balones al área que no encontraban rematador.
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El partido comenzó eléctrico, con un pase en profundidad en el primer minuto de juego que dejaba a Aritz Aduriz solo delante de Andrés Fernández, pero su disparo, tras impactar en la pierna del guardameta, se marchó a la madera, sembrando el miedo en la zaga pamplonica. Pero los de Mendilibar no se arrugaron y culminaron un partido muy completo, con la posesión de balón y un gran despliegue físico.
Los leones esperaban y le daban la pelota a los rojillos, como si jugaran de visitante, y de las botas de Beñat salió otra de las grandes oportunidades del primer tiempo. Un pase en profundidad de nuevo a Aduriz lo volvía a dejar contra Andrés Fernández, aunque esta vez con la presencia de Susaeta completamente solo en el segundo palo. Sin embargo, el internacional prefirió la filigrana y, tras rebasar al portero, Arribas cortó lo que era un gol seguro. El central, minutos después de salvar a su equipo, fue protagonista del gol de los vascos. Pelota que le llega a Susaeta en banda derecha, llega a línea de fondo y tras poner el pase de la muerte, Arribas erraba en el despeje y batía a Andrés Fernández. Gol del Athletic y al Osasuna le tocaba remar
La gran ocasión del Osasuna llegó a la salida de un córner por medio de Armenteros que, con una rosca maravillosa, a punto estuvo de hacer el gol de la jornada con un gol olímpico, pero un bien posicionado Herrerín sacó los puños cuando la pelota se colaba en las mallas de los rojiblancos.
La segunda parte comenzó con la misma intensidad, pero con menos ocasiones de gol en ambas porterías. El Osasuna jugaba mejor, pero sigue acusando una falta de pólvora preocupante. Los de Mendilibar, según pasaban los minutos, crecían en la parcela ancha y de la mano de Silva y Armenteros, colgaban balones al área que no encontraban rematador.
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