Villarreal y Athletic de Bilbao firmaron tablas en un partido que se volvió loco en la segunda mitad.
La
primera parte del encuentro fue demasiado aburrida. Mucho juego táctico
y poco fútbol. La pizarra se impuso a las individualidades. De hecho,
las mejores situaciones llegaron a balón parado, incluido el 1-0, que
llegó tras un espectacular lanzamiento de falta de Marcos Senna.
El
ex internacional estuvo cerca de repetir minutos después, pero su
remate, de falta directa, se marchó fuera por centímetros. En el
Athletic de Bilbao, David López fue el encargado de llevar la emoción
con un buen lanzamiento que obligó a Diego López a estirarse para evitar
el 1-1.
Como ven, todo el ataque de ambos equipos se basó en
balón parado. El Villarreal tenía más el balón y, pese a no gozar de
demasiada profundidad, sí era superior a un Athletic que, debido a la
decisión táctica de Marcelo Bielsa, echaba de menos a un Fernando
Llorente que veía el encuentro desde el banquillo.
Todo cambió en
la reanudación. Llorente entró por David López, las pizarras
desaparecieron y el partido se volvió loco. Pasamos de líneas juntas y
respeto a demasiados espacios y una total anarquía que convirtió el
aburrimiento en un atractivo correcalles.
El 1-1 fue
obra de Llorente, que cabeceó a la red un medido centro de Toquero. El
Villarreal no terminó de acusar el golpe cuando Susaeta, aprovechando un
fallo defensivo, ponía el 1-2 con la colaboración de un Diego López que
falló de manera incomprensible.
El Athletic le había dado la
vuelta al marcador y muchos pensaban que, viendo el estado anímico del
Submarino Amarillo, la situación no cambiaría, pero se equivocaban...
Gorka Iraizoz, emulando a Diego López, dejó ver sus manos de mantequilla
para dejar un balón suelto dentro del área. Nilmar, que había
sustituido al lesionado Marco Rubén, apareció para poner el 2-2.
A
partir de ahí, el choque se desató por completo y ambos equipos gozaron
de claras ocasiones. Llorente probó a Diego López, mientras que Nilmar,
tras jugada individual, mandó el balón cerca del palo. Fueron las
mejores ocasiones de los últimos minutos.
Nadie logró romper el
marcador, pero cualquiera pudo llevarse los tres puntos. En El Madrigal
se pudo comprobar que, si los equipos fallan y las tácticas se rompen,
el espectador es el que más disfruta.
La verdad es que vi poco el partido y menos el final que tuve que irme pero un empate sirve para los dos ya que suman.