El clásico entra en bucle
-Los goles de Puyol y Abidal remontan el inicial de Cristiano y refrendan la neta superioridad azulgrana
-Mourinho alineó de salida a Carvalho y Altintop, adelantando a Pepe al centro del campo
-Hasta tres balones se fueron a la madera: dos del Barça (Alexis e Iniesta) y uno del Madrid (Benzema)
Jose Mourinho no optó por el plan A, ni por el B. Sacó el C, que incluía la presencia en el once inicial de Ricardo Carvalho, fuera de circulación desde finales de septiembre, y Hamit Altintop, un futbolista con un papel residual en la plantilla. En el centro, trivote, liderado por Pepe, con Xabi y Lass como escuderos. Y arriba, toda la pólvora que aún entraba: Cristiano, Higuaín y Benzema. Enfrente, un Barça que sólo presentó la novedad de Pinto con respecto al que conquistó Chamartín el pasado 10 de diciembre. Un equipo ajustado al guión habitual, posesión y paciencia, frente a un Madrid que volvía a adecuar el suyo al rival. Todo un resumen de los tiempos que corren.
El muro de Mou funcionó en el primer tiempo. Un tiro a puerta, un gol. Más allá del pleno, gol importante por la identidad de su autor, un Cristiano que se desató en una contra que colocó en la rampa de lanzamiento Benzema. El portugués encaró a Piqué, le amagó con un nudo y sacó un remate seco, con la izquierda, que pasó muy cerca de la pierna izquierda de Pinto. Más de un hincha del Barça se acordó de Valdés, aunque a partir de ese momento, curiosamente, el Madrid se olvidó de Pinto.
Tras el gol, el Barça inclinó de forma exagerada el campo contra la portería de Casillas. Los azulgranas se encomendaron a Andrés Iniesta, que le dio la noche a Altintop. La banda izquierda la mejor veta ofensiva de los visitantes, que desperdiciaron varias ocasiones para hacer el empate, y puede que algo más. La más clara, un cabezazo de Alexis al larguero tras un magistral pase de Cesc a la espalda de la defensa blanca. Además, apareció Casillas, que sacó dos remates venonosos de Iniesta y Messi. Iker sí estuvo, y el Madrid salió ganando de la comparación.
Con el paso de los minutos, el Madrid se fue mostrando progresivamente más incapaz de lanzar una contra en condiciones. Al trivote, además de toque, empezaba a faltarle el aire. Salvo otra combinación entre Cristiano y Benzema que abortó Abidal, no hubo noticias del ataque blanco, volcado siempre a la banda izquierda, donde Cristiano trataba de explotar su perfil más puro de velocista. En la recta final, el Barça aflojó el nudo, confiado en que el tiempo acabaría erosionando el dique local. Estaba cantado que así sería. Al Madrid apenas le alcanzaba ya para buscar el pelotazo, tan grosero como estéril.
El empate llegó de una de las muchas formas que la rutina de los duelos modernos entre ambos equipos ha convertido en previsible. Fue tras un saque de esquina, suerte que el Madrid defiende últimamente de forma penosa. Para completar el 'déjà vu', toque de Xavi y cabezazo impetuoso de Puyol, como en el 2-6, con Pepe echándose una siesta en el lugar equivocado.
El lamentable 'show' de Pepe
Tras el empate, el partido estuvo por unos instantes en el alambre. Iniesta volvió a probar la madera del Bernabéu, pero luego fue testigo directo de un buen centro de Altintop que Benzema cabeceó al palo. Entonces llegó el lamentable 'show' de Pepe. Primero, fingiendo una inexistente agresión de Cesc. Más tarde, pisando de forma cobarde a Leo Messi, tendido en el suelo tras recibir una falta. Una acción vergonzosa que, además, demuestra las cortas entendederas de Pepe. Messi, hasta ese momento, estaba pasando de puntillas por el partido. Una agresión así sólo podía motivarlo.
Así fue. Messi, de nuevo, estoqueó al Madrid, creando el gol de Abidal. Aún en su versión más gris, se hizo hueco ante Xabi y picó sobre la defensa del Madrid, en la que entró a cuchillo Abidal. El lateral francés celebró su reciente renovación con un gol que volvió a refrendar la superioridad del Barça sobre un Madrid que sigue sin dar con la tecla ante el eterno rival. Ni siquiera en la Copa, el último reducto del orgullo blanco. El torneo en el que, también, el Barça está a punto de quitarle la primacía.
Otro de los muchos pisotones que dió Pepe en el partido de ayer.
Otra lección táctica del entrenador español al gran técnico portugués, que demostró una vez más lo grande que le viene este clásico, y las pocas sóluciones que presenta en cada choque empiezan a dejar al descubierto las carencias tácticas del que una vez fué erroneamente nombrado mejor entrenador del mundo.
Fué otra exhibición del Barça en el Bernabeu y ya van unas cuantas mientras que la única solución por parte Madridista al juego desplegado del equipo catalán, no fué más que otra vez violencia y otra vez encerrarse en su propio campo esperando a que el partido acabara. Ya veremos si aún quedan ciegos en Chamartin o ya se les han abierto los ojos y ponen fin a esta sinrazón en la que se ha convertido el R.Madrid desde que este triste personaje firmó su contrato.