Getafe y Barcelona se citaban en el
Coliseum con objetivos muy diferentes: por un lado el equipo de Luis
García soñaba con cosechar un buen resultado ante su público frente a un
rival superior de antemano y sin nada que perder, mientras que los
culés, tras el triunfo de prestigio logrado en San Siro y con la mente
puesta en futuros compromisos, visitaban Madrid con el objetivo de no
dejarse ningún punto en su persecución al líder.
Con los papeles
otorgados de antemano, el Barcelona asumió desde el primer minuto el
control del esférico. Sin la profundidad y la precisión habituales en el
combinado catalán, el partido era una guerra fría con un Getafe bien
plantado que cerraba espacios por el centro con el trivote compuesto por
Lacen, Míchel y Casquero.
A pesar de ello, el Barcelona sí se
acercó a la portería de Moyá. Primero fue Messi el que mandó un libre
directo muy cerca de la escuadra y más tarde Alexis tendría la gran
ocasión para su equipo en la primera parte: un balón hacia atrás de
Alves fue aprovechado por el delantero chileno para poner a prueba al
portero azulón, que respondió con una mano oportuna para despejar el
cuero.
Pese a la superioridad del Barcelona, el Getafe no
renunciaba a hacer daño a su rival. Con la precaución de no dejar
espacios entre líneas, los locales preferían no rifar la pelota y
apostaban por la calidad de Diego Castro o Miku, que hacía una buena
labor en la punta de ataque.
Precisamente
entre estos dos futbolistas llegó la mejor ocasión del conjunto
madrileño antes de visitar los vestuarios: después de que el delantero
venezolano consiguiera superar a Maxwell en la banda, Miku centró para
asistir a Diego Castro, pero el disparo del gallego tropezó en la pierna
de Alves y se marchó por la línea de fondo.
En la reanudación,
el Barça salió dispuesto a corregir los errores cometidos durante el
primer periodo olvidando su tedio y acercándose con mucha más intención
al área del Getafe, que tuvo que improvisar un lateral zurdo de
urgencia, Rafa, tras la lesión de Mané. Los blaugranas salieron a morder
pero poco a poco volvieron a perderse en el laberinto azulón que
comenzaba en el centro del campo.
Ya avanzada la segunda parte,
en una jugada aislada a balón parado gracias a un saque de esquina
forzado por Miku, Sarabia colocó un centro al corazón del área para que
Juan Valera rematase de cabeza e inaugurara de forma sorprendente el
marcador desatando el delirio azulón.
Ante semejante sorpresa,
Guardiola intentó reaccionar rápido para mandar un mensaje inequívoco
desde el banquillo, colocando sobre el césped a Pedro y al joven Isaac
Cuenca. El Barça jugaba con presión y tuvo que pisar el acelerador para
intentar dar la vuelta al marcador.
Mientras los hombres del
Getafe retrasaban su posición sin reparos para achicar espacios, los
culés monopolizaban a contrarreloj el balón y las ocasiones en el tramo
final del encuentro. Pedro puso a prueba a Moyá, pero el ex de Valencia y
Mallorca completó una gran actuación aportando seguridad a su defensa.
Consiguió marcar Messi, cuando se moría el partido, pero el colegiado
anuló el tanto por posición ilegal del delantero argentino, que en el
último instante estrelló un remate en el palo. El Barça presionó pero no
encontró el premio del gol.
Con este resultado, el Getafe sale
de los puestos de abajo y logra una victoria llena de simbolismo frente a
un rival muy superior. Por su parte, el Barcelona deja escapar al Real
Madrid y se sitúa a seis puntos del conjunto merengue.
Se dice que en los campos pequeños no se ganan ligas pero se las pierde y creo que el Barcelona puede haber perdido la liga con esta derrota, y se que falta mucha liga pero este Barcelona parece perder gas por lo menos en liga.
Coliseum con objetivos muy diferentes: por un lado el equipo de Luis
García soñaba con cosechar un buen resultado ante su público frente a un
rival superior de antemano y sin nada que perder, mientras que los
culés, tras el triunfo de prestigio logrado en San Siro y con la mente
puesta en futuros compromisos, visitaban Madrid con el objetivo de no
dejarse ningún punto en su persecución al líder.
Con los papeles
otorgados de antemano, el Barcelona asumió desde el primer minuto el
control del esférico. Sin la profundidad y la precisión habituales en el
combinado catalán, el partido era una guerra fría con un Getafe bien
plantado que cerraba espacios por el centro con el trivote compuesto por
Lacen, Míchel y Casquero.
A pesar de ello, el Barcelona sí se
acercó a la portería de Moyá. Primero fue Messi el que mandó un libre
directo muy cerca de la escuadra y más tarde Alexis tendría la gran
ocasión para su equipo en la primera parte: un balón hacia atrás de
Alves fue aprovechado por el delantero chileno para poner a prueba al
portero azulón, que respondió con una mano oportuna para despejar el
cuero.
Pese a la superioridad del Barcelona, el Getafe no
renunciaba a hacer daño a su rival. Con la precaución de no dejar
espacios entre líneas, los locales preferían no rifar la pelota y
apostaban por la calidad de Diego Castro o Miku, que hacía una buena
labor en la punta de ataque.
Precisamente
entre estos dos futbolistas llegó la mejor ocasión del conjunto
madrileño antes de visitar los vestuarios: después de que el delantero
venezolano consiguiera superar a Maxwell en la banda, Miku centró para
asistir a Diego Castro, pero el disparo del gallego tropezó en la pierna
de Alves y se marchó por la línea de fondo.
En la reanudación,
el Barça salió dispuesto a corregir los errores cometidos durante el
primer periodo olvidando su tedio y acercándose con mucha más intención
al área del Getafe, que tuvo que improvisar un lateral zurdo de
urgencia, Rafa, tras la lesión de Mané. Los blaugranas salieron a morder
pero poco a poco volvieron a perderse en el laberinto azulón que
comenzaba en el centro del campo.
Ya avanzada la segunda parte,
en una jugada aislada a balón parado gracias a un saque de esquina
forzado por Miku, Sarabia colocó un centro al corazón del área para que
Juan Valera rematase de cabeza e inaugurara de forma sorprendente el
marcador desatando el delirio azulón.
Ante semejante sorpresa,
Guardiola intentó reaccionar rápido para mandar un mensaje inequívoco
desde el banquillo, colocando sobre el césped a Pedro y al joven Isaac
Cuenca. El Barça jugaba con presión y tuvo que pisar el acelerador para
intentar dar la vuelta al marcador.
Mientras los hombres del
Getafe retrasaban su posición sin reparos para achicar espacios, los
culés monopolizaban a contrarreloj el balón y las ocasiones en el tramo
final del encuentro. Pedro puso a prueba a Moyá, pero el ex de Valencia y
Mallorca completó una gran actuación aportando seguridad a su defensa.
Consiguió marcar Messi, cuando se moría el partido, pero el colegiado
anuló el tanto por posición ilegal del delantero argentino, que en el
último instante estrelló un remate en el palo. El Barça presionó pero no
encontró el premio del gol.
Con este resultado, el Getafe sale
de los puestos de abajo y logra una victoria llena de simbolismo frente a
un rival muy superior. Por su parte, el Barcelona deja escapar al Real
Madrid y se sitúa a seis puntos del conjunto merengue.
Se dice que en los campos pequeños no se ganan ligas pero se las pierde y creo que el Barcelona puede haber perdido la liga con esta derrota, y se que falta mucha liga pero este Barcelona parece perder gas por lo menos en liga.