No decepcionó el
partido de expectación en Vallecas después de una semana inusual en lo
mediático para el conjunto de José Ramón Sandoval, foco de las cámaras y
fruto de todas las noticias. Un trabajador Rayo Vallecano sólo
sucumbió a una genialidad de Ronaldo, que sin mirar, con toda la
intención del mundo, hizo un gol de los que se recordarán durante todo
el año.
Laboriosa la dedicación de Movilla y Javi Fuego en el
centro del campo, con continuos robos de balón y una dirección
impecable, intentando hacer llegar balones limpios a Michu y Diego
Costa, ambos luchadores en la zona de ataque, que se zafaron incluso con
enfrentamientos que acabaron en malas maneras tanto con Pepe como con
Sergio Ramos.
No terminaron los locales por delante el primer
tiempo por un milagro que hizo que un pelotazo de Piti pegase en el palo
de la portería de Casillas en vez de acabar en el fondo de las redes
cuando todo Vallecas celebraba el gol y empujaba para que ese balón
entrase en vez de acabar en córner. También acabó en saque de esquina
una ocasión en la que Armenteros no fue todo lo efectivo que se le
supone.
Por su parte, el Real Madrid intentó que acabasen en buen
puerto un par de contras letales made in Mourinho y dos lanzamientos
más de Cristiano Ronaldo que no tuvieron el gol como consecuencia. Quizá
sufrió el equipo madridista la presión de la grada, la buena
disposición del once franjirrojo y por supuesto, aunque suene a tópico,
la estrechez del coliseo vallecano.
No
fueron ni mucho menos parecidas las sensaciones del segundo tiempo ni
para el equipo vallecano, ni para los de José Mourinho. Los merengues
cambiaron el sino del partido nada más aparecer por la bocana de
vestuarios, dieron cuatro pasos adelante en su juego y antes de ver como
se cumplía el décimo de juego, Cristiano Ronaldo golpeaba de tacón un
balón suelto tras el saque de un córner y ponía por delante a los
visitantes.
Mazazo para un Rayo al que se le fue apagando el
ímpetu y que no supo reaccionar al gol madridista, puede que
consecuencia por el desgaste en el primer tiempo. El Real Madrid se
lanzó a por el partido, el dueño del centro del campo varió de bando y a
Higuaín le llegaron balones suficientes para sentenciar, aunque Joel en
estas ocasiones estuvo acertado.
No fueron del todo efectivas
las entradas del joven Lass y de Roberto Trashorras, aunque los cambios
sirvieron para espolear al equipo local. Tampoco fue decisivo, aunque
pudo haberlo sido, un fallo de los que no suele cometer Sergio Ramos,
que Armenteros recuperó y que Michu no acertó a introducir en la
portería para, como mínimo, empatar. Justo después, Casillas voló hasta
la escuadra de su meta para evitar de nuevo que Casado igualase el
partido. Fueron las dos más claras para los de Sandoval, pero a partir
de ahí, y a pesar del nuevo dominio vallecano, el Real no volvió a
permitir.
A pesar de no tener el permiso de la defensa
madridista, el Rayo acabó volcado sobre la portería visitante, pero no
fue suficiente, tampoco la entrada de Raúl Tamudo, para sumar ni
siquiera un punto ante una afición ejemplar, especial, que en todo
momento estuvo con su equipo y que se marchó a casa contenta y orgullosa
incluso con Michu, expulsado al final.
Vallecas espera más
suerte mientras los chicos del Bernabéu siguen a lo suyo. Serán
campeones a no ser que esto cambie demasiado.
Buen partido del Rayo que se merecio mas ante un Madrid que le costo adelantarse.
partido de expectación en Vallecas después de una semana inusual en lo
mediático para el conjunto de José Ramón Sandoval, foco de las cámaras y
fruto de todas las noticias. Un trabajador Rayo Vallecano sólo
sucumbió a una genialidad de Ronaldo, que sin mirar, con toda la
intención del mundo, hizo un gol de los que se recordarán durante todo
el año.
Laboriosa la dedicación de Movilla y Javi Fuego en el
centro del campo, con continuos robos de balón y una dirección
impecable, intentando hacer llegar balones limpios a Michu y Diego
Costa, ambos luchadores en la zona de ataque, que se zafaron incluso con
enfrentamientos que acabaron en malas maneras tanto con Pepe como con
Sergio Ramos.
No terminaron los locales por delante el primer
tiempo por un milagro que hizo que un pelotazo de Piti pegase en el palo
de la portería de Casillas en vez de acabar en el fondo de las redes
cuando todo Vallecas celebraba el gol y empujaba para que ese balón
entrase en vez de acabar en córner. También acabó en saque de esquina
una ocasión en la que Armenteros no fue todo lo efectivo que se le
supone.
Por su parte, el Real Madrid intentó que acabasen en buen
puerto un par de contras letales made in Mourinho y dos lanzamientos
más de Cristiano Ronaldo que no tuvieron el gol como consecuencia. Quizá
sufrió el equipo madridista la presión de la grada, la buena
disposición del once franjirrojo y por supuesto, aunque suene a tópico,
la estrechez del coliseo vallecano.
No
fueron ni mucho menos parecidas las sensaciones del segundo tiempo ni
para el equipo vallecano, ni para los de José Mourinho. Los merengues
cambiaron el sino del partido nada más aparecer por la bocana de
vestuarios, dieron cuatro pasos adelante en su juego y antes de ver como
se cumplía el décimo de juego, Cristiano Ronaldo golpeaba de tacón un
balón suelto tras el saque de un córner y ponía por delante a los
visitantes.
Mazazo para un Rayo al que se le fue apagando el
ímpetu y que no supo reaccionar al gol madridista, puede que
consecuencia por el desgaste en el primer tiempo. El Real Madrid se
lanzó a por el partido, el dueño del centro del campo varió de bando y a
Higuaín le llegaron balones suficientes para sentenciar, aunque Joel en
estas ocasiones estuvo acertado.
No fueron del todo efectivas
las entradas del joven Lass y de Roberto Trashorras, aunque los cambios
sirvieron para espolear al equipo local. Tampoco fue decisivo, aunque
pudo haberlo sido, un fallo de los que no suele cometer Sergio Ramos,
que Armenteros recuperó y que Michu no acertó a introducir en la
portería para, como mínimo, empatar. Justo después, Casillas voló hasta
la escuadra de su meta para evitar de nuevo que Casado igualase el
partido. Fueron las dos más claras para los de Sandoval, pero a partir
de ahí, y a pesar del nuevo dominio vallecano, el Real no volvió a
permitir.
A pesar de no tener el permiso de la defensa
madridista, el Rayo acabó volcado sobre la portería visitante, pero no
fue suficiente, tampoco la entrada de Raúl Tamudo, para sumar ni
siquiera un punto ante una afición ejemplar, especial, que en todo
momento estuvo con su equipo y que se marchó a casa contenta y orgullosa
incluso con Michu, expulsado al final.
Vallecas espera más
suerte mientras los chicos del Bernabéu siguen a lo suyo. Serán
campeones a no ser que esto cambie demasiado.
Buen partido del Rayo que se merecio mas ante un Madrid que le costo adelantarse.