"El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad" (Johann W. Goethe).
El madridismo fue muy crítico con Özil tras un fuerte y reciente bache deportivo e incluso existencial. El alemán, que llegó como figura, tocó fondo sentándose en el banco de suplentes y siendo señalado por los dedos de un gran sector madridista, pero ni apartó la mirada ni puso la otra mejilla; se levantó, dio un paso al frente y se puso a jugar...
Mesut Özil llegó al Real Madrid como una de las principales apuestas de talento del club blanco la pasada temporada. El mediapunta alemán de ascendencia turca había deslumbrado al planeta en el pasado Mundial de Sudáfrica 2010, en el que brilló al frente de una de las mejores selecciones alemanas de los últimos tiempos. Una renovada Alemania que redibujó con su propio estilo de equilibrio entre el talento y el esfuerzo.
A pesar de su reputación, labrada con sudor, instinto y genio, el jugador teutón no logró terminar de explotar en el equipo merengue, con el que realizaba un gran trabajo pero, al mismo tiempo, del que no lograba sacar su mejor versión. Özil no encontraba su sitio en el Real Madrid.
Después de una temporada complicada, el madridismo estalló en furia y lo señaló por primera vez como uno de los culpables tras la última derrota sufrida contra el Barcelona en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, encuentro en el que incluso fue suplente.
MESUT ÖZIL | Real Madrid
Lee más sobre Özil
Edad: 23
Apodo: El Búho
País: Alemania
Estatura: 180cm
Peso: 70kg
Dorsal: 10
"Mi técnica y sensibilidad con el balón son la parte turca de mi juego. La disciplina, actitud y el darlo siempre todo son la parte alemana".
Los madridistas más escépticos llegaron a sentirse engañados, estafados con este jugador de gran cartel y rendimiento escaso. Özil no era el particular Leo Messi que buscaba el Real Madrid. Es más, no sólo no lograba alcanzar su máximo nivel con la camiseta blanca, sino que cada vez se dispersaba y diluía más. Escasa mermelada la del turco, que se untaba sobre el enorme pan de estrellas de la plantilla del Real Madrid.
Özil, lejos de venirse abajo, saltó como un resorte y se aferró fuertemente con sus raíces turcas al jugador que todavía permanecía en la memoria de todos -el del Mundial de Sudáfrica- y lo revivió en los tres partidos siguientes, contra el Barcelona, el Athletic Club y el Real Zaragoza.
"El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad", dijo Goethe, poeta, novelista y científico alemán considerado como uno de los hombres más talentosos de la historia de la humanidad, fuente de inspiración universal y carta de presentación y ejemplo para todo un país.
Özil educó su talento jugando con los mejores y contra los mejores, así como también ahora saca el carácter en el instante más complicado para resurgir de sus propias cenizas y elevarse sobre todas las críticas e inquisidoras miradas.
"Mi técnica y sensibilidad con el balón son la parte turca de mi juego. La disciplina, actitud y el darlo siempre todo son la parte alemana", comentó el propio Mesut Özil para definirse a sí mismo como jugador de fútbol -e inevitablemente también como persona-.
La técnica y la sensibilidad no se pierden nunca, sólo hay que recordarlas como si de andar en bicicleta se tratase. La actitud, el esfuerzo y el espíritu de superación salen ahora para erigirse como el faro alemán que ilumina al madridismo en las tempestades más crueles. Özil puede llevar el barco de este equipo a buen rumbo de la mano de un José Mourinho que no debe dudar de él para aprender y reconciliarse también con una afición que unida puede completar una gran temporada que no ha hecho más que empezar.
Özil está preparado y lo ha demostrado, mientras que el resto de la tripulación responde y presenta también sus remos para empujar a golpe de brazo al equipo a la cabeza de la Liga en la que se encuentra ahora. La Copa está perdida, pero la Liga y la Champions son el botín más codiciado, los títulos y el reconocimiento de un Real Madrid y un Mesut Özil que todavía están por coronarse en el fútbol español actual.
El madridismo fue muy crítico con Özil tras un fuerte y reciente bache deportivo e incluso existencial. El alemán, que llegó como figura, tocó fondo sentándose en el banco de suplentes y siendo señalado por los dedos de un gran sector madridista, pero ni apartó la mirada ni puso la otra mejilla; se levantó, dio un paso al frente y se puso a jugar...
Mesut Özil llegó al Real Madrid como una de las principales apuestas de talento del club blanco la pasada temporada. El mediapunta alemán de ascendencia turca había deslumbrado al planeta en el pasado Mundial de Sudáfrica 2010, en el que brilló al frente de una de las mejores selecciones alemanas de los últimos tiempos. Una renovada Alemania que redibujó con su propio estilo de equilibrio entre el talento y el esfuerzo.
A pesar de su reputación, labrada con sudor, instinto y genio, el jugador teutón no logró terminar de explotar en el equipo merengue, con el que realizaba un gran trabajo pero, al mismo tiempo, del que no lograba sacar su mejor versión. Özil no encontraba su sitio en el Real Madrid.
Después de una temporada complicada, el madridismo estalló en furia y lo señaló por primera vez como uno de los culpables tras la última derrota sufrida contra el Barcelona en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, encuentro en el que incluso fue suplente.
MESUT ÖZIL | Real Madrid
Lee más sobre Özil
Edad: 23
Apodo: El Búho
País: Alemania
Estatura: 180cm
Peso: 70kg
Dorsal: 10
"Mi técnica y sensibilidad con el balón son la parte turca de mi juego. La disciplina, actitud y el darlo siempre todo son la parte alemana".
Los madridistas más escépticos llegaron a sentirse engañados, estafados con este jugador de gran cartel y rendimiento escaso. Özil no era el particular Leo Messi que buscaba el Real Madrid. Es más, no sólo no lograba alcanzar su máximo nivel con la camiseta blanca, sino que cada vez se dispersaba y diluía más. Escasa mermelada la del turco, que se untaba sobre el enorme pan de estrellas de la plantilla del Real Madrid.
Özil, lejos de venirse abajo, saltó como un resorte y se aferró fuertemente con sus raíces turcas al jugador que todavía permanecía en la memoria de todos -el del Mundial de Sudáfrica- y lo revivió en los tres partidos siguientes, contra el Barcelona, el Athletic Club y el Real Zaragoza.
"El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad", dijo Goethe, poeta, novelista y científico alemán considerado como uno de los hombres más talentosos de la historia de la humanidad, fuente de inspiración universal y carta de presentación y ejemplo para todo un país.
Özil educó su talento jugando con los mejores y contra los mejores, así como también ahora saca el carácter en el instante más complicado para resurgir de sus propias cenizas y elevarse sobre todas las críticas e inquisidoras miradas.
"Mi técnica y sensibilidad con el balón son la parte turca de mi juego. La disciplina, actitud y el darlo siempre todo son la parte alemana", comentó el propio Mesut Özil para definirse a sí mismo como jugador de fútbol -e inevitablemente también como persona-.
La técnica y la sensibilidad no se pierden nunca, sólo hay que recordarlas como si de andar en bicicleta se tratase. La actitud, el esfuerzo y el espíritu de superación salen ahora para erigirse como el faro alemán que ilumina al madridismo en las tempestades más crueles. Özil puede llevar el barco de este equipo a buen rumbo de la mano de un José Mourinho que no debe dudar de él para aprender y reconciliarse también con una afición que unida puede completar una gran temporada que no ha hecho más que empezar.
Özil está preparado y lo ha demostrado, mientras que el resto de la tripulación responde y presenta también sus remos para empujar a golpe de brazo al equipo a la cabeza de la Liga en la que se encuentra ahora. La Copa está perdida, pero la Liga y la Champions son el botín más codiciado, los títulos y el reconocimiento de un Real Madrid y un Mesut Özil que todavía están por coronarse en el fútbol español actual.