"No basta con tener el pasaporte italiano para pilotar un Ferrari". Lo dice la Scuderia de forma oficial ante el aluvión de preguntas disgustadas de muchos tifosi en las últimas horas. Italia se ha quedado sin pilotos por primera vez en 42 años. El país que cuenta con la escudería más laureada, Ferrari, la mayor tradición europea junto a Gran Bretaña y Alemania, circuitos míticos como Monza, Ímola o Mugello, y marcas de automóviles propias, ha perdido fuelle y presencia en la máxima competición del motor.
La marcha de Jarno Trulli, apeado de forma salvaje del equipo Caterham por los millones del ruso Vitaly Petrov, retrotraen al país transalpino a 1970. "Lo siento, pero el problema no es mío, otros deben tomar la responsabilidad por este empobrecimiento, por una situación que no ha empezado ayer, y en la que no se han tomado medidas para acabar con ella", señala Trulli, que, al contrario que otros, no ha querido pagar por seguir corriendo.
Las causas
¿Qué es lo que ha ocurrido? Por una parte el relevo generacional de los Trulli (37 años) y Fisichella (39) no ha llegado, y la fuerza de los nuevos, como Tonio Liuzzi, se diluye en tiempos de crisis en los que son necesarios patrocinadores poderosos detrás. Y si no que se lo digan a Adrian Sutil, con 6 millones de la empresa Medion en su bolsillo e incapaz de encontrar sitio tras una gran temporada.
Según Trulli no hay que vincularlo sólo a la crisis, pese a que entre los 15 países más ricos del mundo están casi todos los pilotos de la parrilla. De hecho, con tradición en la F1, solo fallan Italia y Canadá entre los 14 primeros. "Quiero más implicación por parte de todos, pero con la crisis que vive el país, no sé cómo un joven va a encontrar ayudas para ser tenido en cuenta por cualquier equipo", indicó.
En Italia duele esta situación, porque muchos aficionados recuerdan que a finales de los años 90 la parrilla de la Fórmula 1 era italiana, ni más ni menos que con 15 pilotos en cada gran premio. Ha habido 83 pilotos italianos en la historia, algo sólo superado por Gran Bretaña, y suyos fueron dos de los primeros campeones, Farina y Ascari, llevando Alfa Romeo y Ferrari. Pero desde aquél lejano 1953 no han vuelto a tener un campeón del mundo, pese a ser un país kartista de primera.
Ahora, la falta de patrocinadores lastra a los chavales desde la infancia y los campeones son holandeses, como De Vries o británicos como Albon. "No hay ningún programa para ayudar a los pilotos a llegar al máximo nivel. Es normal que se llegue a situaciones como ésta. Hay talentos, pero sin apoyo, se quedan sin esperanza", dice Trulli que, a su edad, ya parece haber echado el cierre de su carrera.
Ferrari ha saltado a la palestra defendiendo su Academia de jóvenes pilotos en la que invierte dinero y personal, y además trabaja con la federación italiana pero, como dicen en el equipo, "es un trabajo que lleva un largo tiempo". De momento, como única diana visible, se defiende de las preguntas en las redes sociales. "¿Por qué Massa y no un joven italiano", le preguntan. "Porque creemos en él", responden
el deporte italiano se necesita reinventar y sacar nuevos talentos o cambiar las bases de la formacion para sacarlos aver si tienen suerte en un medio plazo vuelve a haber alguien ganador
La marcha de Jarno Trulli, apeado de forma salvaje del equipo Caterham por los millones del ruso Vitaly Petrov, retrotraen al país transalpino a 1970. "Lo siento, pero el problema no es mío, otros deben tomar la responsabilidad por este empobrecimiento, por una situación que no ha empezado ayer, y en la que no se han tomado medidas para acabar con ella", señala Trulli, que, al contrario que otros, no ha querido pagar por seguir corriendo.
Las causas
¿Qué es lo que ha ocurrido? Por una parte el relevo generacional de los Trulli (37 años) y Fisichella (39) no ha llegado, y la fuerza de los nuevos, como Tonio Liuzzi, se diluye en tiempos de crisis en los que son necesarios patrocinadores poderosos detrás. Y si no que se lo digan a Adrian Sutil, con 6 millones de la empresa Medion en su bolsillo e incapaz de encontrar sitio tras una gran temporada.
Según Trulli no hay que vincularlo sólo a la crisis, pese a que entre los 15 países más ricos del mundo están casi todos los pilotos de la parrilla. De hecho, con tradición en la F1, solo fallan Italia y Canadá entre los 14 primeros. "Quiero más implicación por parte de todos, pero con la crisis que vive el país, no sé cómo un joven va a encontrar ayudas para ser tenido en cuenta por cualquier equipo", indicó.
En Italia duele esta situación, porque muchos aficionados recuerdan que a finales de los años 90 la parrilla de la Fórmula 1 era italiana, ni más ni menos que con 15 pilotos en cada gran premio. Ha habido 83 pilotos italianos en la historia, algo sólo superado por Gran Bretaña, y suyos fueron dos de los primeros campeones, Farina y Ascari, llevando Alfa Romeo y Ferrari. Pero desde aquél lejano 1953 no han vuelto a tener un campeón del mundo, pese a ser un país kartista de primera.
Ahora, la falta de patrocinadores lastra a los chavales desde la infancia y los campeones son holandeses, como De Vries o británicos como Albon. "No hay ningún programa para ayudar a los pilotos a llegar al máximo nivel. Es normal que se llegue a situaciones como ésta. Hay talentos, pero sin apoyo, se quedan sin esperanza", dice Trulli que, a su edad, ya parece haber echado el cierre de su carrera.
Ferrari ha saltado a la palestra defendiendo su Academia de jóvenes pilotos en la que invierte dinero y personal, y además trabaja con la federación italiana pero, como dicen en el equipo, "es un trabajo que lleva un largo tiempo". De momento, como única diana visible, se defiende de las preguntas en las redes sociales. "¿Por qué Massa y no un joven italiano", le preguntan. "Porque creemos en él", responden
el deporte italiano se necesita reinventar y sacar nuevos talentos o cambiar las bases de la formacion para sacarlos aver si tienen suerte en un medio plazo vuelve a haber alguien ganador