Ambiente apetecible para casi todo el de la matinal del domingo en
la capital. Sol en lo más alto para recibir ambientazo de fútbol en el
Calderón, rozando los 50.000 aficionados en la grada y con el único
borrón en forma de incidentes en la previa por parte de los
impresentables de siempre, por aquello de ser vecinos, imaginamos que
será.
Lo de la décimo quinta de Liga BBVA fue fútbol en todos
los aspectos, además que tanto colchoneros como franjirrojos hicieron
disfrutar a los presentes con hambre de gol y fútbol convertidos en
entretenimiento y en victoria rojiblanca final, quien marca, gana. Eso
está claro. Mismo resultado, por cierto, que la última vez, de aquello
hace ya diez años.
Manzano se atrevió de inicio con Reyes en la
derecha y con Falcao como punta del ataque. Por su parte, Sandoval
volvió a los orígenes dejando atrás el valiente once de entre semana en
el Camp Nou. No por ello, el Rayo salió menos valiente al césped del
Calderón. Que se lo pregunten a Asenjo. O mejor, que se lo digan a Piti,
Tamudo, Lass o Michu, con ocasiones más o menos claras en la primera
media hora de juego. Ninguna acertada. El problema vallecano vino en
defensa, donde los visitantes fueron más permisivos durante todo el
partido.
De ese consentimiento obtuvo sus posibilidades el
Atlético de Madrid. Nada más comenzar el choque, Koke lo intentó desde
lejos tras inoportuno resbalón de Cobeño, pero el canterano no acertó a
introducir el balón en la red. Tampoco encontró la suerte Falcao, este
en dos ocasiones, en ambas encontró al portero franjirrojo. No pudo el
guardameta madrileño evitar que la vaselina de Gabi adelantase al
Atlético a los veinte minutos.
Excepto el reducto de 600
aficionados visitantes, siempre orgullosos por la actitud y aptitud de
su equipo, el personal devoto y sufridor estaba contento, aunque
desesperado por la actuación de un Clos Gómez demasiado tolerable que no
castigó como debía en alguna ocasión, sobre todo en la primera parte.
El
Atlético ganaba, incluso era mejor, pero no con demasiada autoridad.
Sin fútbol. Eso lo sabía el Calderón y también Raúl Tamudo, ya en el
segundo tiempo, pero su disparo no encontró buen puerto. Con el intento
de búsqueda de empate por parte del Rayo, los rojiblancos encontraron su
sitio a la contra, se sintieron cómodos y gozaron de ocasiones para
sentenciar, aunque seguía siendo el Rayo quien se acercaba con peligro
al empate y a la portería de Asenjo.
Tras una buena ocasión de
Piti y, justo después de los atrevidos cambios de José Ramón Sandoval,
cuando quizá menos lo merecían los colchoneros. Diego maniobró dentro
del área y cuando casi todo estaba perdido, puso el balón a Falcao, que
de cabeza, volvió a superar a Cobeño a falta de quince para el final,
echando el cierre a un partido que en el que el Rayo, de ahí el orgullo
antes mencionado, no dio por perdido hasta el descuento. Michu lo
intentó, con tiempo para pensar, pero ni siquiera esa, fácil para él,
llegó a entrar.
Cerraron el choque Salvio para los locales, tras
centro desde la zurda y remate a bocajarro, y de Piti, con ayuda de
Gabi, que tocaba antes de que el balón se introdujese en la portería.
Fin a una semana aciaga para un Rayo Vallecano que ha perdido tres
choques ante rivales potentes, eso sí, y alegría en el Calderón por los
tres puntos que le hacen dar un importante paso de cara al objetivo
Europa.
Buen resultado para el Atletico que por fin enseñan eficacia goleadora
la capital. Sol en lo más alto para recibir ambientazo de fútbol en el
Calderón, rozando los 50.000 aficionados en la grada y con el único
borrón en forma de incidentes en la previa por parte de los
impresentables de siempre, por aquello de ser vecinos, imaginamos que
será.
Lo de la décimo quinta de Liga BBVA fue fútbol en todos
los aspectos, además que tanto colchoneros como franjirrojos hicieron
disfrutar a los presentes con hambre de gol y fútbol convertidos en
entretenimiento y en victoria rojiblanca final, quien marca, gana. Eso
está claro. Mismo resultado, por cierto, que la última vez, de aquello
hace ya diez años.
Manzano se atrevió de inicio con Reyes en la
derecha y con Falcao como punta del ataque. Por su parte, Sandoval
volvió a los orígenes dejando atrás el valiente once de entre semana en
el Camp Nou. No por ello, el Rayo salió menos valiente al césped del
Calderón. Que se lo pregunten a Asenjo. O mejor, que se lo digan a Piti,
Tamudo, Lass o Michu, con ocasiones más o menos claras en la primera
media hora de juego. Ninguna acertada. El problema vallecano vino en
defensa, donde los visitantes fueron más permisivos durante todo el
partido.
De ese consentimiento obtuvo sus posibilidades el
Atlético de Madrid. Nada más comenzar el choque, Koke lo intentó desde
lejos tras inoportuno resbalón de Cobeño, pero el canterano no acertó a
introducir el balón en la red. Tampoco encontró la suerte Falcao, este
en dos ocasiones, en ambas encontró al portero franjirrojo. No pudo el
guardameta madrileño evitar que la vaselina de Gabi adelantase al
Atlético a los veinte minutos.
Excepto el reducto de 600
aficionados visitantes, siempre orgullosos por la actitud y aptitud de
su equipo, el personal devoto y sufridor estaba contento, aunque
desesperado por la actuación de un Clos Gómez demasiado tolerable que no
castigó como debía en alguna ocasión, sobre todo en la primera parte.
El
Atlético ganaba, incluso era mejor, pero no con demasiada autoridad.
Sin fútbol. Eso lo sabía el Calderón y también Raúl Tamudo, ya en el
segundo tiempo, pero su disparo no encontró buen puerto. Con el intento
de búsqueda de empate por parte del Rayo, los rojiblancos encontraron su
sitio a la contra, se sintieron cómodos y gozaron de ocasiones para
sentenciar, aunque seguía siendo el Rayo quien se acercaba con peligro
al empate y a la portería de Asenjo.
Tras una buena ocasión de
Piti y, justo después de los atrevidos cambios de José Ramón Sandoval,
cuando quizá menos lo merecían los colchoneros. Diego maniobró dentro
del área y cuando casi todo estaba perdido, puso el balón a Falcao, que
de cabeza, volvió a superar a Cobeño a falta de quince para el final,
echando el cierre a un partido que en el que el Rayo, de ahí el orgullo
antes mencionado, no dio por perdido hasta el descuento. Michu lo
intentó, con tiempo para pensar, pero ni siquiera esa, fácil para él,
llegó a entrar.
Cerraron el choque Salvio para los locales, tras
centro desde la zurda y remate a bocajarro, y de Piti, con ayuda de
Gabi, que tocaba antes de que el balón se introdujese en la portería.
Fin a una semana aciaga para un Rayo Vallecano que ha perdido tres
choques ante rivales potentes, eso sí, y alegría en el Calderón por los
tres puntos que le hacen dar un importante paso de cara al objetivo
Europa.
Buen resultado para el Atletico que por fin enseñan eficacia goleadora