Semana seria, importante, quizás hasta
negativa para un Valencia que recibiría en Mestalla a uno de los clubes
grandes de la Liga BBVA, Athletic de Bilbao, en un clásico que siempre
aseguraba espectáculo y goles.
Ambos conjuntos llegaban al choque tras no conseguir la victoria
en sus respectivos compromisos en competición europea y lograr la
victoria en un encuentro de este calibre haría borrón y cuenta nueva en
busca de volver a la senda del positivismo deportivo.
Tarde
lluviosa y gris en la capital del Turia que quedó reflejada a la
perfección en las gradas del estadio de Mestalla. Sin embargo, eso no fue impedimento para que los locales fueran quienes cogieran las riendas del encuentro en los primeros minutos de partido y pusieran en apuros al portero del Athletic de Bilbao Gorka Iraizoz.
Sin
embargo, con el paso de los minutos el encuentro fue igualándose. Los
visitantes cogieron la confianza del transcurso e incluso vieron como el
colegiado Clos Gómez les negarían un gol de Susaeta por supuesto fuera de juego que en ningún momento existió.
El
clima no acompañaba y la afición valencianista, siempre exigente,
comenzó a dejar claro a los suyos que su imagen no estaba siendo la
mejor. El Athletic de Bilbao fue haciéndose dueño de la posesión y el Valencia no era capaz de relentizar las llegadas vascas.
El
Valencia parecía andar sobre un terreno helado, sabiendo que cualquier
movimiento en falso provocaría una caída, y así quedaba reflejado sobre
el terreno de juego. Una figura por encima del resto, Vicente Guaita, que salvaba a los suyos de los ataques bilbaínos.
Un
serio Athletic de Bilbao, muy lejos de aquel que sorprendió
negativamente en el inicio liguero, dominaba en un estadio de Mestalla
que no gustaba nada el ausente partido de los suyos.
Justo antes del descanso ambos conjuntos perdían a dos jugadores estandarte. Por parte del Valencia era Sergio Canales quien debía retirarse
lesionado de la rodilla derecha, mientras que en el Athletic de Bilbao
era Fernando Llorente quien hizo saber al banquillo que su continuidad
no era segura en el segundo tiempo.
El segundo tiempo dejó
entrever que ambos técnicos dieron charla a los suyos en el vestuario,
ya que el Athletic de Bilbao siguió en la linea del primer tiempo,
llegando con peligro, mientras que los valencianistas parecían haber puesto una marcha más
de cara a crear peligro contra la portería defendida por Iraizoz. El
encuentro adquiría galones de lo esperado. Dos conjuntos que querían
hacerse notar luchaban por adelantarse en el luminoso de Mestalla.
Tan solo un jugador era capaz de llevar a cabo lo que ocurrió en Mestalla. Tan solo una joven perla convertida en diamante como Iker Muniain
sería capaz de inventarse una gran jugada personal que, ante la inherte
participación de la defensa valencianista, logró el que sería el único
gol del bilbaíno.
Carrera,
electricidad y una definición de lujo supusieron que el Athletic de
Bilbao se adelantara en el marcador confirmando así que la mejora
ofrecida en los últimos encuentros no es fruto de la casualidad.
La casta que tanto se añoraba en la capital del Turia
apareció casi sobre la bocina cuando un pase en profunidad lo salvó
Roberto Soldado, regateó al meta Iraizoz y colocaba las tablas
nuevamente en el marcador. El Valencia ponía así justícia en el marcador
tras un segundo tiempo en el que había sido claramente superior a los
visitantes.
Empate justo visto lo visto sobre el terreno de juego que, a vistas del futuro, sirve a ambos conjuntos para seguir mejorando encuentro tras encuentro
y que tan solo debe servir para sacar cosas positivas ante una jornada
entre semana que ya se encuentra a la vuelta de la esquina.
Mal veo al Valencia no se si Emery es el problema pero algo le pasa ha ese equipo que es uno de los grandes.El Atlethic en su estilo saco un valioso empate.
negativa para un Valencia que recibiría en Mestalla a uno de los clubes
grandes de la Liga BBVA, Athletic de Bilbao, en un clásico que siempre
aseguraba espectáculo y goles.
Ambos conjuntos llegaban al choque tras no conseguir la victoria
en sus respectivos compromisos en competición europea y lograr la
victoria en un encuentro de este calibre haría borrón y cuenta nueva en
busca de volver a la senda del positivismo deportivo.
Tarde
lluviosa y gris en la capital del Turia que quedó reflejada a la
perfección en las gradas del estadio de Mestalla. Sin embargo, eso no fue impedimento para que los locales fueran quienes cogieran las riendas del encuentro en los primeros minutos de partido y pusieran en apuros al portero del Athletic de Bilbao Gorka Iraizoz.
Sin
embargo, con el paso de los minutos el encuentro fue igualándose. Los
visitantes cogieron la confianza del transcurso e incluso vieron como el
colegiado Clos Gómez les negarían un gol de Susaeta por supuesto fuera de juego que en ningún momento existió.
El
clima no acompañaba y la afición valencianista, siempre exigente,
comenzó a dejar claro a los suyos que su imagen no estaba siendo la
mejor. El Athletic de Bilbao fue haciéndose dueño de la posesión y el Valencia no era capaz de relentizar las llegadas vascas.
El
Valencia parecía andar sobre un terreno helado, sabiendo que cualquier
movimiento en falso provocaría una caída, y así quedaba reflejado sobre
el terreno de juego. Una figura por encima del resto, Vicente Guaita, que salvaba a los suyos de los ataques bilbaínos.
Un
serio Athletic de Bilbao, muy lejos de aquel que sorprendió
negativamente en el inicio liguero, dominaba en un estadio de Mestalla
que no gustaba nada el ausente partido de los suyos.
Justo antes del descanso ambos conjuntos perdían a dos jugadores estandarte. Por parte del Valencia era Sergio Canales quien debía retirarse
lesionado de la rodilla derecha, mientras que en el Athletic de Bilbao
era Fernando Llorente quien hizo saber al banquillo que su continuidad
no era segura en el segundo tiempo.
El segundo tiempo dejó
entrever que ambos técnicos dieron charla a los suyos en el vestuario,
ya que el Athletic de Bilbao siguió en la linea del primer tiempo,
llegando con peligro, mientras que los valencianistas parecían haber puesto una marcha más
de cara a crear peligro contra la portería defendida por Iraizoz. El
encuentro adquiría galones de lo esperado. Dos conjuntos que querían
hacerse notar luchaban por adelantarse en el luminoso de Mestalla.
Tan solo un jugador era capaz de llevar a cabo lo que ocurrió en Mestalla. Tan solo una joven perla convertida en diamante como Iker Muniain
sería capaz de inventarse una gran jugada personal que, ante la inherte
participación de la defensa valencianista, logró el que sería el único
gol del bilbaíno.
Carrera,
electricidad y una definición de lujo supusieron que el Athletic de
Bilbao se adelantara en el marcador confirmando así que la mejora
ofrecida en los últimos encuentros no es fruto de la casualidad.
La casta que tanto se añoraba en la capital del Turia
apareció casi sobre la bocina cuando un pase en profunidad lo salvó
Roberto Soldado, regateó al meta Iraizoz y colocaba las tablas
nuevamente en el marcador. El Valencia ponía así justícia en el marcador
tras un segundo tiempo en el que había sido claramente superior a los
visitantes.
Empate justo visto lo visto sobre el terreno de juego que, a vistas del futuro, sirve a ambos conjuntos para seguir mejorando encuentro tras encuentro
y que tan solo debe servir para sacar cosas positivas ante una jornada
entre semana que ya se encuentra a la vuelta de la esquina.
Mal veo al Valencia no se si Emery es el problema pero algo le pasa ha ese equipo que es uno de los grandes.El Atlethic en su estilo saco un valioso empate.