Un paseo hasta octavos
Un Real Madrid muy superior al Lyon solucionó su clasificación para octavos de final con un doblete de Cristiano Ronaldo, que suma ya 100 goles en 105 partidos vestido de blanco.
Un Real Madrid muy superior al Lyon solucionó su clasificación para octavos de final con un doblete de Cristiano Ronaldo, que suma ya 100 goles en 105 partidos vestido de blanco.
El Real Madrid está donde quería y cuando quería, clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones con dos jornadas de margen. Un trabajo limpio y eficaz adornado con números magníficos. Cuatro victorias y ningún gol encajado. El viaje del Madrid por esta fase de grupos ha sido plácido y sin sobresaltos. A ello ha contribuido tanto su buen tono como el escaso nivel de sus rivales, con más nombre que fútbol, con más pasado que presente. Al Lyon le pasó por encima, pero tantas ocasiones malgastó que sólo llegó al gol a balón parado. Primero de falta y luego de penalti. La firma a esas dos acciones la puso Cristiano Ronaldo.
El Lyon fue lo que quiso que fuera el Madrid, que sin forzar en exceso, tomándose la vida con más calma que otras noches y, sobre todo, perdonando demasiadas ocasiones, se mostró infinitamente superior a un rival que es una caricatura de lo que un día fue. La diferencia que se vio sobre el campo invitaba a ver una goleada en el marcador. Si no se produjo fue por culpa del Madrid, que se recreó en exceso, se confió en el remate y dejó pasar de largo una gran oportunidad para haber conseguido un resultado de los que se recuerdan con el tiempo. Este 0-2 no tardará en ser olvidado. Por todos menos por Cristiano, que con su doblete a balón parado suma ya 100 goles vestido con la camiseta del Real Madrid en 105 encuentros.
Cada ataque del Madrid era una ocasión de peligro. Las estampidas del Madrid no anunciaban nada bueno para el Lyon, todo lo contrario que las ofensivas del equipo francés, que no pasaron de inocentes caricias. Mientras el Madrid estuvo concentrado y mostró intensidad e interés por defender, Casillas apenas tuvo que intervenir. Cuando se vio exigido por el Lyon, Iker estuvo extraordinario. Y donde no llegó él, apareció el larguero para evitar el gol.
En medio de esta incuestionable superioridad del Madrid, tres hombres se elevaron por encima del resto, Cristiano, autor de un doblete; Özil, más despierto de lo que se le ha visto últimamente; y Benzema, muy activo hasta que fue sustituido por Higuaín. También tuvo espacios suficientes para lucirse Di María, quien no vivió su mejor noche y volvió a evidenciar que su destreza golpeando la pelota con la pierna derecha es la misma que mostraría si aporreara el balón con una garrota. Terminó siendo sustituido por Callejón a poco del cierre.
La fragilidad del Lyon permitió que Lass saliera airoso del trance de actuar primero como lateral derecho y terminar como izquierdo, después de la lesión de Coentrao. El portugués fue reemplazado por el enmascarado Albiol, que se situó como lateral y dejó que Ramos siguiera formando pareja en el centro de la zaga con Pepe.
El Madrid solventó el encuentro a balón parado. Mediado el primer tiempo, Cristiano ajustó su punto de mira y batió a Lloris con un tiro de falta potente y preciso que entró por el palo que defendía, pero mal, el portero. En el minuto 70, el portugués firmó su gol 100 de forma menos glamurosa, pero igual de importante para la estadística, al transformar un penalti cometido sobre él mismo por Dabo. La acción debió ser invalidada, puesto que cuando recibió el balón, Cristiano estaba en fuera de juego.
Lo que ocurrió antes y después fue un carrusel de ocasiones que una a una fue desperdiciando el Madrid, que ahora puede entregarse a dosificar energías y preparar futuros retos con el sosiego que da saberse con el trabajo hecho.
Merecida victoria del madrid