Cristiano Ronaldo y una mano de Sergio Ramos hacen trizas la valentía del Betis
El portugués, con dos goles en el Villamarín, amarga la noche a un Betis atrevido, creativo y sin complejos que vio como el árbitro no pitó una mano de Sergio Ramos en su área en el tiempo de descuento
Los de Mourinho logran ante el Betis su décima victoria consecutiva en la Liga gracias a un Cristiano Ronaldo que supo aprovechar sus ocasiones en un encuentro que Pepe Mel planteó como un duelo a muerte ante el cacique del campeonato. Una mano de Ramos no pitada en el área del Real Madrid pudo ser determinante. Es la undécima victoria seguida para el Real Madrid lejos del BernabéuEl técnico portugués del Real Madrid demostró una vez más su apego por la Liga saliendo con todo lo que tenía -solo Benzema esperó su momento en la segunda mitad- pese a tener que rematar este miércoles la faena en la Champions ante el CSKA.
Sin embargo, eso no asustó al Betis. De hecho, su centro del campo no pareció agobiarse en ningún momento. Bien Iriney, como Beñat y como Jefferson Montero. Mostraban orden, pero también valentía. Y pronto llegó el fruto de tan positiva actitud.
Fue en una galopada de Nacho por la izquierda, que sirvió a un inspirado Rubén Castro que pinchó la pelota en las narices de Sergio Ramos y se la entregó a un Jorge Molina que iba sin freno hacia la portería de Casillas. Abrió el marcador con su disparo a bocajarro. El portero madridista pidió mano de Castro en el control, pero si el impacto se produjo, fue involuntario.
¿Qué es lo que hay que hacer ante un Real Madrid al que ganas antes de llegar al minuto 10? Pepe Mel decidió no encerrar a su equipo y buscar el segundo tanto. A punto estuvo de encontrarlo gracias a la inspiración de Rubén Castro, que en otra acción genial en la frontal del área se sacó un recorte espectacular que quiso culminar con una vaselina por encima de Casillas. Seguro que en Barcelona los aficionados se levantaron de sus asientos, pero el balón se marchó a la grada.
Pero de la creatividad del Betis el partido entró en el terreno de la contundencia, el que domina el Real Madrid con más solvencia que nadie. De ahí salió el pase de Özil a Higuaín, que metió la directa a la portería de Fabricio y marcó su tanto número 17 en la Liga -cuatro más que Benzema- para igualar el encuentro. No pudo hacer demasiado el portero, que ya había lucido al principio del partido en un disparo de Cristiano.
Olía el encuentro a una de esas remontadas que tan entrenadas tiene el Real Madrid de Mourinho, sobre todo porque Fabricio tuvo que echarse de nuevo al suelo para atajar un disparo de Kaká. El Betis, sin embargo, quiso que el guión del encuentro fuera otro. Se esforzaron en lograrlo sobre todo Jefferson Montero y Rubén Castro.
En esas, el salvador para el Real Madrid fue el larguero, en el que impactó el espectacular libre directo lanzado por el bético Salva. Ese impacto en la madera pareció ser una llamada a que el partido se convirtiera en un correcalles aún mayor. Fue un toque a zafarrancho. A partir de ahí hubo de todo. De hecho, antes del descanso Cristiano pudo marcar solo desde el punto de penalti, aunque salió con velocidad Fabricio de su marco para tapar todos los huecos.
Ambos se convirtieron en ese momento en los protagonistas del partido. Porque el guardameta se lució una y otra vez. Y el delantero quiso hacer inútiles las paradas acción tras acción. Y nada más reanudarse el partido lo logró en una jugada iniciada por Kaká con pase a Marcelo. El intento de sombrero de este lo recogió el 7 del Real Madrid con la pierna izquierda. Gol, como no podía ser de otra manera.
El Betis reaccionó de inmediato tirando de la receta que había elegido para pasar la noche -el atrevimiento y la confianza- y volvió a empatar en una jugada que nació en un córner. Mal control de Arbeloa y fenomenal disparo de Jefferson Montero. Imposible para Casillas.
Como lo fue para Fabricio su nuevo encuentro con Cristiano en el toma y daca del Benito Villamarín. Otro corner, aunque en el otro lado del campo. Fue lanzado por Kaká, cabeceado de forma espectacular por Ramos y con un rechace cazado por Cristiano. Tanto de nueve para el siete...
Pero al partido loco le quedaba todavía una última cabeza a la que colocar un embudo. Era la del árbitro, pero no la de Iturralde González -que hubiera sido lo normal-, sino la de su cuarto, Sagués Oscoz. Sustituyó al titular en el descanso y le pesó al final del encuentro, cuando se tragó una mano de Sergio Ramos en el descuento. El partido estaba a punto de terminar y el penalti no pitado podría haber sido el 3-3. Pero no lo fue y Pepe Mel, junto con toda la afición rojiblanca -y seguro que la blaugrana- se tuvo que marchar a casa pensando en lo que pudo haber sido y no fue.
El portugués, con dos goles en el Villamarín, amarga la noche a un Betis atrevido, creativo y sin complejos que vio como el árbitro no pitó una mano de Sergio Ramos en su área en el tiempo de descuento
Los de Mourinho logran ante el Betis su décima victoria consecutiva en la Liga gracias a un Cristiano Ronaldo que supo aprovechar sus ocasiones en un encuentro que Pepe Mel planteó como un duelo a muerte ante el cacique del campeonato. Una mano de Ramos no pitada en el área del Real Madrid pudo ser determinante. Es la undécima victoria seguida para el Real Madrid lejos del BernabéuEl técnico portugués del Real Madrid demostró una vez más su apego por la Liga saliendo con todo lo que tenía -solo Benzema esperó su momento en la segunda mitad- pese a tener que rematar este miércoles la faena en la Champions ante el CSKA.
Sin embargo, eso no asustó al Betis. De hecho, su centro del campo no pareció agobiarse en ningún momento. Bien Iriney, como Beñat y como Jefferson Montero. Mostraban orden, pero también valentía. Y pronto llegó el fruto de tan positiva actitud.
Fue en una galopada de Nacho por la izquierda, que sirvió a un inspirado Rubén Castro que pinchó la pelota en las narices de Sergio Ramos y se la entregó a un Jorge Molina que iba sin freno hacia la portería de Casillas. Abrió el marcador con su disparo a bocajarro. El portero madridista pidió mano de Castro en el control, pero si el impacto se produjo, fue involuntario.
¿Qué es lo que hay que hacer ante un Real Madrid al que ganas antes de llegar al minuto 10? Pepe Mel decidió no encerrar a su equipo y buscar el segundo tanto. A punto estuvo de encontrarlo gracias a la inspiración de Rubén Castro, que en otra acción genial en la frontal del área se sacó un recorte espectacular que quiso culminar con una vaselina por encima de Casillas. Seguro que en Barcelona los aficionados se levantaron de sus asientos, pero el balón se marchó a la grada.
Pero de la creatividad del Betis el partido entró en el terreno de la contundencia, el que domina el Real Madrid con más solvencia que nadie. De ahí salió el pase de Özil a Higuaín, que metió la directa a la portería de Fabricio y marcó su tanto número 17 en la Liga -cuatro más que Benzema- para igualar el encuentro. No pudo hacer demasiado el portero, que ya había lucido al principio del partido en un disparo de Cristiano.
Olía el encuentro a una de esas remontadas que tan entrenadas tiene el Real Madrid de Mourinho, sobre todo porque Fabricio tuvo que echarse de nuevo al suelo para atajar un disparo de Kaká. El Betis, sin embargo, quiso que el guión del encuentro fuera otro. Se esforzaron en lograrlo sobre todo Jefferson Montero y Rubén Castro.
En esas, el salvador para el Real Madrid fue el larguero, en el que impactó el espectacular libre directo lanzado por el bético Salva. Ese impacto en la madera pareció ser una llamada a que el partido se convirtiera en un correcalles aún mayor. Fue un toque a zafarrancho. A partir de ahí hubo de todo. De hecho, antes del descanso Cristiano pudo marcar solo desde el punto de penalti, aunque salió con velocidad Fabricio de su marco para tapar todos los huecos.
Ambos se convirtieron en ese momento en los protagonistas del partido. Porque el guardameta se lució una y otra vez. Y el delantero quiso hacer inútiles las paradas acción tras acción. Y nada más reanudarse el partido lo logró en una jugada iniciada por Kaká con pase a Marcelo. El intento de sombrero de este lo recogió el 7 del Real Madrid con la pierna izquierda. Gol, como no podía ser de otra manera.
El Betis reaccionó de inmediato tirando de la receta que había elegido para pasar la noche -el atrevimiento y la confianza- y volvió a empatar en una jugada que nació en un córner. Mal control de Arbeloa y fenomenal disparo de Jefferson Montero. Imposible para Casillas.
Como lo fue para Fabricio su nuevo encuentro con Cristiano en el toma y daca del Benito Villamarín. Otro corner, aunque en el otro lado del campo. Fue lanzado por Kaká, cabeceado de forma espectacular por Ramos y con un rechace cazado por Cristiano. Tanto de nueve para el siete...
Pero al partido loco le quedaba todavía una última cabeza a la que colocar un embudo. Era la del árbitro, pero no la de Iturralde González -que hubiera sido lo normal-, sino la de su cuarto, Sagués Oscoz. Sustituyó al titular en el descanso y le pesó al final del encuentro, cuando se tragó una mano de Sergio Ramos en el descuento. El partido estaba a punto de terminar y el penalti no pitado podría haber sido el 3-3. Pero no lo fue y Pepe Mel, junto con toda la afición rojiblanca -y seguro que la blaugrana- se tuvo que marchar a casa pensando en lo que pudo haber sido y no fue.
De los arbitros no vale la pena hablar, Cristiano marco la diferencia y sentencio a el Real Betis.