"Nunca me he cuestionado, ni he dejado de creer en mí mismo. No he necesitado hacerlo". Lewis Hamilton ha sido la comidilla del Gran Premio de Corea. Ni siquiera lograr la hazaña de derrotar a los Red Bull por primera vez en una calificación le arrancó una sonrisa de la cara.
Son muchas las teorías que circulan sobre el estado de ánimo del piloto. La fundamental es que se han juntado demasiadas cosas negativas en muy poco tiempo. Primero la explosión de Jenson Button, que lleva tres victorias por dos de Lewis y ocupa la segunda plaza por la quinta del entristecido piloto británico.
Jenson, tan inglés como él, ha encajado como un guante en el equipo y le está superando con todas las de la ley, forzándole previsiblemente a sobreactuar en algunas carreras. El error visible con Kobayashi en Bélgica, con Maldonado en Mónaco y con Massa en Singapur le han ido lastrando de críticas toda la temporada y de visitas al cuartito de los comisarios en multitud de circuitos.
Ayer se le salía el amargor: "No he ganado, así que no hay nada que celebrar. Bueno
sí, que al menos no he tenido sanciones", comentaba. En el equipo además han surgido tensiones porque Lewis no subía al podio desde Alemania hace seis carreras y tuvo que salir públicamente Jonathan Neale, segundo de a bordo, a subrayar que el piloto no tuviera dudas de que McLaren estaba con él.
CON MERMA AERODINÁMICA
Hamilton ha vivido aislado este fin de semana de los suyos, centrado solo en las carreras por decisión propia. No son pocos los que han lanzado rumores sobre algo de inestabilidad en su vida sentimental que han puesto el picante a la ensalada de gestos adustos y fríos del habitualmente expresivo piloto británico.
Total, un caos del que venía tocado, pero vista la carrera, para nada hundido: "Ha sido una de mis mejores carreras esta temporada. Había mucha presión por detrás de Webber y hubiera sido fácil cometer un error, así que estoy satisfecho de no
haberlo hecho. Creo que aguantar la presión es la marca de un campeón mundial, y eso es lo que he mostrado en esta carrera", aseguró al terminar.
Su pelea con el australiano fue lo mejor del gran premio. Hamilton sufrió la merma de ocho puntos de fuerza aerodinámica nada más arrancar la carrera, según desveló el jefe del equipo, Martin Whitmarsh, sin que supieran por qué, aunque sospechan que por algún desperdicio que golpeó el McLaren número tres.
Pese a todo, sólo el campeón pudo con él. "Sé que tengo la fe y la confianza del equipo, y para eso hay que evitar meterse en problemas, obtener mejores resultados y mantenerse alejado del despacho de los comisarios", terminó con ironía Lewis.
Debe de estar incomodo con la situación ya que el era el nº 1 absoluto de Mclaren y no debe gustarle que desde fuera se pueda pensar lo contrario. De todas formas encuentro mucho más expectacular la forma de conducir de Hamilton que la de Button. La F1 a ganado con Hamilton, aunque eso no quita para que sea un completo Gilipoyax.
Son muchas las teorías que circulan sobre el estado de ánimo del piloto. La fundamental es que se han juntado demasiadas cosas negativas en muy poco tiempo. Primero la explosión de Jenson Button, que lleva tres victorias por dos de Lewis y ocupa la segunda plaza por la quinta del entristecido piloto británico.
Jenson, tan inglés como él, ha encajado como un guante en el equipo y le está superando con todas las de la ley, forzándole previsiblemente a sobreactuar en algunas carreras. El error visible con Kobayashi en Bélgica, con Maldonado en Mónaco y con Massa en Singapur le han ido lastrando de críticas toda la temporada y de visitas al cuartito de los comisarios en multitud de circuitos.
Ayer se le salía el amargor: "No he ganado, así que no hay nada que celebrar. Bueno
sí, que al menos no he tenido sanciones", comentaba. En el equipo además han surgido tensiones porque Lewis no subía al podio desde Alemania hace seis carreras y tuvo que salir públicamente Jonathan Neale, segundo de a bordo, a subrayar que el piloto no tuviera dudas de que McLaren estaba con él.
CON MERMA AERODINÁMICA
Hamilton ha vivido aislado este fin de semana de los suyos, centrado solo en las carreras por decisión propia. No son pocos los que han lanzado rumores sobre algo de inestabilidad en su vida sentimental que han puesto el picante a la ensalada de gestos adustos y fríos del habitualmente expresivo piloto británico.
Total, un caos del que venía tocado, pero vista la carrera, para nada hundido: "Ha sido una de mis mejores carreras esta temporada. Había mucha presión por detrás de Webber y hubiera sido fácil cometer un error, así que estoy satisfecho de no
haberlo hecho. Creo que aguantar la presión es la marca de un campeón mundial, y eso es lo que he mostrado en esta carrera", aseguró al terminar.
Su pelea con el australiano fue lo mejor del gran premio. Hamilton sufrió la merma de ocho puntos de fuerza aerodinámica nada más arrancar la carrera, según desveló el jefe del equipo, Martin Whitmarsh, sin que supieran por qué, aunque sospechan que por algún desperdicio que golpeó el McLaren número tres.
Pese a todo, sólo el campeón pudo con él. "Sé que tengo la fe y la confianza del equipo, y para eso hay que evitar meterse en problemas, obtener mejores resultados y mantenerse alejado del despacho de los comisarios", terminó con ironía Lewis.
Debe de estar incomodo con la situación ya que el era el nº 1 absoluto de Mclaren y no debe gustarle que desde fuera se pueda pensar lo contrario. De todas formas encuentro mucho más expectacular la forma de conducir de Hamilton que la de Button. La F1 a ganado con Hamilton, aunque eso no quita para que sea un completo Gilipoyax.
Última edición por Mikkel el Miér 19 Oct - 2:13, editado 2 veces