Jugadores y aficionados son conscientes que ya hay ciertos
precedentes en esta situación (la temporada pasada el equipo hizo una
gran primera vuelta y se desinfló en la segunda) y no quieren que vuelva
a suceder. Tanto unos como los otros prefieren no hablar de Europa ya
que cada vez que se habla de ello el equipo, quizás demasiado presionado
por el propio entorno, no da la talla. Si finalmente el equipo llega a
Europa, bien, pero no debe ser el objetivo.
Toca reaccionar. Toca cambiar la dinámica. Toca ganar. Tras cinco
jornadas seguidas sin conseguir una victoria, el Espanyol recibe el
domingo al Rayo con ganas de lograr por fin la ansiada victoria. Tras el
varapalo de la jornada anterior en la que el equipo se desinfló y fue
arrasado por el Real Madrid, los de Pochettino ansían los tres puntos
ante el Rayo. Que mejor que en casa y a las doce de la mañana, justo a
la hora de un buen vermut, para darle la vuelta a la situación.
De cara al domingo Pochettino podrá contar por fin con Pandiani,
Albín y Javi Márquez, que una vez superadas sus respectivas lesiones,
durante el último entrenamiento se entrenaron al mismo ritmo que sus
compañeros. La duda es Thievy, que a día de hoy padece una
gastroenteritis y aún no se sabe si podrá entrar o no en la
convocatoria.
Pero también será un día especial para el Rayo. Mejor dicho para un
jugador del Rayo, Tamudo. El que por muchos es el mejor jugador de la
historia del Espanyol se enfrentará de nuevo a su exequipo (ya lo hizo
la temporada anterior mientras militava en las filas de la Real Socieda)
en Cornellà. Seguro que la ovación de los aficionados al oir su nombre
por la megafonía será de las que ponen la piel de gallina. Eso sí, una
vez empieze el partido, será un rival más.
Al margen de todo esto, una cosa sí que está clara: será un buen
partido. Dos equipos que juegan bien al fútbol, que les gusta rasear el
balón. Uno, el Rayo, llega en buena racha y otro, el Espanyol, debe
reaccionar. Buen partido, seguro.
Buen partido que seguro que se vera un partido igualado aunque se juegan cosas diferentes.
precedentes en esta situación (la temporada pasada el equipo hizo una
gran primera vuelta y se desinfló en la segunda) y no quieren que vuelva
a suceder. Tanto unos como los otros prefieren no hablar de Europa ya
que cada vez que se habla de ello el equipo, quizás demasiado presionado
por el propio entorno, no da la talla. Si finalmente el equipo llega a
Europa, bien, pero no debe ser el objetivo.
Toca reaccionar. Toca cambiar la dinámica. Toca ganar. Tras cinco
jornadas seguidas sin conseguir una victoria, el Espanyol recibe el
domingo al Rayo con ganas de lograr por fin la ansiada victoria. Tras el
varapalo de la jornada anterior en la que el equipo se desinfló y fue
arrasado por el Real Madrid, los de Pochettino ansían los tres puntos
ante el Rayo. Que mejor que en casa y a las doce de la mañana, justo a
la hora de un buen vermut, para darle la vuelta a la situación.
De cara al domingo Pochettino podrá contar por fin con Pandiani,
Albín y Javi Márquez, que una vez superadas sus respectivas lesiones,
durante el último entrenamiento se entrenaron al mismo ritmo que sus
compañeros. La duda es Thievy, que a día de hoy padece una
gastroenteritis y aún no se sabe si podrá entrar o no en la
convocatoria.
Pero también será un día especial para el Rayo. Mejor dicho para un
jugador del Rayo, Tamudo. El que por muchos es el mejor jugador de la
historia del Espanyol se enfrentará de nuevo a su exequipo (ya lo hizo
la temporada anterior mientras militava en las filas de la Real Socieda)
en Cornellà. Seguro que la ovación de los aficionados al oir su nombre
por la megafonía será de las que ponen la piel de gallina. Eso sí, una
vez empieze el partido, será un rival más.
Al margen de todo esto, una cosa sí que está clara: será un buen
partido. Dos equipos que juegan bien al fútbol, que les gusta rasear el
balón. Uno, el Rayo, llega en buena racha y otro, el Espanyol, debe
reaccionar. Buen partido, seguro.
Buen partido que seguro que se vera un partido igualado aunque se juegan cosas diferentes.