El Córdoba castiga la desidia del Espanyol
El Córdoba remontó al Espanyol el partido de ida de octavos de final de Copa ante 19.311 espectadores en El Nuevo Arcángel, la mejor entrada de su historia (casi lleno), que fueron claves para el arreón de los últimos diez minutos, en los que, con un jugador más, los tantos de Borja García y Carlos Caballero doblegaron el de la primera parte de Sergio García.
Pese a la presión ambiental, el Espanyol (Pochettino salía prácticamente con el equipo de gala) dispuso de la primera gran ocasión a los nueve minutos de juego. Sergio García encaró sólo a Carlos Arias, pero su vaselina se fue fuera por poco.
El Córdoba respondió cinco minutos después. Fue en una jugada individual de Borja García que trazó una diagonal desde la banda derecha y tras marcharse de tres rivales puso a prueba a Kiko Casilla que respondió con una gran estirada enviado a córner.
Esa acción espoleó a los locales hasta hacerse con las riendas del partido y meter al Espanyol en su área, aunque sin pegada final. Cuando más igualado parecía el partido llegó el gol del Espanyol a siete del descanso. Fue en una jugada extraña, ya que tras un centro de Dídac desde la izquierda Sergio García la peinó al corazón del área, balón que despejó en semifallo David Prieto, hasta el punto que pudo marcar en propia puerta y cuando a duras penas lo evitó, Sergio García marcó casi sobre la línea de gol.
Tras el descanso el Córdoba tuvo la oportunidad de meterse en el partido cuando a los siete minutos de la reanudación Undiano Mallenco señaló penalti -y expulsión de Kiko Casilla- sobre Pepe Díaz, pero la entrada de Cristian Álvarez fue providencial, ya que se marcó una gran estirada ante el propio Pepe Díaz para evitar el 1-1 que la afición blanquiverde ya cantaba.
El Córdoba no se vino abajo y siguió buscando la igualada que logró a diez minutos del final por mediación de Borja García, que la empaló desde la frontal del área tras un gran control. El subidón de la afición local metió aún más a los pupilos de Paco en el partido, que cuatro minutos después remontaban con gol de Carlos Caballero tras una buena asistencia desde la izquierda del internacional juvenil Fede Vico.
El estallido de júbilo fue total ante un Espanyol minimizado, eso sí, con un hombre menos, que aguantó como pudo los ataques finales de los cordobesistas que buscaron el tercero y lo tuvieron en las botas de Fede Vico, pero Cristian Álvarez, con otra buena parada, evitó el cataclismo espanyolista.
No se puede jugar un partido oficial con esa desgana y falta de intensidad como lo jugó ayer el RCD Espanyol. No pareció tomarse muy enserio el partido y quisó emplear el minimo esfuerzo para sentenciar en el partido de vuelta en casa, pero un valiente y aguerrido Cordoba les demostró que sólo los valientes ganan.
Podria haber sido peor el castigo a un Espanyol que no dió la talla en un Nuevo Árcangel casi lleno.