Tras un comienzo titubeante y con muchas dudas, el Real Club Deportivo de la Coruña ha sabido estabilizar su juego y poco a poco ha ido asentándose en la categoría de plata hasta llegar al ecuador de la temporada situándose a estas alturas como el CAMPEÓN DE INVIERNO. Título honorífico que se entrega al equipo que finaliza la primera vuelta encaramado a la primera posición de la tabla clasificatoria.
En el último partido que los coruñeses han disputado, el correspondiente a la jornada 21 de la Liga Adelante, los pupilos de José Luis Oltra han sabido imponerse, no sin muchas dificultades, al conjunto filial castellonense del Villareal B en un Estadio de Riazor que presentaba casi un lleno espectacular. Mas de 22.000 espectadores siguieron en directo la victoria de su equipo.
Sufrió muchísimo el conjunto deportivista para superar a un dignisimo Villareal que opuso una gran resistencia y una defensa férrea durante los 90 minutos. Pese a quedarse con un jugador menos casi al comienzo de la segunda mitad, en el min. 52, no sería hasta prácticamente el final del partido, a falta de 13 minutos para mas señas, que el Deportivo conseguiría su único tanto, y tuvo que ser precisamente un jugador amarillo el que lo hiciese al marcar en propia puerta, lo que habla a las claras de la inoperancia ofensiva del conjunto coruñes en esta ocación.
Xisco y Riki celebran el gol del Depor.
La Crónica.-
El encuentro comenzó con los gallegos pensando mas en las estadísticas que en el propio partido. Y es que, en las últimas cinco temporadas en la categoría de plata el que terminó líder al final de la primera vuelta logró el ascenso a la máxima categoría. Es por ello que los de Oltra parecieron estar dormidos en todo el partido. Ante el sueño de los deportivistas, el Villarreal impuso su esencia de toque y manejo de balón, aunque terminó sucumbiendo a esa propia esencia.
Tocaba y tocaba el equipo de Velázquez con mucha fluidez pero con poca verticalidad, con escasas ooportunidades. Y cuando lograban llegar a la portería de Aranzubía, un conocido enemigo se topó en su camino: la mala suerte en forma de postes, ya que hasta en tres ocasiones el larguero impidió que se adelantará el submarino amarillo en el marcador. Entre tanto, el Depor sólo encontraba asilo futbolístico en dos pases en profundidad de Valerón y en el dinamismo de Bruno Gama. Con estas perspectivas llegó el tiempo de reflexión, el descanso.
Tras el descanso, el Depor salió algo más enchufado y con otras intenciones, pero el atrevimiento del Villarreal B volvió a robarle el protagonismo. Puede decirse que la mas que probable bronca de Oltra en el vestuario tuvo su efecto en el 11 blanquiazul, pero lo que verdaderamente metió en el partido a los gallegos fue la expulsión de Kiko.Tras ello,el Villarreal no renunció a su idea pero el partido le fue engullendo hasta que un centro de Guardado desde banda izquierda se lo coló Lejeun en propia puerta.
Tras ese terrible golpe, el conjunto castellonense confirmó su atrevimiento mientras el Depor no mejoraba su juego a pesar de la superioridad numérica y aún tuvo tiempo de sufrir. No sabría decir si fue el oficio, la suerte de los campeones o simplemente la lógica futbolística del largo plazo los que han puesto al Depor al frente de la clasificación de Segunda División mientras los mismos valores llevan la angustia a un Villarreal B que mereció más en el partido.
En el último partido que los coruñeses han disputado, el correspondiente a la jornada 21 de la Liga Adelante, los pupilos de José Luis Oltra han sabido imponerse, no sin muchas dificultades, al conjunto filial castellonense del Villareal B en un Estadio de Riazor que presentaba casi un lleno espectacular. Mas de 22.000 espectadores siguieron en directo la victoria de su equipo.
Sufrió muchísimo el conjunto deportivista para superar a un dignisimo Villareal que opuso una gran resistencia y una defensa férrea durante los 90 minutos. Pese a quedarse con un jugador menos casi al comienzo de la segunda mitad, en el min. 52, no sería hasta prácticamente el final del partido, a falta de 13 minutos para mas señas, que el Deportivo conseguiría su único tanto, y tuvo que ser precisamente un jugador amarillo el que lo hiciese al marcar en propia puerta, lo que habla a las claras de la inoperancia ofensiva del conjunto coruñes en esta ocación.
Xisco y Riki celebran el gol del Depor.
La Crónica.-
El encuentro comenzó con los gallegos pensando mas en las estadísticas que en el propio partido. Y es que, en las últimas cinco temporadas en la categoría de plata el que terminó líder al final de la primera vuelta logró el ascenso a la máxima categoría. Es por ello que los de Oltra parecieron estar dormidos en todo el partido. Ante el sueño de los deportivistas, el Villarreal impuso su esencia de toque y manejo de balón, aunque terminó sucumbiendo a esa propia esencia.
Tocaba y tocaba el equipo de Velázquez con mucha fluidez pero con poca verticalidad, con escasas ooportunidades. Y cuando lograban llegar a la portería de Aranzubía, un conocido enemigo se topó en su camino: la mala suerte en forma de postes, ya que hasta en tres ocasiones el larguero impidió que se adelantará el submarino amarillo en el marcador. Entre tanto, el Depor sólo encontraba asilo futbolístico en dos pases en profundidad de Valerón y en el dinamismo de Bruno Gama. Con estas perspectivas llegó el tiempo de reflexión, el descanso.
Tras el descanso, el Depor salió algo más enchufado y con otras intenciones, pero el atrevimiento del Villarreal B volvió a robarle el protagonismo. Puede decirse que la mas que probable bronca de Oltra en el vestuario tuvo su efecto en el 11 blanquiazul, pero lo que verdaderamente metió en el partido a los gallegos fue la expulsión de Kiko.Tras ello,el Villarreal no renunció a su idea pero el partido le fue engullendo hasta que un centro de Guardado desde banda izquierda se lo coló Lejeun en propia puerta.
Tras ese terrible golpe, el conjunto castellonense confirmó su atrevimiento mientras el Depor no mejoraba su juego a pesar de la superioridad numérica y aún tuvo tiempo de sufrir. No sabría decir si fue el oficio, la suerte de los campeones o simplemente la lógica futbolística del largo plazo los que han puesto al Depor al frente de la clasificación de Segunda División mientras los mismos valores llevan la angustia a un Villarreal B que mereció más en el partido.